Por Larry Runner.
Ya estamos en Wacken. Día de viaje y de ponerse la pulsera.
Como suele suceder en todas las jornadas de Wacken, duro día para comenzar. Entre viaje y trámites casi se nos va el día. Salimos de casa a las 2 de la mañana y logramos que a eso de las 4 de la tarde la pulsera estuviera ya en nuestra muñeca, esta año con acceso a backstage.
Ayer visitamos el recinto. La pulsera nos permitió movernos con libertad, algo vetado al público, y es que ayer sólo había actividad en la zona del Wasteland, la cual visitaríamos un poco más tarde. Todo está muy cambiado y en la crónica nos extenderemos intentando explicarlo y contarlo todo al detalle por si eres de los que no ha podido venir este año pero tienes en tu cabeza regresar en 2023.
Visitamos Wacken Plaza, el Infield, el espacio del Bullhead y el Wackinger. Y sí, hay cambios significativos. Tras fisgarlo todo, zona de prensa incluida, nos fuimos al Wasteland, que ya presentaba una importante actividad, incluso con actuaciones, aunque no llegamos a presenciar ninguna. Eso sí, pudimos observar lo bien que se lo pasaba la gente con Mambo Kurt.
En el Wasteland hay instalado un amplio mercadillo, en el que casi dilapidamos todo el dinero inicial que habíamos cargado en la pulsera. Un par de discos, la camiseta oficial, y algunas cosillas más se vendrán con nosotros en la maleta a nuestro regreso. El pago sin cash funciona a las mil maravillas, si tienes una tarjeta de crédito. Si no tendrás que ir a uno de los puntos donde puedas contar con una persona que te asista, algo un poco más tedioso. Si posees una tarjeta la recarga es cuestión de un minuto. Fue el tiempo que nos llevó a nosotros a pesar del tremendo fallo de que las instrucciones sólo nos salían en alemán.
Antes de retirarnos, visita al pueblo, conociendo el espacio LGH, donde ya había conciertos. Una cena, y a la cama. Ya es miércoles, hoy empieza de verdad Wacken 2022, el más deseado de la historia. Nos espera un cálido día. Ayer el agua amenazó e incluso sacamos el poncho diez minutos. Fue una amenaza. Quedó en nada.
Continuará...
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