domingo, 19 de mayo de 2024

Pena siberiana. GRIMA + ULTAR. Oviedo, 10.05.2024. Crónica.

📝 Larry Runner.
📷 Jorge López Novales.

Ultar y Grima por fin juntos en Oviedo. Nos habíamos quedado con las ganas en la anterior ocasión, aunque Perennial Isolation fueron un gran descubrimiento también. Pero sí, necesitábamos poder disfrutar del pack, y por fin se logró.


Cinco músicos en ruta justos de salud, por decir algo, porque tanto Vlad (batería), como Denis (guitarra) llegaron a Oviedo bastante justitos tras un viaje desde Zaragoza que se les hizo más largo que un vuelo transoceánico. Sí, su salud no era ni de lejos buena, pero, aún así, libraron la doble cita cumpliendo con creces, aunque me consta que sufriendo por ello. 

Ultar

Abrieron Ultar cuyo “At The Gates of the Dusk” me vuelve loco. No me las voy a dar de superfan tampoco de los de Krasnoyarsk y ahora tras verles en vivo tampoco tengo muy claro qué etiqueta ponerles. ¿Es esto Post Black Metal como dicen algunos? Yo he visto bandas que decían que eran de ese estilo y no veo a Ultar como ellos, sinceramente. Son mucho más variados y tienen mucho más de tradicional que las bandas a las que suelen colgar esa etiqueta. Pero será, no digo que no. Me pierdo con tanta etiqueta. 

Y es que el show de Ultar pasó como por diferentes fases, siendo la primera más intensa, más cercana al Black tradicional con una segunda parte del show más atmosférica. Su actuación empezó un poco más tarde y acabó un poco antes de lo esperado. Fue única y exclusivamente por el estado de los dos músicos afectados de salud. Situación que nos mantuvo en vilo durante toda la jornada del jueves y la primera hora de la mañana del viernes. 

Una gran lona con el logo del grupo cubría toda la trasera de la Gong mientras que la banda salía ataviada con unas casacas negras, todas iguales salvo la de Gleb Sysoev, vocalista de la banda, que era ligeramente distinta. Luciendo corpse paint ofrecieron un set de unos cuarenta minutos bastante intenso tirando de cortes como “Evening Star” para luego bajar un poco en intensidad, con cortes del estilo de “Azathoth” y no hacer que todo el show fuera una orgía de doble bombo. De su show destacaría la labor de Vlad a la batería, y a Gleb, que tira mucho de agudos con esa voz tan sumamente demoníaca. Nihilismo puro, dolor, angustia. Y es que el vocalista maneja en Ultar un registro totalmente distinto al empleado en Grima. Mismo vocalista, diferente forma de cantar.

H.P. Lovecraft estaría orgulloso.

Grima

Para la actuación de Grima el escenario pegó un importante vuelco. El tener un componente menos -la banda llega a actuar con tres guitarras pero lleva el bajo sampleado- deja algo más de espacio. Así que con el logo al fondo, aparecieron dos enormes esqueletos fantasmagóricos que parecían flotar en el aire. También hicieron hueco para colocar el logo del árbol a ambos lados, lo cual dotaba al show de una mejor puesta en escena que ellos obviamente redondean con sus túnicas y sus máscaras de corteza de árbol. La luz roja mandó durante el show, como sucedió con Ultar, dotando al escenario de una penumbra con aire inquietante. 

Musicalmente Black Atmosférico y yo diría que casi único, porque no conozco a nadie que haga como ellos música evocando a la naturaleza con ese oscuro y por momentos tristón sonido de influencia doom y que si cierras los ojos quizás consigas te transporte a su fría Siberia. La imagen de Vilhelm luciendo sus brazos convertidos en ramas (desaparecerían luego cuando tomó su guitarra) fue sencillamente espectacular. Un trance casi religioso. Casi diría que hipnótico.

Durante todo el show la banda ofrece todo lujo de detalles, siendo obviamente Vilhelm el de mayor repertorio en ese sentido. Espectaculares son sus balanceos en las partes instrumentales, imitando el movimiento de los árboles de los fríos bosques siberianos encogiendo incluso los brazos. La vestimenta, evidentemente ayuda así como esas máscaras de corteza cuya miniatura vendían en el merch y se vino para casa. Atmósferas como la de "Siberian Sorrow" te dejan petrificado. 

Canciones como “Giant’s Eternal Sleep” son gloria bendita en vivo con unos Vilhelm, Morbius y Denis conjuntando sus guitarras para ofrecer un muro sónico donde todo se entiende a la perfección. Y es que me gustaría resaltar el gran sonido del que disfrutamos a lo largo de toda la velada y por ello enviar desde aquí un saludo a Álex, el técnico de la Sala Gong que logró cogerles el punto a las dos bandas en una prueba meteórica. Sólo así se pueden disfrutar cortes como “Moonspell And Grief”. Aunque bien es verdad que llevan un sampler de apoyo con teclados y efectos.

Al final, todos en el frontal del escenario simulando ser árboles, jugando incluso con la posición de sus manos, como en reverencia. Un concierto fuera de lo convencional. Una experiencia que dejará una marca imborrable en la memoria de todos los que estuvieron presentes. Sobresalientes.

Antes de acabar, me gustaría resaltar la presencia de muchos músicos a los que queremos y admiramos. Aún a riesgo seguro de dejarme a alguno fuera de la lista, diré que por allí había gente de Nazgash, Absalem, Sound of Silence, Blast Open, Actvs Mortis, Burnt To Death, Caballo Moldavo ... 

Gracias a Kivents por apostar por bandas así. Por cierto, muy buena entrada en la Gong a pesar de la competencia feroz en un viernes donde había concierto en Avilés y Koma quemaba la Acapulco. Todos contentos.

© Diario de un Metalhead 2024.



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