miércoles, 10 de enero de 2024

Agitando la bandera del metal. SKÜLD + CRANIO. Gijón, 09.12.2023. Crónica.


📝 📷 Jorge López Novales.

El pasado 9 de diciembre acudimos a la Sala Angeles y Demonios en Gijón para ver un concierto de los asturianos Sküld y los gallegos Cranio.


Gijón estaba hasta arriba de gente el puente. Bueno, más bien parecía que en toda Asturias no cabía nadie más. Se hizo laborioso el tema de aparcar. Ya casi estaba pensando en arrojar la toalla, cuando tuve la suerte de encontrar un hueco en las inmediaciones de la sala.

Ya sé que tenemos tropecientas crónicas de Sküld en esta santa casa, pero este sábado no me apetecía otra cosa. Entre los alicientes de la noche era ver a la banda en un formato acústico sin batería, y ver al equipo visitante, Cranio.

¿Acústico? Sküld llevaba buscando un batería, o una banda local que pudiera sustituirlos, por la baja de su aporreador titular Roberto Peláez (ya en casa, tranquilos). Al final se le ocurrió a mi jefe, Larry Runner, este formato. En palabras de José Carlos, su bajista, el concierto iría “con más corazón que cabeza”. Fue una de esas veces que una prueba de sonido tiene pinta de ser un ensayo

Arrancamos sobre las 21:00. 

Lo primero decir que no estábamos ante un concierto de Sküld. Me pasó lo mismo con su actuación en el Raposu. Sin Roberto, a pesar de que Pablo Viña hizo un trabajo muy digno, en esa ocasión, en el poco tiempo que tuvo para preparar los temas, evidentemente, no es lo mismo.

Sküld es una familia, literalmente. Los ánimos de los integrantes de la banda no estaban muy allá. Y seguro que su percepción del concierto de este sábado no fue todo lo bueno que debería. A mi entender la cosa fue bastante bien. Cumplieron de sobra con su misión de anfitriones de la velada.

Recortaron bastante setlist. Hasta Chinky, uno de sus guitarristas, me dijo que, hasta él, se cansaría tocando más de una hora en este formato.

No renunciaron a los solos en los temas, y fueron bastante fieles a lo suelen ofrecer en eléctrico, con sus dos guitarras y un bajo. Tiraron de artillería pesada: “Diamonds and Rust”, “Zombie”, “Lágrimas de Freya” (tema de sus composiciones), “Flight of Icarus”, “Hear Me”, “Last In Line” (tema exigente en el que se lució Lorena).

La distorsión la puso el público fiel (y Cranio que traía de sobra para todos). Incluso respondió con la intensidad habitual a “No hay tregua”, usurpando las labores vocales de Lorena, pero sin la habitual invasión de escenario.

Llegó el turno de la apisonadora gallega. Se metieron de lleno con “Aprieta los dientes”. Un tema con un estribillo muy pegadizo, y que sale de su reciente “11:11” (Demons Records), su segundo trabajo.

Mi cabeza evoca a Obús, a un Fortu desatado encarnado en su vocalista Berto. Continúan con “Vergüenza”, a la que seguirían otros once temas. Se ve que beben del heavy metal más clásico. Traen buenos solos de mano de Fran Beceiro, acompañado de la guitarra de Jesús Martínez, con la seguridad que trae Edy a la batería.

Berto se muestra excesivo en el escenario, como debe ser un buen frontman que quiere invadir un territorio desconocido. “Parecéis asturianos” soltó un exaltado del público, a Cranio, ante tal despliegue de contundencia.

Y a la par de Berto, estaba su bajista Eduardo Fonte, dispuesto a comerse el escenario con un instrumento que no traía de adorno.

La banda se vio sorprendida porque el público se sabía las letras. Llegó un momento en que yo pensaba que estaban interpretando alguna versión.

En los compases finales del concierto, Berto sacó la bandera de la banda y se envolvió en ella. Finalizó arrodillado tras “A Tunda Abierta”, agradecido, como el resto de la banda.

Fue de esas veces en que se quedó muy pequeña la Ángeles y Demonios. ¿De qué serían capaces Cranio en otras circunstancias? Espero saberlo pronto.

© Diario de un Metalhead 2023.


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