Por Simón García López.
He de reconocer que le había perdido la pista a Sauron desde poco después de su salida de Decapitated. Esto lógicamente ha motivado que hasta este mismo año y casi de casualidad la existencia de Masachist me haya pasado totalmente desapercibida.
Para quien desconozca la banda como yo hasta hace nada, Masachist son un grupo polaco formado en 2005 y con nada más y nada menos que 3 discos a sus espaldas, heredero directo de aquella enorme y fructífera escena encabezada por Vader y Decapitated a finales de los 90 comienzos de los 2000, que dio entre otras muchas bandas tan increíblemente buenas, algunas desaparecidas como Yattering (el “Genocide” es un disco extremadamente bueno y original) o Dies Irae, y otras vivitas y coleando como Azarath, Lost soul (estás tardando en escuchar el “Chaostream” si aún no lo has hecho), Trauma, Hate o los más conocidos a día de hoy probablemente Behemoth. Todos ellos y muchos más formaron una escena en aquella época que se convirtió en la más poderosa del panorama extremo mundial. Fueron la escena que insufló aire fresco a un metal extremo que tan solo en EE.UU. con la aparición de Nile, Origin, Hate eternal o Dying fetus entre otras parecía reinventarse y mantener viva la llama ante la caída y abandono por parte de fans y discográficas de la mayoría de bandas que a principios de los 90 habían protagonizado la época dorada del Death metal clásico.
Masachist son un grupo de Brutal death poderoso, original, oscuro y con mucho que aportar. No son para nada un grupo más. Tienen cosas muy muy interesantes que se explican por ser quienes son y venir de donde vienen. Sin duda, pueden recordar de inicio a los Behemoth más brutales, aquellos del “Demigod” o “Apostasy”, pero van más allá. Son mucho más que eso.
“The sect” es un disco muy variado y complejo, lleno de detalles que demuestran una enorme calidad. Un disco que fluctúa entre la velocidad y la lentitud pero siempre sin abandonar un concepto musical basado en la brutalidad. Son capaces de transmitir toda la bestialidad y violencia de la mejor época polaca, sonando extremadamente rotundos y potentes, con una buena carga de riffs pesados y oscuros, a la vez que originales que recuerdan al “Genocide” de Yattering como en “Distant Horizon” con la voz descomunal de Sauron como no podía ser de otra manera apoyando esa sensación desde el principio hasta el final del disco. Las baterías contundentes de Daray sirven de tanque de demolición, imprimiendo rapidez como en la antes mencionada o el tema inicial del disco “Selected for execution” o lentitud como en “Glorious death” o “The root of life”, tema este donde Sauron deja claro que sigue siendo un auténtico monstruo. Vaya voz más brutal.
Quizás el tema más directo, el single por decirlo de alguna manera, una buena piedra de choque para adentrarse en lo que son sea “The sect”, tercer corte del disco con un riff inicial muy pegadizo y uno posterior aplastante acompañado de doble bombo y algún que otro toque industrial. Posiblemente por estructura el más accesible.
Como decía el disco, cada canción está lleno de detalles de calidad inmensos. Es imposible detenerse en ellos, pero para que os hagáis una idea, tomando como ejemplo “Vengeance sworm” una canción lenta y pesada, fijaos simplemente en los cambios, en los silencios, tan denostados en el metal extremo como fundamentales, en cómo está construida la canción, en dónde se usa el doble bombo por ejemplo y en dónde no es necesario, y cómo su uso unido a la voz y a los riffs imprime un efecto de intensidad creciente mantenido hasta el final. Fijaos dónde se usan efectos en la voz y en dónde no, cómo se deja de usar el efecto que la diluye y que transmite atmósfera para pasar a transmitir sin tal efecto una sensación de violencia que es literalmente un puñetazo en la cara. Detalles que marcan la diferencia y que pueblan el disco desde el principio hasta el final.
“The sect (death REALigion)” es un gran disco de un gran grupo. Una alegría inmensa para mí por redescubrir a unos cuántos músicos que por unas cosas y otras les tenía perdida la pista. Para los amantes de la música extrema sin contemplaciones, de verdad, no lo dejéis pasar.
© Diario de un Metalhead 2017.
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