sábado, 20 de enero de 2018

¿Y qué hay de los vivos?


Por Larry Runner.

Hace unos días aparecía la noticia en la prensa: “La música asturiana colabora para levantar una estatua a Tino Casal. El Filarmónica acogerá el día 26 un concierto para recaudar fondos con el objetivo de  construir una efigie a un "ovetense universal".


Me pareció una buenísima idea. Es genial que se reconozca y se recuerde con cariño a la gente de la cultura. Como buen melómano que me considero, Tino Casal me pareció siempre un genio y su temprana desaparición fue muy triste para su entorno más cercano -el familiar-,  pero también para todos los que amamos la música y le admirábamos por ello. Su figura rompió fronteras, derribó muros de intolerancia y colocó a Asturias en el mapa en una época en la que parecía que para los de la televisión única,  sólo se hacía música en Madrid.

En la prensa aparecen fotos de las personas organizadoras del homenaje, los que lo hacen por amor, amigos, conocidos y familiares pero también, por supuesto, los políticos municipales de turno. Esos que no falten.

Tino Casal vivió en una época en la que en Oviedo no se perseguía a la música. En la que se podía tocar en vivo y en la que la cultura, un bien común, estaba por delante de los decibelios, esa maldita unidad de medida que condena a la música, pero cuya sobreexposición no es nunca perseguida cuando llega procedente de una obra, el escape de la moto o del coche de un gilipollas, el taller ilegal de la cochera de al lado, el taller legal, la imprenta del bajo, la música enlatada o la verbena de turno.

Sí, Tino Casal, Ilegales, etc, quizás hoy no habrían podido salir adelante porque en Oviedo se ha puesto un cerco total a la música en vivo. Cada vez hay menos salas donde tocar por culpa de las estrictas leyes y que músicos y público pataleemos, es algo que a los políticos se la trae al pairo.

Alguno dirá que en Oviedo lo que se trata es de cumplir la legalidad. Tendrá razón, no digo que no. Pero cuando me dan ese argumento siempre me pregunto el porqué no la cumplen siempre o el porqué del cambio de leyes cuando interesa para que lo que a ellos les conviene, pase de ilegal a dejar de serlo. Vivimos en un país en el que si hace falta se cambia la Constitución para que reine una mujer en vez de un hombre, y me parece estupendo, pero probablemente sea mucho más sencillo dejar que la gente toque en directo en un bar hasta una hora razonable. 

Así que señores políticos de Oviedo, está muy bien respetar y homenajear a los músicos muertos. Ahora acuérdense de los vivos, por favor, y de su público, que lo tienen. Queremos que en Asturias haya más gente que llegue al nivel de Tino Casal y eso sólo se consigue pudiendo actuar en directo. Déjenlos hacerlo, son artistas, no terroristas. La música no mata a nadie y molesta mucho menos que los tubos de escape de los idiotas. Necesitamos que nuestros músicos salgan adelante, se hagan grandes. Piénsenlo, así ustedes podrán seguir saliendo en el periódico a su lado cuando sean unos triunfadores. Pongan medios para que así sea. 

Dicen que Tino Casal era único. A este paso lo seguirá siendo durante mucho tiempo. Señores políticos de Oviedo, es estupendo acordarse de los muertos. ¿Y qué hay de los vivos?


La Nueva España. 17.01.2018:

“El Filarmónica acogerá bajo este lema un concierto el 26 de enero para recaudar fondos para construir una escultura de Tino Casal e instalarla después en la calle Palacio Valdés. La velada, a las 19 horas, contará con 40 actuaciones y más que un concierto será un fiesta solidaria. Así, se sortearán varios objetos relacionados con el cantante. Entre ellos, un fular de la firma Moschino usado por Tino Casal y que la familia ha querido ceder para la ocasión. Además, por cada entrada -a un precio de 15 euros- se regalará un disco valorado en 25 o 30 euros. El concejal de Cultura, Roberto Sánchez Ramos, presentó ayer el evento durante una multitudinaria rueda de prensa en la que estaban presentes, en la mesa y en el público, numerosos cantantes, músicos, familiares y amigos del artista de Tudela Veguín. Entre otros, el cantante Niti Colsa, la artista Covadonga De la Rúa, el músico Fran Alonso o el pintor Diego Palacios.

Las localidades están a la venta en la taquilla del teatro Campoamor y en la web municipal. También hay una fila cero y el número de cuenta, de Caja Rural, es ES56 3059 0088 1028 7822 3011. Toda la recaudación irá íntegra a la causa.”


© Diario de un Metalhead 2018.

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