Texto: Larry Runner.
Fotos: Emi Guerrero.
LEGACY OF BRUTALITY querían presentar en condiciones su Giants y decidieron hacerlo en Oviedo. Tras un concierto anterior en Ribadeo que sirvió para comprobar como acogía el público los nuevos temas en vivo y que fue como un ensayo para amigos, la prueba de la capital era la seria. Evidentemente buscaban tocar para el mayor público posible, atraer la atención de cuanta más gente mejor y por ello la entrada fue simbólica, 5 euros, más aún si tenemos en cuenta al grupo que se buscaron como compañero, otro de nuestros grandes POSESSION.
Sí, la banda capitaneada por Titi Muñoz fue la encargada de abrir fuego y procurar dejar calentita y con ganas de más a la audiencia para que luego los de Puerto de Vega estuviesen a gusto sobre el tablado de una Sala Whippoorwill. Una sala que presentó una muy aceptable entrada, más aún si tenemos en cuenta que era una noche de metal extremo, y que no todos los metalheads asturianos somos aficionados al género y que además había que competir con otros eventos en la región, algunos a escasos kilómetros como el concierto de LAST DAYS OF EDEN en Pola de Siero.
A Titi Muñoz y compañía no les importa batirse el cobre con cualquiera a estas alturas, pero si tienen que compartir tablas, saben que mejor con una banda amiga. Sí, quizás no era su noche, en el cartel anunciador el logo de LEGACY era el que más brillaba, pero estaba claro que en cuanto empezaran a dar cera se iban a ganar al público entre otras cosas porque quizás no compartan fans con LEGACY OF BRUTALITY en un 100%, pero casi.
Hay un dato que me parece curioso. Y es que recuerdo mis primeros conciertos de POSESSION y cuando iba me encontraba casi como un pulpo en un garaje. Me explico. Hace unos años y no entiendo muy bien por qué razón, la banda de los hermanos Muñoz atraía a todo el moderneo ovetense a sus conciertos. A pesar de pelar el death metal más duro, aquello se llenaba de rockeros de marca, y veías a muy pocos metalheads. Hoy en día aquella gente les ha dejado un poco de lado, quizás se pasó aquella "moda local" y los que acuden a ver las descargas de POSESSION son gente del metal, algunos de ellos veteranos que se han ido enganchando a una música extrema que quizás les viniera como a mi demasiado grande hace unos años por su contundencia.
Es curioso que lo que hace unos años me sonaba como auténtico ruido hoy llegue a mis oidos en forma de riffs contundentes y que sepa apreciar las melodías que hace muy poco no encontraba por ninguna parte. Celebro haber descubierto el metal extremo. Su intensidad, su fuerza despiadada, sus ganas, su autenticidad y sus fantásticas, siempre, baterías.
Aunque quizás las dos bandas protagonistas de la noche se hayan encargado también de conseguir que sus temas lleguen mejor. No sé si es percepción mía, que mis oidos ya se han acostumbrado a la intensidad extrema o que ellos ayudan también y han vestido con más melodía sus canciones. El caso es que en el caso de POSESSION hasta llego a cantar canciones como El Último Día o el Primer Día. Y es que Spiritual Sirius es "El Disco" de POSESSION y cada vez que me lo pongo con auriculares, que es como mejor se pueden apreciar sus matices, me llena de pleno. Encima cuando veo una Jackson como la de Pablo Muñoz siento ganas de tocar la guitarra. Siempre pienso “si fuese guitarrista tendría una de esas”. El delgadísimo guitarrista es un grande en el escenario. Nos hizo disfrutar y además tuvo el detalle de salir enfundado en una camiseta de LEGACY OF BRUTALITY. Iván, el torbellino de la batería tuvo el mismo detalle. Grandes en todos los sentidos.
Ahora ando escuchando el Anoxia un poco más. Al principio pensaba que nunca me iba a enganchar, pero con la disculpa de la remasterización en vinilo, que me lo he tomado como un disco nuevo, y le estoy entrando, aunque como le dije a Titi Muñoz no hace mucho tomando una cerveza, me sigue viniendo grande. No me importa, de momento disfruto como ayer con los "singles" como Gigante y un poco menos con los de otros discos, aunque el jueves pinchara en radio el 225. Pura crema. Enormes, como siempre, cumplieron con el papel del que abre de forma fantástica y dejaron al público calentito y con ganas de fiesta. Estoy seguro de que en otra ocasión veremos el orden cambiado y la sensación será la misma. Grandes POSESSION, más que nunca, y sin falta de "modas absurdas".
Llegaba el momento de la noche, el de ver a LEGACY OF BRUTALITY en el comienzo de la gira de Giants, de disfrutar de un nuevo set-list que poco iba a tener que ver con lo de los últimos años. Porque sabíamos que iba a estar cargado de las nuevas composiciones, que son muy superiores a la mayoría de sus temas antiguos, aunque evidentemente hay temas de atrás que tienen que ser inamovibles, como así comprobamos luego.
Hostis Humani Generis nos dio la bienvenida al show. Entrada de manual, como debe de ser, azotando sin piedad. Intro y los dos primeros temas del disco, como IRON MAIDEN en la gira del Powerslave con Ices High y Two Minutes to Midnight. Creo que es la fórmula más acertada para comenzar. Cuando la gente va a verte, lo lógico es que se haya escuchado el disco, y los dos primeros temas siempre son los más masticados. Así que comenzar con la intro seguida de Cathedral of Hatred y de Under the Hammer of Doom era la mejor forma de explotar.
Vino después Rebirth of the Ancient Cult, para aquellos que le guste lo más duro. Está claro que es uno de sus temas favoritos y probablemente por eso lo escogieran en su momento para aquella recopilación titulada For The Headbangers donde su nombre se colaba entre el de grandes bandas consagradas como HATEBREED o los mismísimos OVERKILL. Su inclusión en el orden del repertorio fue acertada, pues así no se castigaba al que aún no había escuchado el Giants y por otra parte la canción no rompía el ritmo del concierto, pues el estilo melodioso encaja perfectamente con los temas de Giants.
Emperor of a Dying Garden nos sirvió de retorno a Giants, lo cual agradecí profundamente, pues tenía muchas ganas de escuchar por fin los temas en directo. Son meses escuchando el álbum en la intimidad y al fin podía sentir los temas en vivo, que es lo mejor que te puede pasar cuando adoras un disco. Encima en esta hasta te puedes cantar el estribillo. Detrás vino "otro tema de Giants que se titula Giants". Así la presentó Simón. Sigo preguntándome de donde coño saca ese vozarrón gutural y como cojones hacen los que cantan como él para no estar afónicos al acabar el concierto. Que grandes son los tíos como él o como Titi Muñoz que saben como hacerlo sin dañarse.
La pista se iba calentando, llegaban los empujones con intensidad y alguno perdía hasta el móvil o rompía el reloj. El hueco se abrió enseguida y la parte trasera se veía atestada de gente para que los brutos de alante se dieran de palos a ritmo de la canciones de los de Puerto de Vega. Borja asombraba con sus solos, que sonaban altos y nítidos cuando entraban, lo cual se agradecía ante la tempestad rítmica de Javi Piti.
Llegaba la parte más dura, desgarradora y menos melódica del concierto con The Whip and the Chain y MartyrChrist detrás. Pero la brutalidad se vio interrumpida por unos minutos. Habíamos quedado en entregarles el premio de Diario de un Metalhead a Mejor Disco del Año según nuestra audiencia y fue entonces el momento elegido por el grupo para ello. Les había dicho que algo rápido, pues odio eso de hablar en público y los escenarios son para los músicos y punto. No me hicieron caso. Pero aún, sabiendo de mi Maidenmanía se marcaron un trozo del Afraid To Shoot Strangers que me dejó un poco atontado al principio. Simón López se encargó de la presentación y salimos al escenario para entregar el galardón y darles un abrazo a todos. El premio presidió el resto de la actuación desde encima del cabezal de Gonzalo.
Tras la entrega del premio, continuaron con la actuación. Como os contaba, estaban en el momento más bestia y oscuro de la noche, y lo confirmaron con Your Kingdom Come, la más oscura de Giants, seguida de Insanity Supreme y Buried With a Brick in Mouth. Pagan Hordes iba a ser la siguiente, con el grupo haciendo ya amago de irse.
Evidentemente no podían marcharse ya. Al menos sin interpretar Beyond The Walls of the Colosseum. Con ella se despidieron y nos hicieron pedirles al menos una más. Nos la dieron, por supuesto que sí. Land of Empty Graves cerró la dura, mágica y al menos para mi, inolvidable noche. Muy grandes. En Asturias ya lo sabemos. Ahora hace falta que fuera también lo sepan ver.
© Diario de un Metalhead 2015.
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