sábado, 3 de agosto de 2019

WACKEN 2019. Crónica de urgencia de la jornada del Viernes 2.


Por Larry Runner.

El viernes en Wacken vino marcado por el parón a media tarde, que hizo que algunos shows se desplazaran de escenario y alguna banda desapareciera del cartel como por arte de magia. Apenas fueron cuatro gotas, pero el aparato eléctrico que venía del cielo era lo suficientemente peligroso como para que por prudencia se suspendiera la actividad durante algo más de hora y media. Algo que nunca había pasado en 30 años de historia.

El mal tiempo fue una anécdota, pero por precaución nos pusimos a cubierto, no fuera a partirnos un rayo, que alegrara a algún envidioso. Por mi parte me gasté el tiempo en el Press Tent en compañía de Sergio Blanco, Iñigo Malvido, el amigo Fon y algunos colegas de otros países con los que coincidimos. Aprovechamos para reponer fuerzas y no tener que luego andar perdiendo alguna banda por la comida.

En la mañana disfruté de los italianos Brother of No One, que no me desagradaron. Vi también a Athica, extremos a más no poder, bien. The Slyde desde Canadá son una bandaza con un cantante que echa por la borda todo el trabajo instrumental, que es alucinante. Leviathan desde China consiguieron en mí el efecto contrario al de sus compatriotas Die From Sorrow del año pasado. Me fui del History.

Me perdí a Evergrey en el Bullhead porque fue una de las dos bandas canceladas junto con Nailed to Obscurity. La putada es que por ir hasta allí tampoco vi a Black Stone Cherry, que estaban en el Faster. Me agarré un pequeño cabreo que luego se me pasaría. A cambio disfruté de The New Roses, que no los tenía en mi quiniela y a los que me había perdido cuando pasaron por Asturias.

Demons & Wizards.

Ya en el Infield sufrimos un poco con la mierda de Body Count feat. Ice T. Realmente insoportables. No entiendo que coño hace esa bufonada aquí. Destrozaron el "Ace of Spades" para empezar y a partir de ahí un show aburrido y sin sentido donde además demostraron no tener ni puta idea de donde estaban. Cada vez que soltaban un speech daban vergüenza ajena.

Menos mal que mi traca final personal me iba a borrar toda la mala uva de golpe. De mano, Anthrax, demostrando que si no son una banda top y que no están más arriba porque las modas llegan a todas partes ya, y el metal no se libra del postureo. Jamás decepcionan. Lo de Demons & Wizards fue mucho mejor de lo esperado. Inolvidables. Por último Slayer, con su show a sexta velocidad y que fue un poco lo de siempre. Les he visto ya tantas veces que, sinceramente, no creo que les vaya a echar mucho de menos. En teoría era la despedida. Ya se verá.

De ahí al bus y a dormir.

Hoy... se nos acaba lo bueno.

© Diario de un Metalhead 2019.