La capacidad de los músicos para liarse la manta a la cabeza y hacer esfuerzos con tal de tocar en directo me sorprende cada fin de semana en el que acudo a un bolo garitero. Esta vez los que me dejaron patidifuso con su historia fueron Ravenblood, aunque ya hace años que los conozco y no me sorprende en absoluto y Toxic Army. Evidentemente cobrando cinco euros y con una banda de Mallorca y otra de Barcelona, ya se sabía que los grupos iban a perder dinero porque además la cita coincidía con otras en la región. Toxic Army se lo tomaron como unas vacaciones, como también hizo Daniel de Ravenblood, situación que aprovechamos en Diario de un Metalhead para atraerlos hasta Radio Ujo e invitarles a unas cervezas. Programa que si no escuchaste, ahora lo puedes hacer pinchando aquí.
CHAMAKO WEY
CHAMAKO WEY + RAVENBLOOD
CHAMAKO WEY se hicieron los remolones para subirse al escenario. Lo hicieron, por fin, un par de horas más tarde de lo anunciado, algo que, de verdad, creo seriamente que debería dejar de hacerse en los bolos “gariteros”. Era la primera vez que los veía y me gustaron. Sinceramente, no pensé que esta gente lo pudiera hacer tan bien. Me gustaron más de lo que en su momento fue Human, y eso que nunca fui fan del rollo Brujería. Nos ofrecieron un repertorio en el que incluyeron todos los temas de los que disponen en el que por supuesto no faltaron los tres cortes de su demo. A ello le sumaron versiones de Machine Head, Carcass -alucinante como sonó “Tomorrow Belongs Nobody” con Daniel de Ravenblood como invitado- y Brujería, por supuesto. Creo que si se lo tomaran más en serio en vez de traerse ese rollo de “tocar porque nos mola y porque somos colegas y lo pasamos bien” tendrían un hueco en la escena estatal, y no es broma. Fue brutal.
TOXIC ARMY
TOXIC ARMY salieron justo detrás. Con la fiera Laura Toxic al frente del comando, su show fue una explosión de energía que hizo que no pudiéramos pararnos quietos en ningún momento. Ante la ausencia de algún fotógrafo que me ayudara en la labor, yo mismo tuve que tirar de gatillo. El resultado es evidentemente malo, pero es lo que hay. Y es que si además de no ser fotógrafo te emocionas cuando suenan canciones como “To Death”, mal lo tienes para sacar algo mínimamente enfocado. Las luces no ayudaron, son un tema aún pendiente en el Malecón, pero sé que están trabajando en ello y que pronto dispondrán de una mejor iluminación que haga las delicias de los fotógrafos.
Era la primera vez que por fin veía un show completo de TOXIC ARMY. Sólo había disfrutado de su directo en la Metal Battle y el set-list del concurso era demasiado corto. Son un chute de energía y aunque a lo largo de estos años he visto buenas bandas estatales de estilo similar, sinceramente, creo que ninguna ofrecía un espectáculo tan dinámico y divertido. Es una pena que aún no tengan un disco para poder escuchar los temas con más regularidad. Su forma de trabajo a lo largo de estos años de carrera es pausado, sacando los temas de uno en uno y ofreciéndolos a través de plataformas como youtube. Ojalá nos den algo físico pronto, porque canciones como “Toxine” o “Mechanical Prototype”, con la que empezaron, son auténticos hits. Laura Diablo a la voz es por sí misma todo un show sobre las tablas, una diosa de escenario. A los lados las escoltas Eva Impaler (guitarra) y Silvia Panic. La primera más tranquila que la segunda a la que de haber sido una gran banda de los 90 le habrían puesto en el DVD una de aquellas cámaras que perseguía a un sólo músico en todo momento. Me encanta la actitud de la bajista sobre el escenario, como el de toda la banda. Muchos debieran tomar referencia y ver que un concierto es más que tocar bien. TOXIC ARMY lo hacen. Amor.
RAVENBLOOD cerraron la noche pasados de volumen. Los músicos están sordos y quieren que otros también nos quedemos de la guisa. Sí, demasiado decibelios para mi gusto, y no entendí muy bien la razón. Acabaron el show de milagro porque los micros empezaron de forma súbita a fallar. El problema se hizo evidente cuando Daniel invitó a Laura Diablo a subir para soltarse con el “Engel” de Rammstein y lo tuvieron que hacer compartiendo micro, lo cual sirvió de disculpa al cabronazo del vocalista para arrimarse a la mallorquina y repartir envidias entre los chicos de las primeras filas.
RAVENBLOOD
Los barceloneses se plantaron en Avilés con nuevo guitarrista, Arnau, un tío encantador alto como el Busi de Crisix pero con el pelo de Humberto de Trallery. Sólo la falta de confianza hizo que nos cortáramos de tocarle los rizos como le hacemos al bueno de Humberto cuando le vemos. El concierto se nos hizo como los dos anteriores, cortísimo. Buena señal. Canciones de siempre, porque parece que llevemos toda la vida escuchándolas como “King Among Slaves” o “Pathfinder, nos hicieron disfrutar como también el nuevo hit “Purge”. Una vez más me lo gocé de lo lindo y solo la acertada ausencia de alcohol en mi cuerpo -acertada porque al salir de Avilés me pararon en un control de alcoholemia- impidió que me desmadrara en condiciones.
En definitiva una gran noche con tres bandas que a pesar de no haber atraído a mucho público estuvieron sensacionales y entregándose como si estuviesen en el mayor de los festivales. El buen tiempo hizo que la despedida en la calle se alargara durante más de una hora.
RAVENBLOOD + TOXIC ARMY
Gracias a CHAMAKO WEY, TOXIC ARMY y RAVENBLOOD por lo mucho que nos dieron a cambio de nada y también a la Sala Paseo del Malecón, que con las reformas es un lugar infinitamente mejor. Un poco más de luz y una pequeña mejora en el sonido y será una sala referencia sin duda. De momento ya cuenta con un escenario decente. Volveremos.
Desde aquí mandar el mayor de los abrazos, que coño, besos, a todos los miembros de todas las bandas. Pocas veces se va a juntar tanta buena gente en un concierto. Imposible no quererlos a ellos y amarlas a ellas. Ojalá muchas noches así.
© Diario de un Metalhead 2017.