By Leonidas Trismegisto.
Ajustaos los kilts y dejad los huevos al viento pues ni el frío más cortante hará mella en vosotros después de probar la gran Claymore de la cervecera de Molins de Rei: Zulogaarden.
Estamos ante una scotch ale con mucho cuerpo, donde el alcohol se hace patente desde el primer sorbo con unos 7º a la sombra. Tiene un sabor dulce que tal vez potencie esta sensación. Al tragar, deja un leve regusto ahumado, lo que hará las delicias de los más recios hombres y mujeres de las tierras altas.
las pinturas de guerra y la sangre ajena
se mezclarán con este potente brebaje
Lo sé, en las tierras altas, encontrar una taberna donde sirvan esta selecta pócima, se torna en ardua tarea cuando el invasor nos llena las ciudades con sus venenos industriales. Nosotros aún creemos en la cerveza de verdad. La que hace crecer el pelo en el pecho a hombres y mujeres.
Deja a un lado tu mandoble, enfundado en la piel del líder del clan Heineken, que mal rayo le destile el alma. Beber esta cerveza se vuelve todo un ritual cuando se toma en los páramos de Culloden Muir. Las pinturas de guerra y la sangre ajena se mezclarán con este potente brebaje. Siente como baja, dulce, por el gaznate. Escuchas una gaita lejana, tu falda se mueve con el viento. Notas frescor.
Bebe una tras otra, hasta que veas al Cú Sith merodear por los páramos y ya lo único que puedas hacer por tu vida será… beber una más.
Maridaje: en este caso maridaremos este cervezón con una versión remozada del Rebellion (The clans are marching), porque Escocia nunca pasa de moda.
© Diario de un Metalhead 2015.
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