La verdad es que del Gong antiguo al nuevo hay una diferencia como del cielo a la tierra, pero, mira que es duro tener que decir esto, el pasado jueves eché de menos que el concierto no fuera en el garito de antaño.
Y es que en el nuevo Gong Galaxy Club nos presentamos apenas una quincena de fans del buen Rock & Roll, así, con mayúsculas. Me imagino que la gente un jueves noche estaría muy ocupada y todo eso, vete tú a saber. Solo sé que se perdieron a una de las mejores bandas del género que van a pasar por esa sala. Tal cual lo cuento. Ellos se lo han perdido. Ojalá en el futuro veamos las lamentaciones. Los que allí estuvimos lo sabemos bien, no sé si alguien se fue sin su camiseta o sin uno de sus discos firmado ya fuera en vinilo o CD. Las ventas superaron a la taquilla de largo. Ver para creer.
Disfrutamos de una banda que con apenas unos años de vida y dos discos en el mercado supura actitud, esa que tanto falta a muchos que vemos pasar por nuestros escenarios. Y es que a día de hoy seguimos viendo a veces sobre las tablas a gente que no se sabe ni vestir. Música sin glamour alguno, sin espíritu. A estos tíos cuando los ves sabes que son músicos. No son como tú, así ha de ser. Ningún músico ha sido grande con pintas de ir a un curro de mierda como el que tenemos la mayoría de los humanos.
Musicalmente me parecieron alucinantes, me fliparon desde el arranque, aunque bien es verdad que las dos primeras canciones me las pasé intentando hacer una foto decente sin conseguirlo. Luego ya, con “Spin”, me olvidé del tema y que fuese lo que tuviese que ser, porque no me quería perder más detalles.
Al frente del escenario un animal de escenario llamado Mark Thorn. Un frontman de esos que llena el espacio y que casi por si solo hace buena a la banda. Ataviado con “ropas de mujer”, como él mismo indicó en un más que aceptable castellano, el tío se metió al público en el bolsillo desde el principio. Sus gestos afeminados, que no de locaza, nos hipnotizaron, y si lo que quería era llamar la atención y no dejarnos indiferentes, a fe que sacó nota. Alucinante su forma de moverse, de centrar la atención con unos movimientos que por momentos nos recordaban al del mismísimo Jagger. Un tío enorme.
El resto de la banda, bien, con un trabajo a la guitarra por parte de Miguel Martins realmente bueno y efectivo, despachándose unos muy buenos solos y luciéndose con los fantásticos riffs que hacen que canciones como la citada “Spin”, el himno “Bring Back Rock & Roll From The Dead”, “Bedtime Stories” o “Kiss Like Dynamite” sean auténticos temazos, directos, capaces de irme para casa con su disco debut como si no tuviera nada que escuchar.
Tiempo hubo también para soltarnos lo mejor de su último “Make No Mistake”, con cuya canción título abrieron la noche. De esta segunda entrega disfrutamos tambien del riff a lo Malcolm Young de “Rock 'N' Roll Suicide”, de la magnífica “Raquel” -que presentaron diciendo que hablaba de una chica asturiana- y de alguna más para acabar cerrando la velada con un “This is the End” después de hacerse un rato de rogar.
Hubo tiempo para un par de canciones aún inéditas. “W.M.M.” sonó muy bien, pero “Lovers” me pareció una auténtica joya y una auténtica invitación a estar pendiente para cuando saquen su tercer trabajo.
Por el camino se quedaron un par de versiones interesantes por el vuelco que les dieron con respecto a las originales. El “L.A. Woman” de The Doors pasó a ser “L.A. Lady”. Más intenso fue el giro que le pegaron al “I Was Made for Loving You” de Kiss.
Un alucine. Toda la sala para nosotros, como verles en el salón de casa. Fuimos seres privilegiados ante la vergüenza de que una región como Asturias no logre convocar a 40 personas para un concierto como el vivido anoche.
Si estás a tiempo, no te los pierdas.
Saludos a Fer Espina, Drunken Buddha y "los putos" Leather Boys. El que sabe, sabe.
Las fechas restantes:
https://neonanimal.bandcamp.com/
https://www.facebook.com/neonanimalband
© Diario de un Metalhead 2022.
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