martes, 16 de julio de 2024

VALADOURO ROCK. Valadouro, Lugo. 22.06.2024. Crónica.

📝 Julia Martínez-Lombó Testa.
📷 Jorge López Novales.

Arrancamos la temporada de festivales asistiendo al nacimiento del Valadouro Rock. Un festival afincado en el pequeño pueblo gallego de Valadouro (Lugo), a escasos treinta kilómetros de Viveiro, gestionado por grandes amigos de esta casa. No podíamos perdernos esta oportunidad. 


Para esta cita inaugural se había programado una jornada de música que incluía una sesión gratuita vermut y un festival de ocho bandas, todo ello en el recinto del concierto y una fiesta postconcierto con Réplica en el Pub Atalaia.

Poco más tarde de las 13:30 arrancaba la sesión vermut gratuita respetando los horarios marcados en el cartel. Subían al escenario Sküld. Una cuarentena de personas presenciaba el inicio del show de los de Veiga, marcado por la potencia que caracteriza a la banda. Sküld. fueron desgranando sus temas clásicos combinando las canciones propias con las versiones. Arrancaron con “Diamonds and Rust” de Judas Priest, “Huye”, “Flight of Icarus” (Iron Maiden) y “Odín”.  Poco a poco la carpa se iba llenando de rockeros y gente del pueblo que acudían a un evento en el que pasar la mañana del sábado. Así empezamos a ver a caras conocidas, asturianos llegados a Valadouro a los que saludar. Los incondicionales de la banda se acercaban al camión escenario para corear los temas. Se reproducía el espíritu que vivimos cada año en el Unirock de ver a familias enteras disfrutando del rock.

No faltaron en su setlist los temas perversionados que aprovecharon para dar a conocer el Unirock y la asociación organizadora a través del ya clásico Perversiones. 

Cuando pasaron unos minutos de las 15:30 ponían fin a su concierto con “Ace of Spades”, tema en que tanto al vocalista Lorena como el bajista José Carlos bajaron del escenario para moverse entre el público asistente. Las recurrentes peticiones hicieron que la banda preguntase a la organización si podían añadir un último tema, gracias a lo cual pudimos disfrutar de “No hay tregua” de Barricada con la interacción habitual con los asistentes.

Un rápido hasta luego y nos retiramos pues pronto habíamos de regresar a lo que sería el festival propiamente dicho.

A las 18:15 Materia Muerta, la banda ribadense de hardcore, fundada en 2015, inauguraba el Valadouro Rock. Cuando todavía el público estaba accediendo al recinto, comenzamos a escuchar “Destripador” (un cañero tema que da inicio a su último y reciente trabajo “La Bestia), “Enfermedad” y “A Mariña”. 

La carpa presentaba un aspecto notablemente diferente a la mañana ya que en los laterales no solo se encontrarían la barra, foodtrucks y la mesa con el merch del propio festival, sino que se habían añadido otros espacios para los puestos de las bandas que intervenían en la tarde y para la recarga de las pulseras de pago de consumiciones. No nos podemos olvidar del espacio “Festivales Amigos”, que había estado presente en el Perversiones de la Asociación Unirock. Es este un lugar habilitado para que festivales y asociaciones musicales de la zona, y que están hermanadas entre sí, puedan promocionar sus actividades y vender su merch. 

Nacho, su vocalista, se pasó casi más tiempo entre el público que en el escenario. Enardecieron a los asistentes desde el principio.

Se despidieron con “Entre la tempestad” y “Queman Galicia” en lo que fue un gran comienzo para lo que se avecinaba.

Mención especial para Pablo Viña y Java que se encargaron del sonido durante toda la jornada, haciendo que desde cualquier punto del recinto se escuchase sin ningún problema cada uno de los conciertos. Ya os contaremos además cómo solventaron los problemas que se iban presentando.

Tras una breve prueba de sonido a las 19:20 comenzaron a sonar los asturianos Drunken Buddha. Arrancaron con “March to Dementia” y “Sea of Madness” con un sonido claro y contundencia en la batería. El golpear certero de Kai atraía al público a las primeras filas a pesar de que el sol golpeaba con fuerza fuera de la carpa. Raro es que en el norte, necesitásemos estar cubiertos para protegernos del sol y no de la lluvia. En el segundo tema Michael Arthur Long comenzó a hacer de las suyas. En estos primeros, justo delante de la mesa se escuchaba algo de distorsión tal vez por el elevado volumen, circunstancia que desaparecía al estar más atrás en la pista. 

En el ecuador de su intervención nos dejaron “Monster” (mi canción preferida), y tan sólo un par de temas después Michael Arthur Long saltó del escenario para recorrer la pista y encaramarse a la mesa de merch y efectuar uno de sus característicos saltos mortales. En esta ocasión la clásica botella de champagne fue sustituida por agua mineral, con la que el vocalista no dudó en regarse.

Los terceros en entrar en acción fueron los coruñeses Strikeback. De nuevo presenciamos un cambio rápido pese a tener que hacer las pruebas de sonido sobre la marcha. Aprovechaban este tiempo para ir colocando la lona trasera del escenario. Liber se echó a la espalda el peso del directo desde “Bound by Desire”. Los músicos estaban especialmente activos sobre las tablas y no paraban de alentar al público con su apuesta thrash metal. Los circle pits se sucedían, incluso pudimos presenciar como se realizaban dos circles paralelos, ya que los numerosos niños asistentes crearon el suyo propio.

Aunque el intento de wall of death en la recta final del concierto no fue del todo exitoso, demasiadas prisas entre los asistentes.

Una apuesta segura para seguir calentando el festival. Nosotros ya habíamos perdido el factor sorpresa y gran parte que los conocía, no se fueron decepcionados. Grandes músicos sobre las tablas y un encanto de personas con sus fans.

Con Miguel Costas nos adentramos en el punk rock estatal. Costas es todo un referente con un gran poder de convocatoria. Muchos los conocen por ser fundador de Siniestro Total, aunque lo siguió una carrera musical consistente. Algunos temas de Siniestro sonaron en Valadouro junto muchos clásicos de su carrera en solitario. Ya sin la molestia del sol la gente se acercó al escenario, pudiendo tocar las propias tablas, ya que no había foso.

En este momento había ya bastante afluencia de público. La carpa se había llenado para corear “Ponte en mi lugar”, “Bailaré sobre tu tumba”, “Opera tu fimosis”, “Asumpta”, “Pueblos del mundo, extinguíos”, “Vamos”. “¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos?”, “Hasta los huevos”…

Terminó animando al público a bailar una muñeira para introducir “Miña terra galega”.

Con diez minutos de retraso sobre el tiempo previsto “Vita Imana” cambió de nuevo el rumbo musical de la tarde. El sexteto madrileño nos dejó un set de trece temas ajustado al tiempo del que disponían, a partir del esqueleto del set habitual. Es complicado escoger entre “clásicos” de la banda, pero no faltaron el combo de inicio “Sakura” (intro), “Caos”, “No en mi nombre”. 

Al principio hubo algunos acoples de guitarra que se corrigieron. Miriam Baz que combina la ejecución con manos y baquetas dota de un timbre propio y diferente a esta propuesta Groove. A estas horas los niños que ocupaban las primeras filas habían comenzado a irse dejando el sitio a los mayores. 

No bajaron la intensidad en ningún momento y se recuperaron los circle pits, ahora ya bastante más intensos. El pequeño retraso les obligó a apurar el fin de fiesta.

Con algo más de media hora de retraso, Obús se presentaba en Valadouro. Una banda veterana que presentaba bastante buena forma y que nos fue dejando clásico tras clásico. Comenzaron con “Necesito más”. Seguida de los habituales “La raya” y “El que más”. Entre los temas Fortu nos regalaba comentarios y explicaciones presentándonos a Yoli y el puesto de merch donde podríamos encontrar recuerdos de la banda. 

Cuarenta minutos de show donde nos habían dejado temas “Corre Mamón”, “Te visitara la muerte” o “Autopista” hasta llegar a “Complaciente o cruel” al filo de la una de la madrugada momento en el que escuchamos un chispazo seguido de un apagón de luz y sonido en el escenario. Una bebida en un mal sitio que se derrama y provoca un cortocircuito. En apenas tres minutos los técnicos conseguían recuperar el sonido y la luz, aunque de forma momentánea, porque un segundo apagón supuso un parón algo más largo en el escenario. Cuando los nervios se empezaban a apoderar del respetable (no quiero imaginar cómo estaba la organización y los técnicos a los que se culpaba de algo con lo que nada tenían que ver) se consiguió restablecer todo y continuar con el set que entre el retraso de comienzo y esta circunstancia se vería recortado en un par de temas. 

Serpentinas y confeti terminaron con un show que el público estaba esperando con ansia.

Gigatrón llegaron para marcar un punto de inflexión festivo. Su gira XXV aniversario con una selección de sus mejores temas, que nos presentaron por orden cronológico, llegaba a Valadouro. Fueron los damnificados, teniendo que renunciar a interpretar algún tema.

El escenario era ocupado por una muralla de altavoces y un Mazinger Z hinchable. Arrancan con el tema que inicia el viaje musical de Gigatrón, “El barco de colegas”, al que nos invitan a subir.

Para complementar el espectáculo tenemos al esbirro Toni Alfaro que se encarga de coros, ser Satán en “Machocabrio”, Odín en “Queridodín” o lo que le pongan por delante. Y un invitado puntual, Diego López Navarro (Vita Imana) a la guitarra, disfrazado, que se unió al espectáculo en el escenario, siendo uno más de ellos.

Alterando el orden cronológico metieron, para cerrar, el resultón “Heavy hasta la muerte”.

Leather Boys cerraron esta primera edición de Valadouro. Tuvieron media hora para mostrar de lo que era capaces con su rock sin complejos. No se amilanaron con la desbandada del público y ofrecieron su mejor versión pese a tener que recortar su set por el retraso acumulado, y a pesar de que los recortes de las bandas precedentes no habían conseguido recuperar los horarios marcados.

Luismi Rose, vocalista del grupo, interaccionó con su público y encontramos sus habituales tics escénicos como jugar con el pie de micro y buscar la complicidad de su gente. Es todo un animal de escenario.

Llegaba el momento de retirarse, aunque la fiesta continuaba con Réplica.

Seguro que este Valadouro formará parte de un capítulo de su nuevo libro.

Gracias a la organización

© Diario de un Metalhead 2024.

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