By Larry Runner.
Si hay una formación en las carreteras europeas que merezca triunfar es ésta. Los croatas WAR-HEAD viven por y para la escena y cuando no están en marcha con su propia banda, están haciendo las veces de runners para otras, el caso es estar siempre en ruta. Evidentemente allí donde van siempre hay un rato para promocionarse. Les conocimos ya hace unos años en Oviedo y con el paso de los tiempos ha ido fraguándose una pequeña amistad a través de internet. No es que el contacto sea diario, pero sí habitual, de ahí que sea para nosotros especial hablar de este Imperium Mundi.
WAR-HEAD son una banda de sonido eminentemente thrash de tonalidades graves, oscuras, donde hay reflejada mucha mala uva, quizás porque en su entorno no se viven los momentos felices que se prometían años atrás, aunque todo hay que decirlo, la guerra de los Balcanes queda lejos.
Musicalmente WAR-HEAD se mueven por terrenos propios del estilo thrasher que se gestó en Alemania en los 80. Están lejos de las influencias de la bay area, son más hijos del thrash centroeuropeo, aquel que brilló tanto hace tres décadas con KREATOR, SODOM, DESTRUCTION y TANKARD. Eso sí, ni rastro de lo festivo de los últimos. Están más entre SODOM y DESTRUCTION que del resto. Y es que no hay lugar para las partes más melódicas tipo Petrozza ni nada de brindis locos. Esto es cera pura, thrash old-school germano con todas las de la ley.
El trío basa su música en una contundente base rítmica en la que todo parece estar en su lugar. A pesar de ser sólo tres músicos no hay espacio para los huecos. El bajo del también vocalista Darío Turcan suena lo suficientemente distorsionado para que unido a la estupenda batería de Eldar Ibrahimovic se creen las dementes, contundentes y oscuras atmósferas sobre las que cabalga la guitarra de Vladimir Suzjevic.
Cuando Vladimir se tumba sobre las rítmicas le salen pesadas, contundentes. Los riffs son asesinos, macerados, aplastantes con pocos espacios para demasiadas florituras en los solos. La guitarra está al servicio de las canciones y nunca para alzarse en protagonista absoluta.
Su música pulverizará a los oidos más sensibles. No está hecha para niñatos y nos llega con una excelente calidad, pues la grabación es fantástica y eso que se la curraron en Osijek, sin salir de casa.
El álbum es un todo uniforme en el que apenas se salen del guión. Sólo en Eternal Twilight, donde hay una parte de la banda sonora de The Omen parecen cambiar un poco de registro, pero no demasiado. Ahí ganan melodía, como sucede en mi favorita Return to Myself o la final While The Blind Leads The Blind.
En definitiva Imperium Mundi será un buen álbum para los amantes del thrash más oscuro y podrá parecer quizás un poco pesado para los más cercanos a sonidos de la bay area o más festivos tipo ANTHRAX. Una cosa sí que queda clara, son auténticos y más heavies que una lluvia de hachas.
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