📝 Larry Runner.
📷 Jorge López Novales*.
Disfrutar de un concierto de pleno cuando estás inmerso el la producción es difícil por no decir imposible en según qué casos. En Oviedo estuvimos preocupados por esa tarea y a pesar de que vi gran parte de los dos shows, tanto de Ultar como de Grima, no lo pude hacer como a mí me habría gustado. Así que aprovechamos que la gira se cerraba en Santander para acercarnos y poder disfrutar las actuaciones de pleno y desde muy cerca.
Tercera visita por parte de quien esto escribe a la Rock The New Beer y con suerte de nuevo para aparcar al lado de la sala. La tarde empezaba bien y nada nos la podía estropear. Llegamos una hora antes del show y pudimos compartir una cerveza antes de entrar con algunas caras conocidas. No éramos los únicos que repetíamos en esta gira con Grima y Ultar, allí nos encontramos con gente que les había visto en Portugalete y quisieron volver a ver a los siberianos.
Los músicos nos recibieron con una sonrisa al vernos llegar. Ya recuperados del todo estaban mucho más sonrientes y relajados que en Oviedo, aunque tengo que decir que no por ello cambiaron las actuaciones con respecto a ocho días a atrás. En Asturias dieron la talla a pesar de la situación.
Salen Ultar. Luces rojas para todo el concierto que dan sensación de atmósfera tenebrosa, ideal para su música enfadada. Dennis Susarev se encarga de los solos en esta versión de la banda. La apuesta de Ultar -Deafknife en sus comienzos- es más agresiva y menos atmosférica que la de Grima. El logo luce en el fondo del escenario mientras unos roll ups con la imagen de su último disco "At the Gates of the Dusk" acompañan al quinteto a ambos lados del escenario. Arrancada agresiva.
Canciones que invitan al headbanging por momentos, algo que desaparece cuando sube el ritmo y Dennis marca velocidad infernal acorde al color que acompaña el escenario. El grupo se sume en una especie de trance que expresa con repetitividad en los ritmos que llega a ser casi hipnótica. Abren con “Midnight Walk and Reminiscences of Necromancy” Densidad sónica que te envuelve y definitivamente un Black Metal que te llega a los huesos, en gran parte al trabajo excelente a la voz de un Gleb Sysoev que juega mucho más con las voces en esta propuesta que en la de Grima. Y es que el vocalista marca diferencias entre una y otra banda a la hora de abordar su tarea al micro, llegando a parecer dos personalidades distintas.
Así nos recibió el escenario de la Rock The New Beer |
Sonidos espesos por momentos y partes totalmente melódicas en otros para hacer que su música sea accesible aunque sin perder en ningún momento esa atmósfera inquietante durante los alrededor de cuarenta minutos de show.
La puesta en escena de Grima fue más sencilla que en Oviedo. Salieron con el único aderezo de la lona con el logo de fondo y las luces azules dándoles de frente. Arrancada con mucha gente fuera que se fue incorporando poco a poco hasta llegar a haber más que con Ultar, algo que me extrañó.
El inicio de “Siberian Sorrow” arranca los primeros gritos y nos hace conectar con ellos del todo. Los músicos se mueven al compás y nos contagian mientras Vilhelm se hace grande sobre el escenario luciendo sus brazos convertidos en ramas. A diferencia de con Ultar, aquí es Morbius el que se encarga de los solos. Enorme canción que se ve continuada con “Devotion to Lord”, temazo de sus comienzos que revisaron en 2020 muy acertadamente y cuya nueva versión puedes gozar en su perfil de bandcamp, donde por cierto tienes toda su discografía disponible, la cual te puedes descargar a tope de calidad de forma completa por menos de lo que costaba uno de sus vinilos en esta gira. Carísimos.
Suena la brisa y entra suave la guitarra. “Moonspell & Grief” se ha convertido en una de las canciones más escuchadas por mí en los últimos días. Menuda gozada de canción. El tema se alarga y para él ya tenemos a Vilhelm con su guitarra, lo cual pienso resta espectacularidad al show, aunque bien es verdad que ver a tres guitarristas moviéndose al son de la música de continuo no deja de ser también llamativo.
Suena la llamada del búho y ya sabemos que es el turno de “Cedar & Owls”, temazo del “Rotten Garden’ que ya podíamos disfrutar en vivo en su “The Mighty Spirit (Live in Moscow)” y quizás el momento más mágico de la noche, con las guitarras jugando con diferentes partes y con Vilhelm sencillamente espectacular, como en todo el concierto, a la voz, con un Dennis que trata con suavidad los platos con sus acolchadas mazas.
El show avanza y no puedo evitar que la pena comience a invadirme. No por la atmósfera de su música, que evidentemente afecta, si no porque veo que llega la hora de la despedida definitiva. Se va a acabar y no sabemos si podremos algún día poder volver a disfrutar de su música de nuevo en directo o al menos no tan cerca. La banda crece por fortuna, para bien y para mal. Pero no nos pongamos deprimamos aún. Queda para cerrar “Giant’s Eternal Sleep”, una de las joyas de “Frostbitten”, que abre Morbius con uno de esos maravillosos sonidos que él se fabrica y que hipnotizan. Probablemente el mejor de los finales para el concierto y para una extensa gira en la que la banda ha pasado por todo tipo de experiencias pero que seguramente recordarán con cariño cuando vuelvan a su fría tierra. Por aquí, les vamos a querer siempre.
* Las fotos son del concierto de Oviedo.
© Diario de un Metalhead 2024.
No hay comentarios:
Publicar un comentario