viernes, 22 de junio de 2018

BONES OF MINERVA: Blue Mountains (2017, Nooirax Producciones).


Por Diego Rodríguez Liébanas.

No tenía ni idea de la existencia de Bones Of Minerva hasta que hace casi un año presencié su concierto teloneando a Vodun en la madrileña Sala Wurlitzer cuando presentaban este disco. Decir que me quedé con la boca abierta igual es un poco exagerado pero sí que me impresionaron de tal manera que lo primero que hice nada más que concluyeron su actuación fue ir al merchandising a comprarme este “Blue Mountains”.

En aquella época tenía claro que había que escribir algo sobre este trabajo pero por una cosa u otra se fue quedando en el tintero hasta que hace unas semanas se volvieron a cruzar en mi camino. Esta vez fue en el In Memory Fest, festival benéfico celebrado en La Tabacalera que recaudó más de quinientos euros que en un principio iban a ser donados a la Asociación de Ayuda al Pueblo Sirio pero que, debido a ciertas desavenencias, al final han ido a parar a la ONG Proactiva Open Arms. En este festival se dieron cita de manera completamente altruista hasta nueve bandas de distintos estilos como Hard & Cheap, No Nipples, Iraka o Fungus pero fueron Bones Of Minerva las que consiguieron una ovación unánime de la ecléctica asistencia demostrando estar, al menos, un escalón por encima del resto de bandas, y dejando claro, es de justicia decirlo, que tienen algo diferente.

¿Qué es eso especial o diferente? De primeras, tanto en el disco como en directo, lo que más llama la atención es la interpretación de la cantante Blue Rodríguez, un auténtico tifón vocal que muta y cambia de forma moviéndose con una soltura exultante por diferentes rangos vocales. No es habitual encontrarte con alguien de este talento y personalidad ya que a los parabienes de su voz hay que sumar la utilización de unas líneas vocales nada comunes. Pero, claro, un trabajo vocal de este nivel tiene que encajar de forma adecuada con el resto de la música para que el resultado final sea óptimo. Quizá al principio se pueda cometer el error de pensar que la banda son Blue y tres más, pero rápidamente te das cuenta de que la labor de la guitarrista Ruth O´Leary también tiene mucho que ver en que ahora mismo estemos hablando de este disco. Su variada colección de riffs pesados y con gancho se antoja discreta en las primeras escuchas pero poco a poco logra su merecida cuota de protagonismo y reconocimiento consiguiendo brillar con luz propia. La base rítmica de bajo y batería que grabó este disco, con una labor más sobria pero eficiente, estaba formada por Guillermo García y Chloé Gautier, y lo digo en pasado porque Guillermo dejó la banda a finales de 2017, ocupando Nerea actualmente su puesto.


No es fácil encasillarlas debido al eclecticismo de su propuesta pero no creo andar muy desencaminado si digo que es un Metal alternativo que bebe mucho también del Stoner y del Sludge. Vamos a hacer un repaso de los siete cortes que conforman este “Blue Mountains”. Comenzar con “Overcoming” y “Fear is a Biscuit” es jugar sobre seguro ya que son dos temas que captan tu atención de inmediato. El primero combina de forma equilibrada pasajes en los que la melodía tiene más protagonismo con otros más pesados y viscerales funcionando como eje vertebrador un estribillo pegadizo y con gancho. El segundo se basa en un riff más ligero, desenfadado y espontáneo que muta posteriormente adquiriendo mayor grosor y contundencia. “Defenders” comienza en modo militar sirviendo como acompañamiento perfecto de una letra en la que se advierte al poder que no habrá rendición frente a los excesos y la demencia de la sociedad en la que vivimos. Las dos siguientes canciones podrían servir perfectamente para establecer los límites actuales de la banda. Por un lado tenemos “Eery Octopus”, una canción menos contundente pero muy intensa que cuenta con una atmósfera que consigue hipnotizarte; por otro “Plastic Crown”, el tema más duro y metálico del disco, con el que la banda se mete de lleno en terreno Sludge. “Aces” es un tema más ortodoxo aunque la interpretación de Blue hace que me replantee ese calificativo. Es impresionante escuchar a una animal de este calibre pasando en apenas unos segundos de cantar como Grace Slick a hacerlo como Ángela Gossow. Terminamos con intensidad pero de manera más emotiva y reflexiva con “Whales”, tema que pone fin a los poco más de treinta minutos de los que consta el disco.


“Blue Mountains” es un buen disco que se disfruta de principio a fin pero creo que Bones Of Minerva están capacitadas para ofrecer mucho más. Estoy seguro de que, con toda la experiencia que están adquiriendo en directo, ya que no paran de tocar, la próxima entrega de la banda será mucho mejor.  Tienen mimbres sobrados para hacerlo. 








© Diario de un Metalhead 2018.