domingo, 29 de octubre de 2017

FIRESPAWN: The Reprobate (2017, Century Media) Suecia.


Por Simón García López.

No sé muy bien por dónde empezar con este disco, así que empezaré por aclarar una cosa. Los que seguís mis reseñas veis que siempre suelo hacer críticas de discos que son buenos. Por eso siempre encontraréis calificativos tendentes a destacar las bondades de estos trabajos que suelo calificar en resumen como discos buenos, muy buenos o discazos. El hecho de que no critique discos regulares o malos, siempre desde mi punto de vista y criterio subjetivo es simplemente porque mi tiempo no está para perderlo con reseñas negativas de grupos o discos que no aportan nada bajo mi punto de vista. No puedo reseñar todo y no voy a reseñar lo que no crea digno de reseña. Simple selección natural. La vida es muy corta y el número de nuevas ediciones mensuales monstruoso como para perderlo con cosas que creo no merece la pena transmitir. 

¿A qué viene todo esto? Pues a que como tiendo a repetirme, por los motivos dados, no quería empezar la reseña del último de Firespawn diciendo que es un discazo, que lo es y en realidad así empieza mi reseña sin matizarlo. 

En muchos grupos, la experiencia es una mierda que degenera el gusto y agota las ideas pero otras hace honor a la frase y se convierte de verdad en un grado. Y aquí el grado está muy elevado. 


Firespawn para quien no los conozca es un supergrupo sueco de Death metal formado en 2015 por miembros de Entombed A.D., Necrophobic o Unleashed por nombrar las bandas más conocidas pero ni mucho menos únicas. Todos son ultraconocidos y experimentados músicos, como Petrov a la voz, incombustible y que va a acabar, en contra de todas las previsiones sobreviviendo a todos los Entombed clásicos, incluido Nicke Andersoon que ha vuelto al grupo no sé muy bien a qué, o Matte Modin a la batería. Gente que lleva toda la vida dedicada al metal extremo y toda la vida es toda la vida. 20, 25, 30 años de carrera y lo que les queda. 

Firespawn es el grupo, proyecto quizás, donde sacan todos ellos su vertiente musical posiblemente más agresiva. Un grupo de Death metal muy rápido (como no podía ser de otra manera teniendo a Modin a la batería), limpio y potente, alejado del sonido podrido típico de los grupos suecos de Death clásico, siguiendo el camino de bandas como Unleashed, Amon amarth o Aeon que decidieron buscar su marca alejándose de esa clara característica de estilo. 

El resultado es esa misma esencia sueca, de atmósfera oscura y épica, no la épica de Amon Amarth sino la de Necrophobic por ejemplo, una épica volcada a lo malévolo y no a lo mitológico. Y es que todo el disco es infernal en esencia, desde la portada obra una vez más del impresionante, recargado y medieval Paolo Girardi, un maestro absoluto de la pintura ominosa y blasfema que ya se había encargado de la portada de su primer “Shadow realms”, pasando por las letras y la música. Un paso adelante en relación a su primer disco, consiguiendo alcanzar niveles de velocidad, brutalidad y malignidad superiores en todo a su predecesor.


Y es que “The reprobate” es una lección de Death metal rápido y blasfemo, pero actual y sin estancarse en estereotipos. Petrov baja el tono aún más a la voz; Modin, acompañado del enorme cuerpo que aporta Friberg al bajo, como siempre es un maestro del blast beat y la batería de concepto extremo desarrollada en su época con Defleshed y Dark funeral, y Brandt y Folkare están inmensos en las guitarras con las melodías, los punteos y abarcando una extensa gama de riffs que van desde el Death melódico cercano a At the gates en la entrada de “Full of hate”, pasando por el Death más extremo tipo Deicide en “Blood Eagle” con las voces dobladas en plan satánico en el estribillo al estilo Benton, o el más pesado y bestial tipo Aeon en la canción de cierre “The reprobate”. Estoy dando referencias de grupos para que os hagáis una idea, pero sin duda en este disco Firespawn han encontrado su estilo, su sonido y esencia. No es un disco de empastes, ni mucho menos es esa la sensación que quiero transmitir. Es un disco compacto de un grupo que ha alcanzado una cota de unión y calidad envidiable. Firespawn han llegado a donde querían con este disco. Clara muestra de esto es la inicial “Nightwalkers” sublime en la esencia malévola de los riffs y los punteos, su continuación “Serpent of the ocean” o la espídica “Generals creed”.

Puro y veloz Death metal con esencia, esa característica intangible que transmitían las discos clásicos de Death, Black, Doom, etc. en los 90 y que con el paso de los años, la digitalización de las producciones y la imperancia de la técnica sobre el sentimiento parecía haberse diluido por desgracia. Firespawn tienen esencia. La que quieras. 

Tengo la sensación de que la escena está dividiéndose entre los que se han dado cuenta de que lo que importa es la transmisión de sentimiento utilizando las buenas producciones y la técnica para ello, y los que siguen por el camino de la técnica extrema y el sonido de la hiperrealidad para generar música y su sentimiento. Yo estoy en el primer grupo. Soy un romántico y siempre lo he sido. Voy para viejo, así que me temo que lejos de aplacarse esto va a ir a más. Me declaro un romántico de la brutalidad. Como Firespawn. Todos románticos.







© Diario de un Metalhead 2017.

Más DEATH METAL aquí.

Más Discos de CENTURY MEDIA aquí.