miércoles, 15 de mayo de 2024

KALTE SONNE: Laniakea Communique (Autoeditado, 2024).


📝 Larry Runner.

KALTE SONNE no tiene techo, o al menos eso me parece a mí. Cada entrega es mejor, eso creo yo, aunque quizás otros sepan más de esto, el caso es que a mí, este nuevo “Laniakea Communique” me gusta más. Mucho más.


Lo suyo es el post rock ó post metal según el momento. Que nadie se asuste con la etiqueta. En el fondo no hace más que música instrumental. Muy bien elaborada y que en el pasado simplemente se la abría calificado de progresiva, pero ya se sabe, llegará un momento en que cada grupo tenga su propia etiqueta.

Marcas aparte, lo que hace falta cuando te pones un disco es que te haga disfrutar y a poder ser, que te sorprenda, que no suene más de lo mismo. En ese sentido, KALTE SONNE siempre cumplen.

El trío de Lugo se viene esta vez con cuatro temas. Alguno pensará que es un disco rácano, pero no, entre los cuatro suman algo así como cuarenta minutos, y vienen montados de forma ideal para salir en vinilo, que es como lo suelen hacer ellos. Los tres primeros temas vienen a sumar los 20 minutos y el cuarto de los cortes se va hasta más allá de los 18. Ni uno solo de ellos te va a aburrir.

Grabado en Kollapse Studio por Iván Ferro, el disco suena sumamente natural, lo cual se agradece. Todo parece real y su naturalidad sirve para dotar al álbum de una contundencia que no solemos observar últimamente, donde todo parece sonar artificial y totalmente prefabricado por chips de origen asiático. 

Si algo exótico hay aquí importado de fuera de nuestra amada Europa son los sonidos que el grupo se atreve a incluir tocando instrumentos originarios de oriente medio. El resultado es fabuloso, original y totalmente orgánico en un álbum, sexto de su carrera, en el que suenan más intensos que nunca y que nos lleva a un viaje de otra dimensión o simplemente, interestelar. 

Arrancan con “P3x-7763”, donde colabora su productor Iván Ferro a la guitarra. Puro metal cargado de distorsión en el que los seis minutos se hacen cortos. El tema más "normal".

“Anarres” es la segunda y es absolutamente maravillosa. Ahí ya empiezan a encajar las rebuscadas piezas de su puzzle sónico cargado de sentido. La kawala (flauta del pastor) y la zurna (instrumento de viento de doble lengüeta con un sonido similar al del oboe) entran en juego y dan al tema un aire folk del medio oriente totalmente hipnotizador. Una maravilla que hace palidecer a sus obras anteriores. Y mira que eran buenas. Sobre una base rítmica en la que la batería juega un papel fundamental, las guitarras cuentan con mucho cuerpo para apoyar sobre ellas los instrumentos que dan a la música de este disco el aire distinto, original y nada previsible. Me encanta. Mi favorita de largo.

Ríete de lo intenso del sonido de bajo en los discos de Iron Maiden. “Symetriady” trae el sonido de bajo más cuerpo que haya escuchado yo en años. Protagonismo absoluto para él, que escoltado por la batería parece competir con la guitarra la guitarra por un cetro que ninguno obtiene, porque al final lo que consiguen es un conjunto de melodías totalmente equilibradas. Equilibrio constante, eso es la música de KALTE SONNE. Equilibrio entre luz y oscuridad. Entre fuerza y sensibilidad. 

“Twory F” es la ópera final, un largo corte de más de dieciocho minutos con el que otros habrían hecho 3-4 temas sin ponerse colorados. Pero es que nada es normal en KALTE SONNE, ya lo sabíamos, y no creo que las cosas vayan a cambiar ahora. En tal caso irán más allá en su camino contracorriente. En el mundo de la inmediatez, la música de este fabuloso trío no tiene cabida. Esto es música para disfrutar, no para tiktokers de tres al cuarto. Sonidos para gozar, para calzarte los cascos y disfrutar, aunque bien es verdad que la contundencia y naturalidad de “Twofy F” da más ganas de quitárselos y poner la música bien alta para que todo el vecindario se entere. Sí, “Twory F” tiene ese equilibrio entre oscuridad y claridad que antes citaba, como una típica tarde norteña tras la tormenta. 

"Laniakea Communique" es un viaje sonoro que me hace pensar si no puede ser un disco ideal para llevar en el coche, subirse a un tren o viajar por el espacio si estuviera a nuestro alcance. Una grandiosa banda sonora para disfrutar de un espacio de otra dimensión donde no faltan partes absolutamente intensas que combinan a la perfección con otros pasajes sonoros más tranquilos. Equilibrio.

Si la carátula de mi promo no miente, se grabó en 2021, aunque se edita ahora, tres años más tarde. Curioso cuando menos. Lo que yo no tenía tan claro era que “Mareira”, incluida en aquel split compartido con los chinos Alpaca fuera ya de 2019. El tiempo vuela, pero las fechas me dan igual, el resultado es lo que cuenta. Gloria pura. Una banda que cuando me llevo a los oídos pienso que disfruto mucho menos de lo que mereciera.  Una maravilla.

He disfrutado del viaje. Lo voy a repetir.




© Diario de un Metalhead 2024.

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