martes, 20 de agosto de 2019

España ... ¿Con el paso cambiado?


Por Larry Runner.

Llevo días y días dándole vueltas a la cabeza. No sé si son los años de dictadura, si es que nos creemos los mejores o qué cojones. El caso es que tengo la sensación de que en España vamos por detrás con respecto a Europa en casi todo y el Metal no es excepción. Y si no es detrás, por libre, con el paso cambiado. Aunque yo creo que en realidad es por detrás.

Me encanta viajar y sobre todo hacerlo a otros países. Creo que es la mejor forma de crecer ya no solo culturalmente, si no también como persona. No hay peor cosa que criarse de forma endogámica, metido en un círculo pensando que eres el puto ombligo del mundo. Algunos acaban así pensando en que la tierra es plana. Algunos presumen de eso, de no haber salido nunca de su ciudad. Lo dicen hasta en la tele.

Somos un país fanfarrón y con un elevado porcentaje de gente completamente ignorante, casi analfabeta. Saben leer y escribir (es un decir), pero poco más. Lo peor es que día sí y día también tiene uno que soportar ver cómo se premia al mediocre mientras se ignora al realmente brillante y como se confunde tradición con cultura en un país donde vamos sobrados de lo primero y muy justitos de lo segundo. Hemos hasta tenido que ver a estrellas de televisión situar en un mapa mudo a León en Andalucía. Garrulos con maquillaje.

Esa palurdez tiene reflejo en todos y cada uno de los aspectos de la vida en un país donde al que más roba se le pone a gobernar en vez de hacer como en Islandia, meterle en la cárcel. Es este un estado donde llevar una corbata es ser lo más, aunque todo tu mérito sea haberte afiliado a un partido político bien pronto para no dar palo al agua y tomar del dinero de los demás todo lo que puedas. Un país donde los delitos económicos prescriben antes de que salgan los juicios y donde te acusan de terrorismo por estupideces.

Aún así, seguimos creyéndonos los más grandes, los que mejor vivimos, los reyes del mambo. Vamos perdonando vidas envueltos en la bandera con los logros de la roja, el Barça y el Madrid. El mundo acaba en los Pirineos.

Pues bien, toda esa carga de palurdez tiene su reflejo en el metal. Mal que nos pese es así. Uno se da cuenta en cuanto viaja fuera y ve el comportamiento de las personas. No diré casos concretos, aunque alguno leerá esto y sabrá de qué estoy hablando, pero en algunos festivales hasta se nos mira como ladrones por culpa de algún imbécil patriota. Hasta ahí podíamos llegar.

Vamos por detrás, es lo que hay. Y aunque algunos rememos para avanzar, son tantos los que no empujan que esto no tira. Así que cuando llegamos a algo, otros ya están de vuelta. Y en el metal está pasando esto lo queramos ver o no.

Cuando aquí triunfa un estilo o se pone de moda, en Europa ya pasan de ello. Eso, queramos o no, nos resta oportunidades con respecto a los demás. No puedes pensar que eres tendencia cuando ofreces un producto que para alguien de otro país está completamente caduco. Y eso nos pasa de continuo.

Ahora mismo en el centro y norte de Europa el heavy metal más melódico y el thrash son tendencia. El metal extremo vuelve a ser algo underground, como siempre lo fue. Sabaton es número 1 en Alemania y géneros como el black metal y el death están a años luz a nivel de ventas tras años de inundar carteles y catálogos. Folk Metal, Hard Rock, Heavy Metal melódico y Thrash son los géneros que mandan y se demandan en los países de los que siempre hemos importado los discos. Hablo de ventas, de datos reales, no de suposiciones o pareceres. Por ejemplo, la moda del metalcore ya murió. Quedan, como siempre pasa con las modas, los buenos; el resto, al cajón de las ofertas.

Mientras, en España todo el mundo parece querer ser el más extremo, el que más grita y el más moderno a la hora de vestir. El habitual atuendo del metalhead tradicional es causa hasta de burla en según que ambientes. Pues bien, en cuanto cruces la frontera, igual eres tú el motivo de las risas.

La W:O:A Metal Battle en ese sentido es un reflejo bastante fiel de lo que se cuece en el mundo. Gente de 44 países y cuatro continentes (Australia se suma en 2020) se reúnen en el mayor festival del género del mundo, cambian impresiones y aportan una banda a un concurso. Luego todos votan y de ahí se escoge a un ganador. Año tras año en España el resultado es ignorado por la mayoría de la gente del género mientras que en otros países los festivales se pegan por acoger las finales o incluso estas se llegan a televisar y cuentan con patrocinios que llegan a producirse en forma de vuelos gratuitos e importantes aportaciones económicas.

Esta año Drunken Buddha acudía al certamen como representante español. Una apuesta arriesgada para algunos y vergonzosa para otros porque “no eran metal”. Resulta que ahora, tras 40 años disfrutando de los discos de Deep Purple, Rainbow o Whitesnake, de flipar con Gillan; Coverdale; Glenn Hughes; Joe Lynn Turner: Gary Barden o Graham Bonet, estos no hacían metal. Ahora Jon Lord era un puto pringado, eso del Hammond era una mierda y lo que es metal de verdad es agitar el hombro y darle al play del MacBook para que suene una batería disparada. Vaya tela.

Pues señores, les voy a decir: en la MB, primeros unos folkies, segundos unos thrashers y terceros los nuestros. Grupos que hacen solos. Sonidos tradicionales. ¿Saben la razón? La gente está cansada y lo tradicional suena a fresco. Porque la gente está extasiada de riffs que se repiten una y otra vez en cada disco, de grupos incapaces de ofrecer un solo decente, de tíos que no cantan o de tipos mediocres con gruñidos mas lineales que el ritmo del reggaeton.

En Europa y en el mundo en general (algunos países como Bangladesh siguen como nosotros) se han cansado de todo eso o están en vías de ello. Aquí aún no, porque vamos por detrás. Pero llegará. Es cuestión de tiempo. 

Los sonidos underground son eso, underground. Aquí también lo son. Meter a 30 personas un sábado es eso, es ser underground. Si practicas un estilo minoritario, que no te joda que lo sea. Muéstrate orgulloso de ello, disfruta de lo que te gusta y ya te seguiremos los que te tengamos que seguir. No eches la culpa de que solo te van a ver unos pocos a los que no les gusta tu estilo minoritario. Y sobre todo, no insultes en redes sociales. Porque si piensas que así vas a captar adeptos, vas de puto culo.

Siento que algunos jóvenes no consideren como heavy o metal aquellos sonidos que desconocen. Para los que somos unos dinosaurios, unas momias y no se cuantas lindezas más, el sonido de Jon Lord es sagrado. Deep Purple son dioses y les voy a decir más, los grupos de los nuevos estilos jamás, en la puta vida, llegarán ni en ingresos ni en calidad ni en reconocimiento al tobillo de los citados artistas. Nosotros les aupamos a esos niveles, le toca a su generación hacer lo mismo con los suyos si es que tan buenos son.

Siento que haya que jóvenes que nunca hayan tenido la oportunidad ni probablemente la vayan a tener, de que alguien más mayor les ponga en las manos un vinilo recopilatorio con las palabras Heavy Metal en la portada donde se incluyan a MC5, Free o Bad Company. La verdad es que ... me dan algo de pena. Yo sí tuve esa oportunidad y fue bastante mejor que spotify, youtube y toda esa mierda de corporaciones millonarias hijas de puta que chupan la sangre a los artistas. Me dan pena, sí, auténtica lástima porque se están perdiendo mucho y muy bueno. 

Yo no, porque yo soy capaz de disfrutar en un concierto de Graham Bonnet y al día siguiente alucinar con Inyourface y contarlo a los cuatro vientos en esta web. Ojo, de Inyourface, no de un grupo que pretenda hacerlo como ellos, que hay muchos pero no llegan.

Lo siento por los pobres desgraciados con el paso cambiado.

© Diario de un Metalhead 2019.