By Antonio Valseca.
Por fin saltó la noticia. Posible inminente reunión de Guns And Roses con sus
miembros originales ¿y tenemos que creérnoslo?
¿Conocéis la casa de apuestas online Bet365 y otras similares? Bien, pues la
supuesta gira y reunión de GNR y todo lo que esto conlleva ya podrían estar en
cualquiera de las posibilidades de estas webs de apuestas tales como ¿cuánto
durará la reunión?, ¿quién será el primer expulsado? o ¿en qué minuto del
primer concierto la liará Axl Rose?
Y es que sigo sin creérmelo. Guns And Roses fueron una banda única, unos genios
cuyo talento sólo es comparable a su enorme ego y a su infinita estupidez como
personas y eso fue, es y será una olla a presión de la que puede salir
cualquier cosa.
Supongo que cuando el éxito mundial te llega de manera tan inmediata y te
llueven los millones de dólares puede que incluso sea normal que por cojones
acabes convirtiéndote en un completo gilipollas, pero una vez que te has
convertido al lado oscuro me cuesta creer que haya cura o marcha atrás.
GNR lo fueron todo en el mundo del Rock. Editaron el debut más vendido de la
historia, llenaron estadios, acapararon portadas y crearon polémica, mucha
polémica. Joder, fueron las últimas putas Rock Stars al uso (nadie tras ellos
lo volvió a conseguir de la misma manera, nadie). Fueron los últimos y los
mejores, por eso su reunión tiene tanto morbo, por lo que fueron pero, ¿lo
seguirán siendo?
Han sido muchos años, más de 20, de ver idas y venidas de sus músicos, de
cruces de declaraciones, de altibajos, de ver cómo la leyenda se iba demacrando
poco a poco mientras unos intentaban seguir en esto del Rock & Roll
business y la madre del invento trataba de joderles con unos GNR de palo a los
que nadie quería ver. ¿Habrá llegado la hora de la verdad?
Hay una cosa que sí que tengo clara al 100% y es que el dinero manda y a los
GNR, sobre a todo a Axl, les gusta más la pasta que a un tonto un lápiz. En ese
punto me creo la reunión pero no acabo de creerme que sean capaces de dejar
atrás las rencillas del pasado y que la reunión se haga con los miembros
originales.
Algo en lo que tampoco confío es en que todos los miembros originales estén a
la altura ahora mismo de poder defender de la manera que se merece el legado de
GNR, una de las mejores bandas de Rock de la historia, y para justificar mis
palabras quiero poner un ejemplo real.
Hace unos tres años tuve la oportunidad de poder trabajar con Steven Adler en
uno de sus conciertos por nuestro país en el que tocaba precisamente versiones
de GNR en un tour en el que le acompañaban otras dos bandas de Los Ángeles. A
mí me encargaron ser su asistente personal ese día en la sala en la que trabajo
para que todo estuviese a su gusto etc... ¡De puta madre! pensé yo, uno de los
GNR originales en mi curro y yo codo a codo con él.
El día llegó y allí estaba yo esperando que bajase del bus con mis discos de
GNR de la mano para que inmortalizara su firma en ellos y blablablá… Cuando
salió del bus ni siquiera le reconocí. Supe quién era de entre todos aquellos
guiris por cómo se dirigían a él. Su aspecto estaba tan demacrado que incluso a
un fanático de GNR como a mí le costaba reconocerle. Las drogas y el alcohol sin
medida durante más de dos décadas habían hecho bien su trabajo.
He de decir a su favor que el tipo era majísimo, que no paraba de agradecerte
todo y de darte abrazos todo el tiempo. Una actitud muy distinta de la que me
podía haber imaginado de una Rock Star de su calibre, pero hay cosas que
descubrí que nunca cambiarán.
La única orden previa que tenía de su mánager era la de ¡nada de alcohol! debido
al ‘pasado’ alcohólico de Steven, de modo que llené el arcón de bebidas con birras
0,0. Steven entró en el camerino junto a sus colegas de Los Ángeles que
integraban una de las bandas que le acompañaban de gira y a los cuales se había
llevado de tour precisamente por eso, por ser sus colegas de parranda. Al
entrar y ver las 0,0 me dice “creo que ha habido un error, ninguno bebemos 0,0
¿puedes cambiarlas?”, a lo que asentí y me puse al lío.
Cuando por fin había cambiado las 0,0 por birras normales entró el mánager y me
preguntó qué hacía; le expliqué el tema y me dijo “no, no, vuelve a cambiarlas
y segunda orden, intenta mantener a Steven lejos de la otra banda, son mala
influencia”. Yo, un poco estupefacto ya, cambié de nuevo las bebidas y me pegué
a Steven para intentar hacer de niñera.
El ex GNR se escaqueaba de mí haciéndose el despistado y cuando creía que no le
veía se acercaba a cualquiera de las tres barras de nuestra sala, cogía una
botella al azar, la abría, llenaba su tapón y chupito para el cuerpo. Yo, aún a
cuenta de ganarme una bronca, no podía ver al pobre Steve hacer eso cuál niño a
escondidas y cuando lo hacía le decía amablemente “Steven, ¿quieres algo de la
barra?” a lo que me contestaba muy serio “no, no, yo no bebo alcohol”. Y así
estuvimos una, dos, tres y trece mil veces hasta que subió a tocar ja, ja, ja.
Para cuando la actuación de Steven Adler terminó (en la cual he de defender que
no estaba borracho ni nada por el estilo) sus colegas de L.A. habían vuelto a
cambiar las 0,0 por birras normales, se las habían bebido todas, habían
arrasado varias botellas de alcohol y pedían más y más para llevarse al bus
para pasar la noche. Efectivamente… una mala influencia.
Es sólo una anécdota personal pero al saltar la noticia de la reunión me ha
hecho pensar si realmente los viejos demonios han desaparecido de todo lo que
rodeaba a los miembros de GNR. Sexo, drogas y más drogas, mucha polémica y
¿cuánto de rock and roll?
Me gustaría pensar que todos pueden estar a la altura de lo que esta reunión
conllevaría, pero me acuerdo de los hábitos del bueno de Steven y me entran las
dudas; y eso que no es Steven Adler en que más me preocupa en este caso… ejem,
señor Axl.
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