lunes, 27 de agosto de 2018

Espíritu Unirock: No todo está perdido. UNIROCK, Puerto de Vega (Asturias) 24 y 25.08.2018. Crónica y fotos.


Por Larry Runner.
Con la indispensable ayuda de Maitane Fernández.

Una vez más me toca no hacer una crónica al uso. Casi sin querer, se mete uno en tinglados que hacen a la larga que la percepción sobre un evento cambie casi por completo. Y es que no se ven los toros igual desde la barrera que cuando te colocas en el centro de la plaza. En este caso acabamos haciendo el torero, eso sí, sin hacer daño a nadie, más bien todo lo contrario, intentando aportar nuestra mejor versión para ayudar a la gente que probablemente más lo merezca en Asturias, a los chavales del Unirock.

Quinta edición y hora de pagar peajes surgidos con unas birras encima. Más adelante lo cuento, porque lo de este año fue de fuegos artificiales. Tal cual.

Todo comenzó en la jornada de viernes con lo que ya se ha bautizado como Radio Unirock, una iniciativa con la que comenzamos el año pasado y a la que este año hemos dado continuidad. Los compromisos laborales dictarán si hay futuras ediciones o no. Bueno, ellos y la SGAE.


Radio Unirock reúne a tres programas de radio de Asturias, a ellos, sus directores y su crew. De esa unión nace un programa único en la provincia, nunca llevado a cabo antes y que probablemente tenga poca o ninguna similitud con nada de lo que se vea en España. Noche de Lobos (Rtpa), Morgana (Programa de La Corredoria Suena) y nuestro Diario de un Metalhead se dan la mano para llevarlo adelante. Tres presentadores, Juanjo (Noche de Lobos), Fredy (Morgana) y Larry (Diario de un Metalhead) son las caras visibles de un proyecto que evidentemente sale adelante con la aportación de gente cercana, pues no estamos solos. Este año ha sido fundamental la participación de Eneko Ramos, Jose Carlos Peláez, Sonia (Morgana) y Maitane Fernández (Diario de un Metalhead).

Por el programa pasaron un buen número de invitados relacionados con el Festival y el salón de actos de la Casa de la Cultura de Puerto de Vega registró una muy buena entrada, superior a la del año pasado. Aunque eso ya lo contamos hace un par de días aquí.

Al término de Radio Unirock -el programa se alargó casi hasta las tres horas- disfrutamos de un pincheo con la organización y por nuestra parte ahí quedó todo, aunque otros continuaron la fiesta hasta bien entrada la madrugada.


El sábado los actos comenzaban temprano, con una sesión vermú en la explanada del puerto amenizada con la música de Blister y en la que una vez más los más pequeños fueron protagonistas de los objetivos. Y es que en el Unirock disfrutan desde los más jóvenes a los más mayores, llegando a unirse tres generaciones sin ningún tipo de problema. Al Unirock acude gente de todas las edades pero que viven el rock de forma intensa. Y sí, es gratis, pero a día de hoy a salvo de curiosos que puedan masificar y enturbiar la fiesta. La gente acostumbrada a ir de conciertos suele ser educada y el Unirock es buena muestra de ello. Ya podían los que solo van de vez en cuando porque es gratis y en fiestas.

Tras tomarnos un refrescante Martini y disfrutar de las versiones de la banda que encabeza Juan Lozano, un buen arroz en La Marina y a seguir con la fiesta.


A las 16:30 comenzaba el pasacalles Tributo al Rock con la participación de 86 músicos en total. Un camión recorre las calles del pueblo realizando varias paradas ante los bares que apoyan al festival. En cada parada se tocan varios temas (versiones) de todos los estilos que os podáis imaginar. Esas canciones son interpretadas por músicos de diferentes bandas que se van cambiando posiciones e incluso instrumentos para sacarlo adelante. Así que en cada canción ves mezclas de músicos que jamás te habrías imaginado, aunque a veces también hay alguno que no suele ejercer de músico y que se apunta en caliente cuando se lo proponen. Este fue mi caso este año y desde aquí mando un aviso para navegantes. Si José Carlos Peláez se acerca a ustedes en algún momento y van ustedes con dos cervezas de más encima, tengan cuidado. Les meterá en algún berenjenal extraño. Empiezas acudiendo a disfrutar y acabas en el escenario. Avisados quedan.


El tributo fue transcurriendo con normalidad por todos los puntos del pueblo hasta que llegó a su punto más especial, ese que se queda pequeño y que es distinto a todos los demás, el de El Mesón El Centro, bautizado con el nombre de Dio. Ese “escenario” se sitúa bajo el soportal de una de las casas de la pequeña plaza de acceso peatonal. Es tal la cantidad de gente que sigue el pasacalles que todos los años la plaza se queda pequeña. Tal es el punto que yo nunca había podido entrar en la plaza en todos estos años de atrás. Así que esta vez fuimos precavidos y sacrificamos el acudir al escenario anterior del Restaurante Jorge/ Elvis para ir con tiempo a la plaza y tener sitio.


En el Dio, situado en la Plaza Cupido, se dieron sin duda los momentos más especiales del pasacalles. La noche anterior en nuestro programa de radio mandábamos un reto dirigido a las estrellas del cartel de la noche, a Avalanch. Les instábamos a pasarse por el pasacalles a tocar una, si no todos al menos a alguno de ellos. En concreto los dardos iban dirigidos a Alberto Rionda y Mike Terrana. La noticia llegó a oídos del grupo  -Eneko Ramos lo maquinó todo-  y se plantaron en el soportal ante el delirio del público que abarrotaba el recinto. Sorpresa mayúscula y el grupo que nos toca “Lucero”. Pensábamos que ahí se acababa la historia, pero no. Alberto Rionda había venido buscando “venganza”. Él había cumplido el reto y ahora retaba a los presentadores de los programas de radio a subirse. No había escapatoria. Así que Fredy y un servidor acabamos en el escenario. Juanjo, que a esas horas estaba trabajando en la Rtpa, se libró/perdió. “Alas de Cristal” fue la canción a la que nos sumamos sin acojonarnos, al menos por mi parte. Reto superado. Espíritu Unirock.

La verdad que los nervios al subirse al escenario eran bestiales, pero en cuanto se arrancaron con la canción nos vinimos arriba y aprovechamos el momento y procuramos disfrutar lo más posible. No todos los días te vas a ver sobre un escenario cantando con una banda como Avalanch. La verdad que fue un alucine verse con Magnus Rossen a la izquierda, del que tengo una púa enmarcada en el salón de su época con Hammerfall; con Rionda al lado, con Isra Ramos dándote un abrazo y con Mike Terrana detrás. Agradecidos que tenemos que estar por dejarnos compartir ese momento.


Parecía que lo de Avalanch en la Plaza Cupido era insuperable. Pero no, iba a haber aún un momento más especial, que incluso llegó a hacer brotar lágrimas de emoción. Titi Muñoz y Aida no perdían detalle desde un balcón a donde la señora de la casa les dejó subir para inmortalizar el momento en video y fotos. Seguro que su trabajo queda alucinante.


Minutos más tarde pisaba el escenario Roberto Peláez, vocalista de Westhia. Visiblemente emocionado anunció el día como uno de los más felices de su vida. Fue entonces cuando nos presentó a su hijo Mateo de tan solo 9 años. El peque se iba a sentar en la batería para tocar con su padre al micro el “Highway to Hell” de AC/DC ante la abarrotada plaza. Roberto aparecía escoltado por sus hermanos José Carlos al bajo y Chinky a la guitarra -ambos miembros de Skuld-. Todo un clan familiar sobre el escenario que se iba a ver reforzado por el buen hacer de Borja de Legacy of Brutality a la guitarra solista. El clan Peláez logró emocionarnos a todos. Su madre Mery ya lo había hecho la noche anterior en Radio Unirock. Hoy lo hacían la segunda y la tercera generación. La hermana de los Peláez y la madre de Mateo, que no pudo reprimir un emocionado llanto, flipaban en el lateral del balcón. Fue un momento increíble. "No toda está perdido" gritó Roberto Peláez. Allí se transpiraba el Espíritu Unirock.


Un buen rato más tarde yo mismo volví a ser uno de los protagonistas del Tributo. Eso sí estaba apalabrado desde el año anterior. Canté “Iron Maiden” al lado de Borja y Simón de Legacy of Brutality, Roberto de Westhia, José Carlos de Skuld, Daniel Saiz y Manuel Jesús. Más de veinte años sin pillar un micro para cantar y dos veces en una misma jornada. Reto superado y bastante hicimos sin haber hecho un solo ensayo y con los fuegos artificiales de fondo.

A la noche llegó el festival, cuyas pausas seguían cubriéndose a base de versiones en el camión-escenario. Y es que el tributo se alargó hasta después de acabadas las actuaciones del Main Stage.


Abrieron BAJA CALIFORNIA, banda asturiana de hard rock, cuyo sonido recuerda mucho al de los valencianos Uzzhüaia.  BC llegaron acompañados de una buena masa de fieles. Nunca les había visto aún en vivo y la verdad que no me decepcionaron. Pronto se pasarán por Diario de un Metalhead - Radio y a buen seguro que os hablaremos de ellos mucho más.


MISIVA salieron detrás para hacernos disfrutar de su sonido a lo Bad Religion. Estoy seguro de que en lo suyo son de lo mejor que se ha hecho nunca en España. Aún así, lo tienen complicado. Sus canciones son en Asturiano y a buen seguro que eso representa un importante problema que les cierra algunas puertas. A pesar de ello, les admiro porque continúan con lo que les dicta el corazón. Si su público se reduce por ello, pues es el que hay. Fieles. Muy grandes.


AVALANCH alargaron su show hasta casi dos horas. Hubo diversidad de opiniones en su actuación, que llegó hasta la hora y tres cuartos. Por el medio 11 temas, comenzando con la versión adaptada de “ El Ángel Caído” casi entera y por el que tantos palos han recibido (nuestra web no fue excepción). Mejor estuvo la segunda parte del show que aunque más corta pareció más divertida y al menos espabiló más a la audiencia. Fue el momento para “Papel Roto”, “Alas de Cristal”, “Lucero” y “Torquemada”. Bien en la ejecución, creo que los solos impidieron que el concierto llegara a tomar una buena velocidad de crucero. Necesitamos un disco nuevo cuanto antes y que definitivamente “El Ángel Caído” tenga el mismo peso en el futuro que cualquier otro álbum de atrás. Por cierto, Juan Lozano se pasó por allí como ya hiciera en Madrid.



TEKSUO cerraban la noche en el escenario central del Unirock. Aparecían en formato cuarteto, sin su guitarra solista Christian. Me preguntaba qué habría sucedido y a ver cómo sonaba. Pronto nos dimos cuenta. A la habitual base con la que acostumbran a actuar en la que suenan teclados y demás acompañamientos de artificio se le sumaba una guitarra solista enlatada. Me empecé a rayar. No podía ser. ¿Qué pasaba con Christian? Me parecía un fraude y no podía disfrutar del show como suelo hacerlo en los conciertos de una banda que siempre me ha encantado y a la que siempre he apoyado. Por fin su cantante Diego nos lo aclaró. Christian era baja por estar acompañando a su madre enferma (desde aquí le deseamos a él y su madre todo lo mejor). Asunto aclarado. La banda sacó adelante el compromiso como pudo, de forma más que digna y desde aquí nuestro aplauso. Cualquiera que haya estado en el Unirock entendería que no quisieran cancelar bajo ningún concepto. 


Y así fue como un año más Puerto de Vega salió a la calle para disfrutar de la música, de la cultura, permitiendo a los de fuera vivir con ellos una experiencia inigualable. Me sobran dedos en una mano para contar las veces que me lo pasé tan bien en un festival. Espero que aquellos que están trabajando desde las altas instancias por pegarle un tiro letal y desaparecerlo, fracasen en su empeño y podamos volver a vivirlo nosotros y los que vienen empujando detrás como Mateo Peláez. El 4 de septiembre hay juicio Unirock vs SGAE. Veremos si la lógica se impone y tenemos que celebrarlo o si es un día para llorar de rabia. Que no nos lo roben, por favor. 


Quiero regresar. Quiero volver a ver a Mateo con su padre y sus tíos sobre el escenario. Quiero ver a Simón de Legacy disfrutar en la batería y que él y Elena nos dejen dormir en su salón. Quiero volver a comer en La Marina, en el Jorge, en La Gaviota, en el Mesón o que me inviten Mery o Carmen, las madres del Unirock que nos acompañaron en la radio. Quiero pasármelo en grande con mis amigos de Turón de toda la vida. Quiero ver a Sergio Espartero con su familia. A Julia, Jorge y Marina. Quiero que Abel me ponga más copas y reñir con Rheme. Quiero "picarme" con Fon por el fútbol. Quiero que José Carlos me vuelva a abrazar cada vez que pasa a mi lado. Quiero ver a Borja Legacy tocar toda la tarde. Quiero volver a sentirme bien con Juanjo y Fredy en la misma mesa. Quiero volver a desgañitarme ante el escenario grande. Quiero renovar mi carnet de socio nº666. Quiero comprar una sudadera que este año se agotaron y me quedé sin ella. Quiero vivir con Maitane un fin de semana agotador pero feliz.  Quiero volver a sentir el Espíritu Unirock. 

Si hubiese que dar las gracias a todos los que las merecen, esto sería interminable, así que nos vais a más que especial. Son Elena, Simón y José Carlos. Sin ellos tres jamás habríamos vivido el Espíritu Unirock. Gracias de corazón por cuidarnos tan bien.

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© Diario de un Metalhead 2018.