miércoles, 28 de agosto de 2019

Respetemos y nos irá mejor.


Por Sonia M.

Nunca he entendido las guerras. Bueno sí, siempre hay intereses por defender incluso aunque signifique el pasar por encima de los demás. Y es una pena, porque las cosas no suelen mejorar. 
Me cansan las guerras eternas entre trues y no trues, entre esto es mejor que lo tuyo o que aquello. Las guerras entre lo nuevo y lo antiguo. Las guerras por ver quien la tiene más grande, para ser claros. Supongo que será el cumplir años, pero es algo que ya me da bastante igual y que intento ignorar.

¿Para qué vas a ir allí? ¿Por qué escuchas eso? Cuando alguien se me acerca con estas intenciones o estos comentarios desprestigiando algo que me gusta o algún lugar donde tengo ilusión por ir, siempre intentan echarlo por tierra. Parece ser que todas tenemos que haber viajado y escuchado tanto como el personaje en cuestión. Y aún así, nunca se acaba la discusión. Por ello, siempre que “huelo” esto, corto en seco. Me da igual hasta parecer borde. 

Una ya se cansa de que le digan lo que tiene que escuchar, a dónde ir... Estoy cansada de estas guerras inútiles. ¿Por qué no nos limitamos a disfrutar y dejar disfrutar? Claro, es fácil decirlo pero sé cómo es la realidad. Sé que aunque nos dejemos el alma en publicar reseñas de bandas emergentes o noticias siempre subirá a la cumbre el salseo, el titular fácil en el cual la mayoría de las veces la gente ni se molesta en leer el contenido. 

Y por concluir, una muestra de que todo esto me da cada vez más rabia y que intento pasar y disfrutar de lo que a mi me gusta sin que me tengan que perdonar cada dos por tres la vida por ello. A ver si ahora todos los fans de Pantera en su día no fueron denostados o incluso los de Metallica. ¿A caso importa? ¿Te gusta? Estupendo. 

La anécdota, triste. Tristísima a mi parecer. Enterarte que en fiestas de los barrios una persona que está en una de mil millones de bandas que hay en la “escena” local se dedica a arrancar carteles ajenos porque no sale el nombre de su banda. ¡Vaya barbaridad! ¿Cómo pueden tocar estos y no mi banda? ¿Pero que se han creído? ¿Por qué no vienen ya ni siquiera mis amigos a mis conciertos? Tristísimo me parece esto. Además que me jodió personalmente porque tuve que buscar otro cartel que hubiese sobrevivido a sus manos para enterarme de la oferta que había musicalmente hablando. 

Luego nos quejamos de quien nos gobierna. ¿No dicen que quién gobierna es fiel reflejo de la sociedad? En fin, dejémonos de guerras. Seamos curiosos, rastreemos, respetemos y nos irá mejor. Quien critica sin fundamento solo pretende destruir. Quien se crea un personaje para aparentar, acabará consumiéndolo el tiempo.

© Diario de un Metalhead 2019.

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo, ojalá hubiese paz, pero desgraciadamente la falta de valores como el respeto o la impunidad que se tiene en casa tras un teclado, hace que los haters aparezcan y consigan sacar de sus casillas al mas tranquilo.

Antes, cuando las "TDK de 90", se discutían los gustos cara a cara y a nadie se le ocurría despotricar tanto, aunque lo pensase. Siempre hubo y habrá de todo, pero a veces realmente me parece que en alguna generación de por ahí la educación fallo realmente.

HJL

Anónimo dijo...

Siempre habrá talibanes en esto de la música, gente que quiere imponerse a toda costa, estúpidos/as que prefieren poner la zancadilla, boicotear en lugar de sumar y empujar un movimiento que está ya suficientemente estigmatizado y discriminado. Así sólo consiguen empeorar las cosas, alégrate de las victorias de los demás porque al final ese camino que van abriendo otros te acabará repercutiendo a ti positivamente. El rock, metal y derivados es por suerte uno de los géneros musicales más amplios con infinitas variaciones y diferentes estilos,tienes donde elegir y mucho para conocer, así que es mejor disfrutar no?