viernes, 21 de junio de 2019

ISTHAR: Pequeña Sinfonía Africana (2019, Rock CD).


Por Larry Runner.

No soy amigo de leer las hojas de prensa que acompañan a los discos cuando los sellos lo hacen bien. Prefiero escuchar el álbum atentamente y cuando ya me hecho una idea sobre él, entonces sí, echarle un vistazo al papel o al PDF según el caso. Es como un juego que me permito para ver si acierto por donde van los tiros. No suelo equivocarme, y en el caso de esta gente, ISTHAR celebro haber dado en el clavo también.

Y es que cuando me pinché por vez primera este “Pequeña Sinfonía Africana” en el coche enseguida me descuadró todo. Hacía mucho tiempo que no escuchaba nada igual. Una música que de crío me parecía un tostón y que con el paso de los años empecé a respetar como muchos otros estilos de atrás. Y es que hoy en día soy capaz de disfrutar del metal más extremo y al momento siguiente flipar con Ray Charles. La música de los 50 me apasiona y aunque la década de los 70 nunca fue mi favorita, siempre que algo de aquella década llega a mí por alguna parte, la disfruto también.

“Pequeña Sinfonía Africana” me traslada a esos años, a los 70, y en concreto a un movimiento que fue muy importante en el rock español y al que nunca se le hizo justicia pero creo que menos aún en su época. Sí que fue reconocido años más tarde y hoy en día se le valora aún más pero no lo suficiente. Hablo del Rock Progresivo Español. Bandas como Los Canarios, Bloque, Mezquita o mis paisanos Crack entre otros mucho. Grupos que deberían ser casi de estudio en los institutos y cuya música desgraciadamente es poco conocida. 


ISTHAR te llevan a aquella época. Fue muy fuerte ponerse a escuchar este disco, y sí, no voy ahora a tirarme el pisto de entendido en la materia, me viene muy grande la asignatura, pero fue genial el dejarse arrastrar por este álbum. 

Madrileños de pinto, nacieron como banda en los 70 y como todos en aquella época aprendieron de forma autodidacta. No fue hasta casi 20 años más tarde, en el 88, cuando debutaran discográficamente con “El mundo de los sueños” al lado de los más ilustres de por entonces. Músicos como J.C. Molina, el mejor teclista de la época Miguel Ángel Collado, Javier Mira, etc. Tras años de parón volvieron en 2011 con cambios en la formación y para publicar “Sangre, sudor y lágrimas”. En 2013, con más movimientos en el line-up publicaron “El Destino del Mundo”.

Y ahora regresan con “Pequeña Sinfonía Africana” para que viajemos a aquellos años. Música sin estridencias, pausada en las más de las ocasiones y con una brutal influencia del jazz que rechazarás si eres de chutarte estridencias de continuo. Olvídate de drogas duras musicales. Esto es otra historia. La banda no hace ascos a la experimentación y las guitarras son sin duda lo más importante, aunque los teclados tienen un papel bastante destacable. Como añadido introducen el sonido del clarinete en muchas de las composiciones, lo cual le da un aire de originalidad importante.

El disco es conceptual y gira entorno a la denuncia sobre la explotación y el mal trato que se le da al continente africano y sus gentes. Contiene 10 cortes en los que no faltan las instrumentales tan típicas del Progresivo setentero, ya sabes, retorciendo las notas y extendiéndose en el minutaje. “África” es el tema central del que incluyen una versión corta a modo de bonus track. 

Suenan naturales, sin trampas, sin mierdas de ordenador, como antes y aunque seguro que la tecnología ha estado presente en el álbum, al menos no canta. La mezcla en la banda de veteranía y juventud hace que no suene a caduco a pesar del género del que se trata.

Si te gusta el Rock Progresivo Español de los 70 casi te diría que es imprescindible. Todos mis respetos para los músicos valientes. Arriesgar es jodido. Ellos no se cortan. Gracias por no ser más de lo mismo. 








© Diario de un Metalhead 2019.