Por Simón García López.
Este dato que puede parecer anecdótico ha sido el culpable
en cierta medida de que su estilo estuviese sometido a evoluciones, que fuese
más Brutal Death o más Death metal, más rápido o más lento y complejo. Cada
batería tenía su estilo, sus gustos y eso impregnó siempre su estilo musical
único, característico y arraigado de Suffocation que Terrance y Cerrito se
encargaron de crear a principios de los 90.
Creo que es interesante analizarlo pormenorizadamente y destacar dos cosas. La primera que Suffocation ha tenido además de los que vamos a citar a Kevin Talley para directo, y la segunda que a pesar de la aportación al producto final de cada batería, el estilo de Suffocation se ha mantenido prácticamente inalterable a través del tiempo. Pasemos al análisis de baterías y sus aportaciones al conjunto:
· Mike Smith, primer batería y fundador
ayudó con su estilo machacón y eminentemente brutal a asentar fuertemente las
bases musicales. En su primera época como batería nunca desarrollo la técnica
de blast beat, más propia del Death
metal de Morbid Angel o Deicide. Sólo usaba el Hammer blast y la sensación que transmitía era, en conjunto con el
resto de instrumentos, de absoluta brutalidad. De ahí viene lo de Brutal death.
Simple.
· El siguiente batería fue Doug Bonh,
batería en lo que para mí es y será siempre la obra cumbre del grupo, “Pierced
from Within”. Doug refinó el estilo, profundizó en la técnica y la complejidad,
y añadió el blast a la música de
Suffocation. Todo esto hizo que la música se convirtiese en algo absolutamente
complejo y lleno de matices. Unido a la aplastante producción de Scott burns,
Pierced supuso un salto de calidad abrumador y una apertura en los horizontes
musicales del grupo. Para muestra de lo que digo sólo hace comparar la canción “Breeding
the spawn” tocada por Mike Smith en el disco homónimo y la versión de Doug en
“Pierced from within”. Baterías diferentes, estilos diferentes, resultados
diferentes.
· Dave Culross, leyenda viva del metal
extremo, ayudó a sacar adelante el último trabajo antes de la primera y
esperemos única disolución del grupo, “Despised the sun”, un Mini que es
eminentemente rápido porque Culross es un batería eminentemente rápido, batería
de blast beat, redoble y doble bombo
rápido. También se puede apreciar la diferencia de estilo con Mike Smith al
regrabar en este EP, la canción “Catatonia” de “Human waste”.
· Tras aproximadamente un lustro de
silencio, Suffocation volvieron a la carga con Mike Smith reincorporado a la
causa, pero no era el Mike Smith de los inicios. Para tocar en esta nueva etapa
era obligado que se hubiese adaptado de alguna manera al estilo de sus
predecesores y en “Souls to deny” nos encontramos a un nuevo Mike donde
desarrolla todas sus antiguas técnicas y las de sus predecesores de manera perfecta,
aunque siempre con ese punto brutal que lo caracterizaba. Todo esto lo llevó a
la práctica en el disco mencionado y en los siguientes “Suffocation” y el más
oscuro y lento “Blood oath”.
· Mike abandona la banda de nuevo tras
“Blood oath” y Culross regresa para grabar “Pinnacle in Bedlam” donde el grupo
se aleja de terrenos oscuros y regresa a la velocidad e intensidad, cosa que
queda bastante clara desde el inicio del disco.
Y llegamos a 2017. Nuevo disco y nuevo batería. Un chico
desconocido llamado Eric Morotti con unas cualidades fuera de toda duda. No
está en Suffo por casualidad.
Si he hecho el análisis que he hecho es por un único motivo.
Lo único que ha cambiado en Suffocation y este “…of the dark light”, aparte de
si la portada representa o no a Suffo (cosa importante pero secundaria en una
reseña musical, ya que la portada no suena), es el batería. Como siempre.
Eric tiene un estilo más moderno, más acorde con su edad,
menos Death tradicional, y más de Death core, más lleno de cambios y matices,
más espectacular. Es un estilo cercano por poner un ejemplo al del “This is
Where it ends” de All shall perish o a “The ills o modern man” de Despised icon.
Es ese estilo de tocar, pero adaptado a Suffocation. Sirva de ejemplo todo lo
que hace en la parte final de “Epitaph of the credulous”, y que a buen seguro
cualquier otro batería hubiese resuelto de manera mucho más convencional.
No es que Suffocation se hayan vuelto Death core o Slam o no
sé qué cosas más que he llegado a escuchar. Suffocation y su nuevo disco sigue
siendo Suffocation de toda la vida, pero con un batería joven, con diferentes
influencias y gustos que aplica a la música de Suffo. Ni más ni menos. Espero
que ahora se entienda el porqué de todo lo desarrollado.
Explicado y aclarado el único punto
discutible para mí de “…of the dark light”, añado dos cosas más que ya tienen
que ver con cuestiones y gustos más personales.
La primera es que la portada puede ser o no adaptada a
Suffo. Si a ellos les ha gustado pues ya está. Si esa elección atiende a puntos
comerciales pues no lo sé. Puede ser o no. A mí personalmente ni me gusta ni me
disgusta. Me deja un poco frío, pero no veo que esté mal o fuera de lugar.
La segunda es que el sonido de batería no me gusta. Los que
me conocéis o leéis mis reseñas habitualmente os podríais imaginar que diría
algo así, pero es que estoy ampliamente convencido de que un sonido natural o
todo lo natural que se pueda, aporta mucho más al conjunto, empezando por aportar
mucha más brutalidad que es en este caso de lo que se trata. Que el sonido de
bombos se sustituya o lo que sea lo entiendo, porque bombos rápidos como los
que encontramos aquí han de definirse de alguna manera, corriendo sino el
riesgo de que se conviertan en una masa de graves y se pierda definición, pero
en el resto, no lo comprendo. El trabajo de Eric es fantástico, pero el sonido
no me gusta. En muchos casos es cuestión únicamente de que hay baterías o
grupos a los que les gusta ese sonido. En otros es cosa de que el productor
sustituya todo sin más por gusto o comodidad, no sé, es muy complejo, pero a mí
no me acaba de gustar. Qué se le va a hacer.
El resto es, insisto, puro y duro Suffocation. Entiendo que
inicialmente algunas alarmas pudieran saltar sobre todo entre los más
susceptibles, pero escuchado el disco entero creo que no deja lugar a dudas de
que siguen siendo los mismos haciendo lo mismo.
La complejidad de las composiciones es tremenda, tanto de
las estructuras como de los riffs. El bajo de Derek Boyer (el bajista con la
puesta en escena más acojonante de todo el panorama extremo) está siempre
presente a lo largo del disco, cosa que se agradece y la voz de Mullen es
impresionante como siempre, potente y grave, bestial. Se agradece que a pesar
de no poder girar con Suffo en ciertas épocas siga estando ahí para cada disco.
Temía mucho que en este no estuviese y al final por suerte ahí ha estado una
vez más. Perdiéndolo a él definitivamente se perdería una parte casi vital de
Suffo.
Como en todo disco de Suffo se hace difícil destacar temas,
pero en este caso destacaría la canción que da título al disco, y la más lenta
y original “Caught between two worlds” que rompe la homogeneidad del conjunto y
aporta diferentes ambientes que no encontramos en el resto de canciones. Quizás
las más interesante de todas las que contiene un “…of the dark light”, que ha
llevado unos cuantos palos de manera totalmente injustificada.