lunes, 1 de junio de 2020

HELLGARDEN: Making Noise, Living Fast (Brutal Records, 2020) Brasil.


Por Larry Runner.

HellgardeN me llegan desde Brasil y son el mejor híbrido sónico que te pudieras encontrar entre la furia de los comienzos Pantera y el sonido de los primeros Sepultura. Pero en bueno. Sabiendo ya tocar, no aprendiendo. Vienen con la lección técnica aprendida.

Nacieron en 2015 en Brasil, se nota, y es que las bandas extremas de allí parecen desprender un adn especial aunque no adoptaron el nombre de HellgardeN hasta el 2017. Aunque reconocen haber bebido de muchas fuentes y mamado del heavy metal, está claro que lo suyo es la mezcla entre el thrash y del death más bestial. Grupos como Krisiun no dejan de ser una influencia en una banda que soporta todo su sonido en una más que contundente sección rítmica donde creo que he encontrado la batería más bestial de los últimos años.


Hacía tiempo que no escuchaba un álbum debut tan bueno, con tanta potencia y que tan afectado me dejara. Cuando me lo eché por vez primera a los oídos casi me revienta la cabeza. Todo es una puta apisonadora, todo suena extremadamente potente, aunque no por ello pierden la melodía. Eso sí, la dejan bastante disimulada por momentos, pero aún así, te lo tragas. Temas como “Learned to Play Dirty” sé que son de lo mejor que voy a encontrarme en todo el puto año. Cuando quiera cera, tiraré de este disco.


Las guitarras son auténticas motosierras y la labor vocal está a la altura de lo que una banda así ha de necesitar para empezar a columpiarse entre los grandes. No hay efectos, no hay trucos, es puro metal y canciones como la que da título al álbum me vuelven loco. Ocho temas, poco más de media hora, y no necesitas más. Esta gente no toca, esta gente castiga sus instrumentos. Olvídate aquello de "other bands play, Manowar kill". Manowar son en comparación con HellgardenN más blandos que los Poison en comparación con los perdonavidas americanos.


Grabaron en Río de Janeiro, en los ForestLab Studios con el productor Lisciel Franco que les ha dotado de la crudeza y la suciedad que les da el punto perfecto para sonar realmente auténticos, directos y honestos. No daba crédito a lo que estaba escuchando hasta que cuando casi acababa mi primera pasada veo en la información de su sello que para conseguir el endiablado sonido que tanto me han enganchado grabaron en analógico. Así se entienden las cosas mucho mejor. Así es más fácil recoger el espíritu de un grupo y sonar como suenan las bandas gordas de verdad. 


Así sí. Esto sí que es bueno. Esto sí que es contundencia. Esto sí que es hacer las cosas bien.

Enorme debut. Grandísima banda. Discazo.

Line-Up:
Diego Pascuci - Vocals
Caick Gabriel - Guitar
Matheus Barreiros - Drums
Guilherme Biondo - Bass

Se ha publicado a través de Brutal Records en CD, Vinilo y K7.








© Diario de un Metalhead 2020. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este álbum me sorprendió. Este es un sonido realmente pesado.