Por Larry Runner.
La lluvia y los truenos abren este “Triste Destino”, segundo disco de los asturianos WESTHIA que creo supone un salto grande de calidad con respecto a su álbum debut. Un trabajo con mucha tristeza en su interior -precioso el libreto- aunque sin espacio a la rendición.
Desde la foto de portada, obra de Eva Bustamante pasando por el diseño del artwork de Tony Nekrosia hasta llegar al último riff, todo parece estar bien y hecho con un nivel de calidad superior.
Sorprende más aún todo ello cuando charlas con la banda y su entorno y te cuentan los pocos medios con los que han contado, tirando de amigos para todo. Gente que ha aportado su conocimiento y buen gusto de forma altruista, algo que desgraciadamente muy pocos hacen hoy en día y son menos aún los que lo entienden, llegando a etiquetar de tontos incluso a los que los que practicamos eso de hacer las cosas por amor y no por pasta.
Dejando definitivamente de lado reminiscencia alguna del rock urbano, WESTHIA se sumergen en el auténtico metal, con una más que evidente influencia del sonido “... And Justice for All” de Metallica que a mi, personalmente, me encanta.
Guitarras y más guitarras, las dueñas y señoras del sonido del grupo. Puro metal, que falta que hace. Sin aditivos artificiales, sin postproducciones, crudo, directo, no apto para amantes de los mestizajes musicales, ni falta que hace.
Canciones para cabecear, o para empujarse como en “Holocausto Nuclear”, que lleva de todo, y un batería que le zurra de lo lindo, porque Sergio García “El Jevo” no toca la batería en este “Triste Destino”, si no que la maltrata a base de bien. Es difícil hoy en día escuchar una batería así de cañera. Las producciones excesivas las hacen sonar a lata, a artificio o simplemente a mierda de ordenador.
Diez cortes con dos instrumentales entre ellos conforman un disco de unos músicos que a pesar de encontrarse con que los años han ido pasando y a estas alturas seguramente poca o ninguna esperanza les quede ya de vivir de esto, trabajan con honestidad, entrega y saber hacer. A veces te encuentras con grupos que llevan años y años en esto y te vienen con esa monserga de que hay que respetarles por ello. Estoy totalmente en desacuerdo. Que lleves tiempo no te hace bueno. Hay gente que lleva 30 años y no ha evolucionado una mierda. No es el caso de WESTHIA, ni de lejos. Como digo la evolución ha sido enorme del primer disco a este. Confieso que era muy escéptico antes de escuchar en profundidad este “Triste Destino”. Ahora debo decir que me gusta. Llámame true, me da igual.
Me considero un tío bastante exigente, no me vale cualquier cosa, y viendo los discazos que nos llegan cada día, nuestra gente lo tiene complicado para hacerse un hueco en nuestras discografías. No es apoyar porque sí. Si apoyas es porque sientes que eso necesita conocerse. Tras escuchar “El último rey”, por ejemplo, no me queda la menor duda. ¿Te dije que sonaba al “...And Justice for All”, pues sí, me encanta esa gravedad, esa rabia, esa mala hostia y ese dar palos a los hijos de puta cuando hace falta echar la bilis fuera.
El bajo es una puta maza, en algunos momentos de “Tierra” incluso es protagonista. A alguien como a mí al que le encantan que los bajos suenen fuerte (en eso sí que no se parece al disco de Metallica jajajaja), me parece sensacional.
Si les vas a dar una oportunidad, te aviso, escucha el disco más de una vez. Te irá enganchando. No entra a la primera, pero con cada pasada, te gustará más. Si es que te gusta el heavy metal, claro. Aquí no hay “saltiquinos canguriles”. Es un disco para el headbangin’ y con además algunos temas muy buenos. Destacaría sobre todo “El último Rey” y “Tierra”, aunque “La ira de Satán” es bestial.
Si lo escuchas, que sea hasta el final. Lo que te digo, hasta el final. No dejes pasar este detalle.
Enhorabuena chavales. El día 2 no podré estar en el Nalón Rock porque me pillará a 1500 kilómetros, pero tarde o temprano escucharé estos temas en vivo. Hay ganas. Gracias por este regalo.
© Diario de un Metalhead 2017.
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