miércoles, 14 de agosto de 2019

WARG: Dark Tales (2019, On Fire)


Por Jorge López Novales.

Ha caído en mis manos el tercer trabajo de los maños Warg. Su nombre es “Dark Tales” y salió el pasado 21 de Enero bajo el sello On Fire.

La banda lleva dando guerra desde hace relativamente poco, finales de 2013. Aunque sus miembros ya tenían una trayectoria musical, ya que la mayoría fueron pertenecieron a la extinta banda Adamantivm.

“Dark tales” ha sido grabado, mezclado y masterizado en Theocide Studios (Yggdrassil, Salduie, Misanthropy…),  y producido por Lucas Toledo, quien goza desde el principio de la total confianza de Warg para dar forma a su sonido.

En la portada, obra de Yan Sek, tenemos una mansión encantada, una versión retorcida de las que salen en los discos de King Diamond, con un lobo monstruoso de los mundos de Tolkien, un huargo - en inglés Warg, también presente en las portadas de sus trabajos anteriores- saliendo de la pared, también pulula un muerto viviente y sale un monstruo tentacular lovecraftiano dándose un garbeo por el jardín.

¿A qué suena Warg? Es una pregunta de difícil respuesta. Warg practica un estilo denominado epic thrash. ¿Y qué se entiende por epic thrash? En “Dark Tales” encontramos heavy clásico, thrash, death, black… con estribillos “épicos” de voces limpias, esta mezcla es lo que ellos llaman epic thrash. Todo lo que añaden a esta base confiere negrura a su sonido. Las orquestaciones, los teclados, no hacen más que acentuar esta inquietante atmósfera. En esta mezcla llegamos a encontrar pasajes muy bestias pero a la vez solos de guitarra muy heavys.

Es curioso, hace varios discos que no escucho cosas que se adscriban a un estilo concreto. Todas las bandas parecen querer crear un sonido nuevo y siempre te llegan noticias de los experimentos más bizarros. Todavía se puede ser muy original, pero ya hay un largo trecho para que algo llegue al público, partiendo siempre de un producto con un mínimo de calidad. 

Muchos buscan innovar y como dijo Larry en su momento “innovar es jodido”. Dentro de toda esta innovación, hablamos de utilizar música con cabeza. Por ejemplo, en un momento dado, hacer un solo más clásico sin necesidad de hacer virguerías para hacer que encaje perfectamente en lo que estás escuchando, por muy rápidos que sean los pasajes que se alternen o sin necesidad de bajar la velocidad en los momentos álgidos. Estos detalles me han gustado especialmente, hacen que haya contrastes abismales entre los distintos pasajes de “Dark Tales”. No estamos ante una música sencilla de asimilar, todo lo contrario, son temas que entrañan una gran complejidad y que exigen varias escuchas para poder apreciar todo el despliegue de Warg.

¿Qué barreras musicales están dispuestos a derribar Warg? Ya hemos dicho que abordan tanto el heavy como el metal más extremo, llegando incluso a flirtear con el rock. ¿Y si os dijera que en algunos momentos podemos encontrar, incluso, pasajes que recuerdan a Ghost? Mucha gente saldría corriendo tras este planteamiento. No nos alarmemos, maticemos. Este tratamiento vocal lo podemos encontrar en algunos puntos como el estribillo de “Winter” e incluso en partes instrumentales como en “Dunwich-Arrival” o “Dunwich-The Horror” donde llegan a mezclarlo con black metal, sin llegar a abusar de este recurso. Personalmente, sólo me molan algunos temas de Ghost, lo demás me parece muy aburrido. Lo intento, pero no les encuentro la gracia. Pero estamos hablando de Warg, de una de sus múltiples influencias, es como si cogieran lo que a mí me mola del grupo del papa Emeritus “el que toque” y lo acercaran al metal, pervirtiéndolo con metal extremo. Puede que alguien diga que es innecesario, pero aporta frescor al sonido de la banda. Fue una de las cosas que más me llamaron la atención en una primera escucha. 

Una de las cosas que hacen que funcionen todas estas mezclas, es la voz de Javier Gregorio. Digamos que tiene varios registros. Dos para el metal extremo: un tono más grave, más death, y otro más agudo con rasgos que podrían acercarse al black, que pueden llegar a conjuntar en los momentos más infernales. Utiliza otros registros para thrash/ heavy que no consigo enumerar. En un primer momento me llegué a preguntar: ¿cuántas personas están participando en el apartado vocal? ¿Resultado? El disco no se hace monótono.


Vamos a repasar algunos de los temas.

Abren con “Winter”. Nos meten de lleno en un mundo en que nada es lo que parece, y que pone a prueba lo que creemos saber, desafiando abiertamente nuestros prejuicios musicales que no permiten adulterar las composiciones de un mismo tema con estilos tan dispares. El videoclip viene a ser una presentación de la imprevisible música de Warg, sin aditivos, en casi cuatro minutos. En él podemos ver a la banda interpretando el tema y con la música como la protagonista en todo momento. Es un tema sobre los caminantes blancos de Juego de Tronos.  Encontramos pasajes thrash guiados por una voz gutural, hasta que llega la primera sorpresa: una voz limpia cargada de melodía que acompaña puente y estribillo.

“The Dunwich horror” está basado en el imaginario del hombre misógino que pensaba que los negros ponían huevos, H.P. Lovercraft. En el relato original “Horror de Dunwich”,  nos encontramos por  primera con la deidad primigenia “Shub-Niggurath”, que también da nombre al octavo corte de este disco, una criatura también conocida con el bonito nombre “La Cabra de los Diez Mil Retoños”, una diosa de la fertilidad. Este segundo corte se divide en tres partes: “The Arrival” (nos habla del pueblo), “The Diary” y “The Horror”.

“The Arrival” lo tiene todo. Es una de mis canciones favoritas junto con “Winter”. Comienza como una bella pieza de black metal sinfónico. Cuando ya estamos inmersos en esta sonoridad, arrancan las voces limpias con pasajes heavy metal muy a lo Ghost, como dijimos con anterioridad. De improviso saltamos al death. En los estribillos se recurre a la voz death y black amparados por coros y teclados con un resultado majestuoso. 

En “The Diary” se toma un sonido más moderno para que no nos acomodemos. ¿Puede ser rock? No consigo definirlo.

“El horror de Dunwich” es un relato corto, uno de los más importantes que conforman los llamado mitos de Cthulhu. La acción tiene lugar en un pueblo de nombre inventado, Dunwich. En este reducto perdido, un hombre llamado Watheley, entrega a su hija Lavinia a un ritual. Como resultado la joven acabará engendrando a dos hibridos: Wilbur, de aspecto más humano, y una monstruosa criatura.

“The horror” tiene un videoclip animado. Con la ayuda de Wilbur, Watheley quiere invocar a Yog-Sothoth, lo que allanaría la llegada del bueno de Cthulhu. La misión de Wilbur es robar el Necronomicom en la Universidad de Miskatoni para facilitar la invocación. Como podéis ver en el video, Wilbur muere antes de poder hacerse con el libro y pone en guardia a un grupo de profesores, que, ayudados por el propio libro de los muertos, se enfrentan al ente primigenio y consiguen desterrarlo de nuestro plano de existencia.

“Heresy” promete ser una balada y se transforma radicalmente en otra cosa. El registro vocal de Javier me llega a recordar a Peavy Wagner. Por otro lado, instrumentalmente también me lleva a Rage por una base power metal llena de melodía que exuda thrash. En medio de todo esto, un estribillo con teclado le da un aire folk. Puntualmente se recurre al gutural, cuando remarcan con contundencia el sonido thrash.

Instrumentación oriental abre “Shub Niggurath”. Nos encontramos con death metal melódico como el que podría ejecutar Amon Amarth. Entre medias, nos encontramos los pasajes melódicos de voces limpias marca de la casa y que matan cualquier sensación anterior.

Llega “To madness”, donde la música clásica da paso a un thrash metal brutal. Se estaban reservando para dar rienda suelta a todo lo que tienen dentro. Es un viaje a la locura. Guturales y voces limpias se alternan. Cierran el disco con los pasajes más rápidos, aunque juegan rebajando las revoluciones en algunos tramos.


Warg ha encontrado su camino, uno nada fácil. Han conseguido un sonido que no había escuchado antes y sobre el que pueden seguir creciendo. Repetirse es su tabú. Este tercer disco debería ser el que les abriera todas las puertas.

Decir a estas alturas que sorprende que un grupo estatal tenga calidad o la típica expresión “no parecen de aquí”, ya me parece ofensivo. Nunca voy a usar esos términos, más cuando hay muchos grupos dispuestos a arriesgar desde hace mucho tiempo. El problema real es la gente de aquí que no está dispuesta a escucharlos, pero esa gente no habrá leído más allá del primer párrafo.

"Thrashlist":
1. Winter
2. The Dunwich Horror.
Pt 1: The Arrival
Pt 2: The Diary
Pt 3: The Horror
5. Heresy
6. Vader
7.  Warg in You
8. Shub-Niggurath
9. To Madness








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