📷 Jaime Photolive & Hellfest.
Un año más de vuelta en Infernópolis, como sus organizadores llaman al festival más importante del festivalero mes de julio en Europa, y como es costumbre, el lunes ya estábamos por allí todos las miembras y miembros de la expedición, que este año era más amplia que nunca, quince personas ni más ni menos. Nada comparado con lo que sucederá el año que viene, donde ya tenemos confirmado que la familia crecerá hasta los treinta participantes; a este paso les va a salir más a cuenta traerse el festival al norte de España.
De mano cabe resaltar que cada año ponen más trabas para poder vivir la semana en furgoneta, pues limitan los aparcamientos en las cercanías cada vez más. Aún con todo cada año conseguimos poner el campamento más cerca de la entrada, este año a escasos 2 o 3 minutos de la puerta… a este paso cualquier año ponemos el chiringuito delante del Main Stage. Fuera bromas es una pena que un evento de tanta envergadura no entienda que mucha gente utiliza la furgoneta como hotel, y que deben poner más facilidades. Nosotros llegamos muy pronto y ya tenemos experiencia para encontrar acomodo. Pero sabemos de mucha gente que llegó después que tuvo que irse muy lejos del festival. Además en sus parkings oficiales no quieren dejar ni que montes nada externo a la furgo ni que puedas cocinar. Tienen que entender que tantos días implican ciertas necesidades básicas y que no se puede tener a la gente tantos días sin ellas.
Martes y miércoles.
Como todos los años el martes y el miércoles acudimos al festival previo que se celebra en el parking del supermercado Leclerc, el ya célebre LE-OFF, dos días de infinidad de bandas francesas en dos escenarios donde se intercalan bandas de todos los estilos, y tributos a bandas internacionales que hacen de calentamiento de lo que nos espera el fin de semana. Es lo justo para empezar ya el jueves el festival con un buen déficit energético, pero hay que remarcar que todos los años lo pasamos en grande, pues los cogemos siempre con demasiadas ganas y no entendemos ya un Hellfest sin esta entrañable previa.
Jueves
El jueves como de costumbre la música comienza en el Hell Stage, un escenario en medio de la Hell City, donde se realizan unos primeros conciertos para caldear el ambiente. Este año teníamos representación con los pamplonicas The Broken Horizon, que tuvieron todos los problemas del mundo en su actuación, pero que supieron compensar con ganas y mucha energía. Todo un mérito el de ellos y el de Dermai Management llegar a tocar en la antesala de uno de los mejores festivales del mundo, enhorabuena.


Después de dar una vuelta de reconocimiento descubrimos que el recinto seguía con sus mismas dimensiones pero que han seguido añadiendo decoración y poniendo cada vez mejor lo que ya había; las obras prometidas para ampliar el terreno parece ser que quedan para 2025. Para los que no hayan leído mis crónicas anteriores de otros años solo repetiré que Hellfest es más que un festival de música, es una experiencia para los sentidos. Están cuidados todos los detalles, la Hell City enamora a primera vista, y lo que se siente cuando el recinto oscurece y el fuego empieza a envolverlo todo es indescriptible. Cada año llevamos nuevos reclutas y es una pasada ver sus caras al acceder al recinto. Además está lo más importante, un cartel increíble siempre y un sonido en todos los escenarios que es la joya de la corona. Siempre lo diré, hay que ir una vez en la vida, aunque seguro que no puedas dejarlo en solo una. A lo largo de las cuatro crónicas también diré cosas negativas, como no. De mano nos encontramos con el primer disgusto, subida de precios, tanto las cervezas como la comida han subido alrededor del euro y medio. Por suerte el festival era barato, con lo que esta subida no lo convierte en algo prohibitivo, pero es cierto que al final del festival nos ha supuesto a cada uno una subida total de cerca de 80 euros de media respecto al año anterior. Este año nos salió el gasto total a unos 240 euros, unos 60 por día, esperemos que no cojan la costumbre de seguir subiendo.
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Immolation |
Vamos a lo que importa, pasamos absolutamente de Slaugther to Prevail, estoy muy cansado de su cantante, Alex terrible. Quien quiera investigar un poco sobre sus patinazos relacionados con ideas políticas y sociales más que turbias que indague en la red. Decidimos arrancar con IMMOLATION, la banda neoyorkina de death metal dieron un bolazo como se esperaba. Los conciertos en las carpas del Hellfest casi siempre son seguros de vida, y este no fue una excepción. La veterana banda dio una lección de técnica y sonido en la carpa Altar, quizás no tuvieron el nivel de volumen de las grandes citas pero fue de principio a fin prácticamente perfecto en cuanto a ejecución. "An act of God", "All that awaits us", "Dawn of possesion", "When the jackals come" y "Overtures of the wicked" fueron algunos de los temas que tocaron en los 40 minutos que estuvieron sobre el escenario.
De ahí al MAINSTAGE 1 donde le tocaba el turno a KERRY KING, y por mucho que haya tenido un año rarito, con polémicas con sus ex, para posteriormente anunciar gira regreso, y que su disco no dista mucho de lo que hacían Slayer en su última época, siempre hay que acudir un ratito cuando una leyenda del metal te llama. El concierto no tuvo un sonido arrollador en cuanto a ganancia, pero sí estuvo muy bien en cuanto a calidad y Mark Osegueda a la voz (Death Angel) es un auténtico pepinazo, así como el resto de la banda. La gente estuvo relativamente animada, pero está claro que todos esperaban el fin de fiesta para motivarse a tope, y como no, ese momento llegó con el "Reign in blood" y con "Black Magic". Por el camino dejó ocho temas de su "From hell I rise" y una canción más de Slayer, "Disciple". Antes de la última canción nos fuimos a disfrutar de los últimos casi cuarenta minutos de BRUJERIA.


Vuelta al Altar como decía para ver una vez más a Juan Brujo y los suyos. Lo de siempre, pero si se me permite mejor. El sonido fue potente, ya empezaba a reventar de una manera seria, y la gente estuvo entregada al 100%. Estuvieron enchufadísimos todo el concierto y arrancando pogos y risotadas de todo el público durante los casi cuarenta minutos que llegamos a ver. En estos últimos años, había tenido algunas experiencias en directo con ellos que empezaban a demostrar cierta decadencia de la banda, pero este no fue el caso. Conexión perfecta con el público y bolazo con todas las letras. Hace tiempo que dejaron de tener ese punch con grandes estrellas del death europeo en sus filas, y su grind no deja de ser simple y sin muchas aspiraciones, pero cuando conectan con el público la fiesta está asegurada. Sonaron sus clásicos, no podía ser de otra forma, "Colas de rata", "Pito Wilson", "La frontera", "La migra", "Matando Güeros"… Acabaron con su "Marijuana" como siempre… Un sota, caballo y rey de libro.
Llegaba el turno de Dave Mustaine y sus MEGADETH, con lo que di media vuelta de nuevo al Mainstage 1. Cada vez que los veo mi interés en directo por ellos va menguando. La banda suena realmente bien, pero para mí les está sucediendo lo mismo que a METALLICA, de los que hablaré en la crónica del sábado. Suenan cada vez más plano, están perdiendo el rollo thrash cada concierto que pasa, son como una jukebox de temas pero donde cada vez hay menos espíritu. Conseguí aguantar cuatro temas: "The sick, The dying…and the dead", "Rattlehead, Kick the chair" y "Skin o’ my teeth". La voz de Dave está por los suelos y no tengo ganas de ver morir de esta manera a una banda que me ha hecho gozar tanto en directo. Me fui consciente de que faltaban por sonar muchos temazos, pero no iba a disfrutarlos así que decidí cambiar de tercio y apostar por cosas “nuevas”.
Pongo nuevas entre comillas porque la banda ya tiene más de 25 años, pero no había podido verlos nunca, hablo de THURSDAY, grupo de post hardcore de New Yersey. La banda de Geoff Rickly tocaba a una muy buena hora en el Warzone Stage, pero para mi gusto defraudaron. Empezaron muy enérgicos y con muy buen sonido, pero no acabaron de enganchar al público, y no me extraña, porque la sensación general era de ir aburriéndonos cada tema un poco más. La banda gozaba de muy buena fama a inicios de los 2000, pero tanta ausencia en Europa creo que les ha pasado factura cara al público. Se ve una buena banda, pero ahora mismo no tienen mucha llamada, y eso pasa factura en directo. En la media hora que pude verles tocaron temas como "For the workforce, drowning", "Cross out the eyes", "Signals Over the air", "Jet black new year" o "Fast to the end", con la que pusimos fin a la experiencia para cambiar de nuevo al Mainstage 1.
Iban a comenzar los californianos AVENGED SEVENFOLD, a los que les tenía muchas ganas. Sin ser un grupo que me guste en exceso tenía la sensación de que en directo deben tener algo especial. No puedo hablar más que de los cinco primeros temas, porque tenía otra cita en media hora en el Altar que no estaba dispuesto a perderme. De lo que vi solo puedo decir que tienen un sonido increíble, no sé si llevan mucho pregrabado pero la banda suena como un tiro. Además tienen una puesta en escena digna de cabeza de cartel, quizás no tengan tantísimo público como para ejercer de cabeza de cartel en todo un Hellfest, pero no es por falta de calidad, sin duda. "Game over", "Mattel", "Afterlife", "Hail to the King" y "We love you" fueron las canciones que pudimos disfrutar. Si no hubiera tenido que irme al Altar en ese momento seguro que les hubiera dado la oportunidad de ver el bolo entero.


Quedaban dos conciertos por ver el jueves, los primeros eran SODOM, y estando este año el Altar tan huérfano de clásicos era un concierto ineludible. Para los thrashers es siempre un concierto especial, y para mí, desde que los tuvimos en el OBF en el 2016 como primera gran banda internacional se convirtieron en algo más emotivo si cabe. Menudo bolazo, fue el primero donde vimos ese sonido de la carpa cuando pasa una apisonadora por ella. De principio a fin sonido limpio y demoledor, había que acercarse mucho para poder comentar la jugada con el compañero, Carlos en este caso, fiel compañero de los bolazos en esa carpa. El escenario estaba a reventar, los pits se sucedían y los vasos de cerveza volaban, entre el público más thrasher solo había sonrisas de felicidad y no era para menos, ojito al setlist: "Procession to golgatha", "Christ passion", "Jabba the hut", "The crippler", "Nuclear Winter", "Proselytism real", "Agent orange", "Remember the fallen" o "Bombenhagel" para acabar entre otras…una auténtica locura. Si me dicen que era su último concierto hubiera sido un setlist perfecto; queda claro que Tom Angelripper y Frank Blackfire siguen manteniendo viva la esencia más pura de la banda teutona.


Había que rematar la jornada y para ello solo teníamos que dar unos pasos a la derecha para adentrarnos en el Temple Stage, el cual íbamos a estrenar este año con una banda que llevaba desde 2019 sin venir si no me equivoco, CRADLE OF FILTH. Reconozco que soy fan de ellos de la vieja escuela, a partir del "Midian" dejaron de interesarme, ya no encontraba esos sonidos que tanto me dejaron loca la cabeza en su "Principle of Evil", en el maravilloso "Dusk...", o en el "Vempire..." y el "Cruelty...". Pero coño, si viene Dani como no vamos a ir a escuchar unos temazos. El resultado fue un pelín agridulce, pues de diez canciones solo tres fueron pre "Midian", con lo que mi gozo en un pozo. Cierto es que el sonido fue muy bueno, quizás un poco pasado de agudos en ciertos momentos, con un zumbido que a veces llegaba a incomodar (los tapones están muy bien en la furgo, Alejandro) pero en líneas generales bastante bien. La banda se ve muy compacta, la puesta en escena cuidada al límite como siempre y la voz de Dani sigue aguantando muy bien el paso de los años. También creo que la incorporación de Zoe en los coros y teclado ha sido un acierto total de la banda inglesa. Como digo hubo tiempo para temas como "The principle of Evil made flesh", "Cruelty brought three orquids", "Dusk and her embrace" (maravillosa), "Saffron’s curse", "Her ghost in the fog" o "From the cradle to enslave" con la que finalizaron.
Y con esto dimos carpetazo a la primera jornada, que por cierto fue como todos los días previos, de sol y calor asfixiante acompañados de una noche fría, los contrastes de temperatura tan típicos de Clisson en estas fechas, y que sólo te recuerdan una cosa contantemente: ¿cuándo caerá el chaparrón de rigor? ¡Seguiremos con la crónica del Viernes muy pronto!
foto portada: Immolation.
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