lunes, 22 de mayo de 2017

Diego Rodríguez: Mis 25 discos favoritos del siglo XXI.


Por Diego Rodríguez Liébanas.

Para celebrar mi publicación número 100 Larry me ha concedido el deseo de publicar una lista con mis veinticinco discos favoritos de este siglo. No tengo ninguna intención de sentar cátedra ni de insinuar que éstos son los mejores. Ni por asomo. Son los que más me molan y, de hecho, si ya normalmente los aspectos técnicos no son mi fuerte en las reseñas que escribo, en las líneas siguientes os podréis encontrar con opiniones, anécdotas y tonterías varias que se me han ido ocurriendo en un tono más desenfadado todavía que el de costumbre. Ahí van los veinticinco por orden alfabético.


Accept – Blood of the Nations (2010)
Tengo que reconocer que nunca escuché Accept hasta que salió Blood of the Nations. Así que para mí no hay polémica: Mark Tornillo es el hombre. Por supuesto que luego me puse al día y ahora mismo puedo decir que conozco bastante bien su trayectoria clásica pero mi historia con Accept comienza con “Beat the Bastards”, “Teutonic Terror” y “Blood of the Nations”. Después pude disfrutar de su enorme fiesta en directo de forma reiterada hasta que se convirtieron quizá en mi banda clásica favorita de los últimos años.


Anthrax – Worship Music (2011)
Anthrax llegaron a dar tanta pena durante una temporada que provocaba vergüenza ajena hablar de ellos. Parecía difícil que salieran del hoyo pero, claro, tenían una bala en la recámara: reconciliarse con Joey Belladona, su cantante original, y sumarse al repunte nostálgico del que las formaciones clásicas han disfrutado en la última década. Y así lo hicieron, pero por la puerta grande con un discazo de tomo y lomo que quizá no sea tan agresivo como a algunos les hubiera gustado pero que rezuma frescura, intensidad y un sonido impresionante.


Baroness – Blue Record (2009)
Para algunos el álbum “Red”, previo a éste, es La Biblia, y para mí el “Yellow & Green”, posterior, incluso lo supera pero el disco con el que flipé y me enamoré de Baroness fue con el azul. El flechazo no fue instantáneo porque en su momento supuso para mí salir de la puta mierda esa que ahora se conoce como “zona de confort” ya que el Sludge Metal era completamente nuevo para mí. Sin embargo, muy de vez en cuando, algún disco me obliga a sentirme lo suficientemente intrépido y valiente como para abrirme a nuevos mundos. Éste es uno de ellos.


Casablanca – Apocalyptic Youth (2012)
Por lo que estoy viendo no va a haber mucho espacio más para el Hard Rock en esta lista pero la presencia de este disco es impepinable ya que se trata de un trabajo brillante en todos los aspectos. Cuando lo pones parece un Greatest Hits ya que está formado por una colección de temas a cada cual mejor. “Deliberately Wasted”, “Downtown”, “Love and Desperation”… En cualquier quedada en mi casa con diferentes tipos de peña cada uno con sus gustos este disco cae y siempre es bien recibido porque es sinónimo de fiesta, energía positiva y pasárselo bien.


Clutch – Earth Rocker (2013)
Lo que me pasa con “Earth Rocker” es que algunas veces asocio una banda con un disco y tanto lo que hayan hecho antes como lo que hagan posteriormente me la trae un poco al fresco. No me preguntéis por la trayectoria anterior de Clutch porque ni idea. Sólo sé que estuve obsesionado con este disco una temporada larga quizá debido a la incendiaria actuación que presencié en el Kriston Fest presentándolo, y desde entonces no hay semana que no me lo pinche al menos una vez. Hard Rock, Punk, Stoner, Psicodelia, Metal, Country, Blues…


Elder – Lore (2015)
Impresionante. Este disco me dejó sin palabras en su momento y después de ponerlo mil veces no pierde ni un poco. Es una obra sublime fruto de la libertad creativa de unos señores que te llevan de viaje muy lejos haciéndote vivir una aventura sónica interesante, sorprendente y placentera a más no poder. Para lo diferente que es, me impresiona lo fácil que se me hizo escucharlo desde la primera vez. Si te gusta escuchar música para evadirte de ti mismo y de todo lo que te rodea, te lo recomiendo sin duda. Un disco único.


Enforcer – Diamonds (2010)
La primera vez que escuché Enforcer fue con su anterior “Into The Night”. Aluciné con la vitalidad, la frescura y el desparpajo que desprendían. “¡Como los Metallica del Kill´em All!” clamé. Bien es cierto que ese disco era un poco repetitivo y aunque la potencialidad de la banda quedaba patente fue superado de forma amplia por “Diamonds” obra en la que, sin perder energía ni intensidad, ofrecen un conjunto de temas mucho más ricos y variados como “Midnight Vice”, “Running in Menace” y, sobre todo, “Katana”.


Ghost – Opus Eponymous (2010)
Qué difícil es que hoy en día un grupo cree una de esas controversias en las que son amados por unos y vilipendiados por otros. Hay incluso gente que piensa que los fans de la banda nos hemos dejado engañar por los disfraces y por el rollo del anonimato como si fuéramos tontos del culo. Compré este disco y de tanto que lo puse pude hablar con el diablo en persona. Además tuve la suerte de ver a la banda en sus inicios presentando esta obra y lloré de satisfacción literalmente. Cualquiera de sus otros discos también podrían estar aquí pero este es el que más me gusta.


Gojira – Magma (2016)
Hace años que conozco a Gojira. Sabía que llevan más de una década siendo una banda de referencia. Pero nunca les había dado una sola oportunidad porque, directamente, sin más, decidí que no tenían nada que ver conmigo. Todo eso se acabó la primera vez que pinché este disco. Ahora, por enésima vez, tengo que adoptar la marcha del cangrejo e ir hacia atrás para descubrir qué es lo que me he perdido con este grupazo. Suerte por un lado pero… cómo me hubiera molado disfrutar de sus otros discos cuando salieron y no años después. Review aquí.


Grajo – Grajo (2016)
Alguien, que luego no apareció por culpa de fiestas de twerking y yo que sé más…, tuvo la lucidez de invitarme al aniversario de la discográfica Nooirax que se celebraba en la Sala Wurlitzer donde tocaban esta gente de Córdoba.  Allí fue donde Javier, Félix, Jose y, sobre todo, Liz, me provocaron un desencaje de mandíbula muy bruto ¡Y sin farlopa! Qué sonoridad, qué manera de enganchar, qué riffs, qué voz, qué todo… Y luego me pillé el disco, claro, el cual, sin hacer distinciones entre nacional o internacional, es mi preferido de 2016. Futuro grande les espera a los Grajo. Review aquí.


Grand Magus – Iron Will (2008)
La voz de JB mola muchísimo. Eso no es algo nuevo, lo sabemos todos desde su época en Spiritual Beggars, banda con la que compartió labor vocal hasta que decidió volar por su propia cuenta debido justamente al éxito que cosechó este discazo. Mover el cuello y levantar los cuernos al cielo es un verdadero placer mientras suenan temas como “Iron Will”, “Silver Into Steel” o “The Shadow Knows”. Heavy Metal sencillo, rocoso, gordo y épico como pocos.


In Solitude – The World. The Flesh. The Devil. (2011)
Después de un magnífico debut, la banda se hizo un nombre a nivel europeo  con este segundo disco hasta el punto de que ese mismo año fueron reclutados para el Wacken Open Air. La entrada de Henrik Palm, posteriormente guitarrista de Ghost, junto con la presencia y carisma de los hermanos Ähman, ofreció a los amantes de las propuestas tradicionales un acercamiento fresco, moderno y oscuro a los sonidos Made In Maiden. Tras un tercer y notable álbum como fue “Sister” desaparecieron del mapa.


Isis – Panopticon (2004)
El primer disco que escuché de ellos, y su última obra a la postre, fue “Wavering Radiant” y tengo que reconocer que las primeras escuchas me dejaron petrificado ya que suponía algo realmente novedoso para mí por esos largos pasajes instrumentales distorsionados, la voz gutural y las diferentes cadencias y atmósferas. Me picó tanto la curiosidad que enseguida quise escuchar más por lo que seguí con “Oceanic”, su obra más reconocida, pero es “Panopticon” el disco que actualmente me pongo cuando quiero sumergirme en el mundo de Isis.


Queens of the Stone Age – Songs for the Deaf (2002)
Increíble como escuché por primera vez a QOTSA. Por aquella época me dio por darle bastante caña al segundo disco de Juliette Lewis y me enteré que iban a retransmitir su concierto en el Azkena, allá por 2005, en directo por Radio 3. Estábamos de acampada por no sé dónde y el caso es que me quedé sopas con los cascos puestos hasta que de pronto me despertó una música desconocida como si de un sopapo se tratara. Lo siguiente fue conseguir este álbum  al que exprimí bastante aunque tengo que reconocer que desconozco bastante el resto de su discografía.


Paradise Lost – Paradise Lost (2005)
La primera voz gutural que me gustó en mi vida fue la de Nick Holmes. No fue, por supuesto, a través de este disco sino de su obra maestra “Gothic”. Aunque lo petaron considerablemente en los 90 con ese y otros trabajos, Paradise Lost han seguido sacando obras muy interesantes como este álbum homónimo convirtiéndose, a mi modo de ver, en una de las bandas con una trayectoria discográfica más sólida y fructífera. Aprovecho para reivindicar al guitarrista Greg Mackintosh, uno de mis preferidos, que no digo que no esté reconocido pero debería estarlo más.


Ram – Lightbringer (2009)
Lightbringer, “el que trae la luz” ¿no? O, dicho de forma más fina, “el que ilumina”. Pues iluminado estuve ya que vi la luz gracias a este disco, que me abrió los ojos confirmando  que había vida más allá de los clásicos del Heavy Metal. En una época en la que quedé hasta la polla de escuchar lo de siempre, “Lightbringer” me hizo disfrutar tanto que me metí de lleno durante una larga temporada a buscar bandas del estilo abriéndome las puertas a música cojonudísima. La madre del cordero. O del carnero, mejor dicho.


Satan – Life Sentence (2013)
La historia ochentera de Satan es igual que la de un montón de grupos de la NWOBHM, es decir, fueron capaces de publicar un álbum capital y muy influyente como fue “Court in the Act” pero luego no dieron con la tecla para asentar una carrera sólida. Uno siguió con Blitzkrieg y los otros montaron Skyclad hasta que en 2013 se reúnen sacándose de la chistera un disco brutal como es “Life Sentence”. Puro nervio, empuje e intensidad en cada uno de los temas. Ya les gustaría a otros de su generación con mucho más nombre sacar a estas alturas algo parecido a esto.


Stravaganzza – Primer Acto (2004)
Que Leo Jiménez lleva años siendo la mejor voz en su estilo del panorama nacional nadie debería dudarlo. Que su trabajo anterior con Saratoga supone una de las partes más brillantes de la historia del Heavy Metal español tampoco. Pero es con Stravaganzza y más concretamente con este disco con el que me quedo. Formación de lujo con Pepe Herrero sublime a la guitarra y Dani Pérez estratosférico a la batería. Durante un momento pareció que iban a petarlo pero no llegó a tanto la historia. Aun así grupazo y discazo.


Symphony X – Oddisey (2002)
Symphony X siempre han sido una de mis debilidades. Lo flipé en su momento con “The Divine Wings of Tragedy” y otros discos pero hay que reconocer que la obra que les puso en el mapa con letras mayúsculas  fue “The Odyssey”, la cual supuso un giro de timón abandonando un tanto el aspecto sinfónico para introducir riffs contundentes y una interpretación vocal mucho más agresiva. Tres cosas. Una. Michael Romeo es un genio. Dos. Russell Allen uno de los mejores cantantes en la actualidad. Tres. ¡Llevan con la misma formación desde 1999!


System of a Down – Toxicity (2001)
A finales de los 90 se hicieron muy grandes bandas como Korn, Deftones, Limp Bizkit o Slipknot pero ninguna de ellas me importó nunca un carajo. No es el caso de System of a Down que desde el principio me cogieron por los huevos y no me soltaron. Las pequeñas dosis de locura que nos administraron en su primer disco crecieron y se desarrollaron en “Toxicity” dejándonos clásicos imperecederos y consagrando a Tankian y Malakian como una de las parejas más creativas e innovadoras de aquella época.


The Sword – High Country (2015)
Llegas a casa de unos colegas, te fumas un floro, te dicen “mira, escucha esto” y te quedas embobado. “Ponlo otra vez”. Ya le había dado un par de oportunidades a The Sword anteriormente pero la cosa, aunque me molaron, no cuajó. Sin embargo, el cambio de sonido que han experimentado con este disco me ha entrado que te cagas. De principio a fin es una joya pero hay temas que destacan impepinablemente como “Mist and Shadow”, “Seriously Mysterious” y “The Dreamthieves”. Si siguen esta estela pueden hacerse muy grandes.


Triptykon – Melana Chasmata (2014)
En uno de esos grandes festivales siempre queda algún momento desocupado en el horario y eso fue lo que me hizo descubrir a Triptykon. Aunque no dominaba el tema en profundidad, el nombre de Celtic Frost y la presencia de Tom Warrior me hicieron acercarme a ver qué se cocía. Puffffff… Tremendo. Me apabullaron. Me destrozaron. Me hundieron. Una experiencia inolvidable. Poco después salió este disco que me he puesto tropecientasmil veces. Con su belleza oscura y retorcida y su rabia me hacen recordar que… ¿A qué espera Tom Warrior para sacar nuevo disco?


Truckfighters – Mania (2009)
En el mismo festival al que me referí cuando hablé de Clutch, el Kriston Fest de 2013, tocaron también unos suecos desconocidos. Bueno, no eran exactamente unos desconocidos porque, para conocerlos, durante la semana anterior le había dado caña a este disco. Fuimos a Bilbao para ver a Clutch y a Orange Goblin y yo me volví con la cantinela de Truckfighters, que me gustaron incluso más que los otros dos. Aunque sus dos siguientes discos no están mal no le llegan a éste a la suela de los zapatos. Lo que sí recomiendo es verlos en directo. Son un espectáculo.


Wild – La Nueva Orden (2011)
Hace algunos años hubo una movida guapa en Madrid, no muy grande, pero sí molona, en la que una serie de bandas de Heavy Metal despuntaron y nos dieron momentos de puta madre. Me refiero a Ciclón, a Steel Horse y, sobre todo, a Wild. Era un lujo a pequeña escala asistir de forma habitual a conciertos de estas tres bandas tan distintas y parecidas a la vez y si me quedo con Wild es porque sus temas tenían un gancho y un carisma especial que viene condicionado seguro por la personalidad escénica e interpretativa de su antiguo cantante Javier Endara. 


Wolf – Ravenous (2009)
Y para finalizar… otro grupo sueco. ¿Y van…? Voy a contarlos. ¡Ocho! No está nada mal para una lista de 25. Conocí a  Wolf, In Solitude, Enforcer y Ram a través de un artículo de Antonio Cerezuela en RafaBasa allá por el 2010 en el que nombraba de pasada a esas cuatro formaciones como bandas a tener en cuenta. ¡Qué suerte haberle hecho caso! Desde que comienza con la extraordinaria “Speed On” hasta que termina está garantizado el movimiento de cuello a lo loco. Por el medio “Hail Caesar”, “Mr. Twisted”, “Whisky Psycho Hellions”… ¡Putos suecos!

© Diario de un Metalhead 2017.