📷 Jorge López Novales.
Otro RAPOSU ROCK que ya pasó. Por segunda vez el evento solidario se celebraba en la Sala Acapulco de Gijón gracias al apoyo en la gestión de FranelRock Producciones, esta vez con un cartel más heavy que en anteriores ediciones donde el punk mandaba de largo.
Creo que ya lo habíamos comentado con motivo de anteriores ediciones pero por si alguien aún no sabe de qué va la película, diremos que el RAPOSU ROCK es un evento fruto del empecinamiento de una luchadora mujer de la cuenca minera, Reme Peláez. Una vez al año Reme remueve conciencias y hace que los que habitualmente vamos a los conciertos a pasarlo bien sin pensar en las movidas chungas de la vida, por una noche acudamos a un concierto sin importar ni quién toque, ni el estilo ni hostias. La máxima es acudir con alimentos no perecederos y donarlos a la noble causa que plantea Reme, que es ayudar a quienes más lo necesitan, los que no tienen ni para comer. El resto no importa, aunque con cada edición la fiesta es mejor en cuanto a hermanamiento. Cada año se ven más abrazos, más caras sonrientes y el buen rollo crece.
Con un público venido de todos los puntos de Asturias, pues no faltó gente del occidente pero también del oriente, la noche comenzó puntual con la música de SKULD. Los de Puerto de Vega completaron su repertorio con temas propios, versiones y “perversiones”, que es como llaman en su pueblo a esas canciones que nada tienen que ver con el rock y que ellos se empeñan en endurecerlas hasta hacerlas propias.
En la batería estuvo Pablo Viña, cubriendo la baja de un Rober Peláez al que deseamos una pronta recuperación para verlo de nuevo tras los parches cuanto antes y que cumplió hasta cuando tocó versionar a Iron Maiden.
La actuación de SKULD fue la fiel muestra de lo que es el RAPOSU ROCK, una gran fiesta para empezar cuando algunos aún no habían llegado a la sala. El show concluyó con un buen montón de amigos de la banda subidos la escenario respondiendo a la invitación del grupo. El “No hay tregua” de Barricada fue la disculpa. Maravilloso.
CANTAEBRIA fueron los segundos en subirse al escenario de la Sala Acapulco. Lo suyo es el Hard Rock cantado en castellano. Fueron de menos a más y gustaron a los que no les conocían aún y por supuesto a los que ya sabían de su existencia.
Con un gran frontman al frente, en realidad su apuesta está entre el Hard Rock tradicional y el rock urbanita estatal, recordando un poco al sonido 80’s del rock madrileño más macarra. Rock puro rock. Nuestros Lyla y Javi se les sumaron al final y bien que coreamos su “Locomotora del amor”. Mejor de lo esperado. Una agradable sorpresa.
BEAST INSIDE sonaron atronadores. Siguen creciendo, sonando cada vez mejor, más gordos. Fueron los que mejor sonaron de la noche y la liaron con una performance en “Faces of Death” en la que contaron con la presencia del popular Diañu de Oviedo metido en el papel de Butcher a la más pura tradición Destruction. Perdimos la cuenta de los acuchillamientos perpetrados inundados de sangre de los que disfrutamos a los que se prestó su hijo Pelayo. Ambos acabaron subiendo al escenario.
No faltaron unas espontáneas carreras en círculo y hasta un wall of death. Disfrutamos de un grandísimo repertorio con lo mejor de su debut “Under Control” y el estreno de un temazo nuevo, “God of Flesh”, que apunta a que su segundo disco, cuando llegue y de seguir esa línea, va a ser mejor que el álbum de debut. Bolazo.
NEGRA CALAVERA cerró la noche. Llegados desde Bilbao, por razones de logística tuvieron que tocar en último lugar. Venían presentado su vinilo 12” editado a la antigua usanza y titulado “Espérame en el coche”. Rock enérgico bien trabajado de unos músicos que, independientemente de que su estilo te guste o no, se lo saben hacer bien y que fueron un fantástico final para la parte musical del Raposu Rock.
Puedes escucharles gratis en su bandcamp https://negracalavera.bandcamp.com/
Quedaba lo más importante, recoger toda la comida entregada por los asistentes. Más de 1300 kilos de alimentos no perecederos y 200€ en donaciones que se fueron a parar a la Cocina Económica de Oviedo en unas abarrotadas furgonetas. La cadena voluntaria formada toda por chicas funcionó a las mil maravillas. En apenas unos minutos todo estaba cargado. En unos días en los que algunos no hacen más que llorar porque dicen que se va a romper el país, otras y otros sin lucir bandera alguna trabajan por él en la sombra, sin darse un pijo de importancia. Eso sí que es hacer país y unir a la gente. Esto y no gritar mierda en la calle.
Habrá que ir pensando en el décimo aniversario. Será en 2024. El tiempo vuela.
https://www.facebook.com/raposurock
© Diario de un Metalhead 2023.
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