jueves, 16 de marzo de 2017

HORISONT: About Time (2017 – Century Media) Suecia.


Por Diego Rodríguez Liébanas.

He tenido la suerte de presenciar un par de conciertos de Horisont en los últimos años. El segundo, por pisar terreno conocido y tener una opinión formada, no se me quedó tan grabado en la memoria pero del primero no me olvidaré nunca. No les conocía pero nada más comenzar su actuación captaron toda mi atención como un imán.

¿Qué es lo que me impactó de ellos? Pues tres de las virtudes más importantes que debe tener una buena banda en directo: Actitud, sonido y presencia. En lo referente a esto último, la presencia, me pareció increíble que esos tíos parecieran literalmente sacados de una burbuja del tiempo procedente de los años 70. Peinados, barbas, gafas, vestuario… No sólo un poco o… “sí, es que les va el rollo sesenta”. No. Parecían caracterizados por el mejor jefe de vestuario de Hollywood para una película o algo así.  Incluso su manera de moverse me parecía setentera si es que eso tiene algún sentido. Pero no. No estábamos en una obra de teatro. La energía a raudales muy a lo Led Zeppelin que recibíamos de la banda no era de atrezzo ni ellos unos posers. Pisaron el acelerador en el minuto uno y levantaron el pie con la última nota de la última canción. ¿Qué había sucedido? Un puto tifón procedente de los 70 nos había pasado por encima. 


No hacía falta ser un lince para darse cuenta de que allí había tenido lugar algo especial así que me fui directamente a ver si había algún disco disponible de la banda. Por aquella época, en 2011, aún estaban presentando su primera obra “Tva Sidor Av Horisonten” que se había publicado un par de años antes así que me lo pillé. Me llevé una buena decepción cuando lo puse en casa. No es que sea un disco malo pero ahí no había casi nada de lo que había presenciado. Ni energía, ni intensidad, ni empuje… sólo en algún momento un destello que prometía cotas más altas. Cuando se celebró aquel concierto en tierras londinenses ya estaban bajo la influencia de Lee Dorrian y su Rise Above Records. Por supuesto él ya sabía que algo importante se estaba cociendo y Horisont publicaron sus tres siguientes obras en su sello. Yo, como soy así de rencoroso, después de llevarme aquel chasco con su primer disco pasé de ellos olímpicamente. No fue hasta que un colega me recomendó que escuchara el tema “Odyssey” de su homónimo y anterior LP que les volví a dar una oportunidad. Y esta vez me pasó lo mismo pero a la inversa. El tema, de más de diez minutos, muy en la onda rock sinfónico de Rush, estaba bien pero no me ponía en absoluto. El asunto es que luego, cuando los vi tocarlo en directo, me volví a quedar flipado. Entonces, una de dos: O bien se trata de una gran banda de directo que no consigue plasmar su energía en el plástico o bien en disco apuestan por un sonido más limpio y pulido que a muchos gusta mientras que en directo le ponen ese punto de intensidad, suciedad y gordura que a mí me mola.


De lo que no hay duda es que “Odyssey” supone un antes y un después en la historia de la banda como así lo demuestra su fichaje por Century Media, discográfica a través de la cual sacan este “About Time”. Pese a los cambios habidos en la formación ellos siguen a lo suyo, recreando sonidos procedentes de décadas anteriores, sobre todo de los 70. Elementos progresivos, teclados, un montón de sintetizadores… Cuando pones el disco y se van sucediendo las canciones te vas dando cuenta de que cada una va por su lado, que no hay una búsqueda especial de unidad ni de concepto más allá de la calidad intrínseca de los propios temas, que la hay y mucha. Un momento… ¿Recreando? ¿Ha dicho recreando? Uy, uy, uy… A ver si nos metemos en lío. Pero sí, no creo que haya ningún problema en utilizar ese verbo puesto que además ellos mismos son los primeros en reivindicarlo ya que si no fuera así no entiendo cómo se explicaría la magnífica portada realizada por Henrik Jacobson en la que se observa… ¡Una ilustración tipo años setenta de un hombre metido en una máquina del tiempo! Así que sí, recreando. Y sin problemas. No hay estilo rockero de la década de los 70 cuyo palo no sea exprimido en el disco: Progresivo, Psicodelia, Hard Rock, AOR, FM, Sinfónico, Disco, Heavy Metal… Excepto Punk lo que quieras. La lista de nombres de bandas míticas que se te viene a la cabeza escuchándolo es muy larga: Deep Purple, Scorpions, Rush, Yes, Thin Lizzy, Judas Priest, Led Zeppelin, Kansas, Blue Oÿster Cult… 


Realmente, más allá de influencias, lo que importa es tener buenos temas como “Letare” o “Without Warning” y, sobre todo, las tres mejores en mi opinión: “Point Of Return”, “Hungry Love” y “About Time”. ¿Point Of Return? Me suena de algo. Sí. Y vas bien encaminado. Y a eso me refiero con lo de que ellos no solamente son plenamente conscientes de los continuos homenajes que realizan sino que hacen de ello su bandera ya que la canción está emparentada de forma directa e indudable con “Point Of Know Return” de Kansas. Y mola muchísimo gracias, entre otras cosas, al sonidazo del que goza el disco. Hay otro denominador común: Huyen de las notas graves, los riffs ampulosos, las cadencias densas y las atmósferas oscuras. Se trata de un disco vital, positivo y luminoso que no busca la introspección sino el sano objetivo de pasar un buen rato. “Hungry Love”, otro corte que debe ser destacado, construido alrededor de un riff magnífico, combina en su inicio partes más tranquilas con un estribillo principal muy intenso y un trabajo vocal magnífico antes de entrar en una sugerente parte intermedia más veloz llena de efectos. Es un tema que se te hace tan corto que te da la sensación de escapársete entre los dedos de las manos. Una pequeña y efímera joya. Y para terminar el repaso es de justicia dedicar unas palabras a la homónima “About Time”. Se trata del tema más largo del disco pero no pasan tantas cosas en esos seis minutos como en otro de esos temas anteriores de tres minutos y le viene bien porque esa tranquilidad y melancolía le dan un aura especial a la canción. Siguen estando muy presentes los sintetizadores y unas twin guitars deliciosas. En definitiva. ¿Pillan mucho de los 60 y 70? Sí. ¿Molan mucho las canciones? Sí. ¿Es un disco recomendable? Totalmente.






© Diario de un Metalhead 2017.


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