martes, 19 de abril de 2016

DEATHKINGS: All That Is Beautiful (2016 - Autoeditado) USA.


By Diego Rodríguez Liébanas.

Originarios de Los Ángeles, DEATHKINGS comienzan a dar guerra en 2011. Después de una serie de idas y venidas de personal la formación se estabiliza con Nicolas Rocha como bajista y cantante, Mark Lüntzel y Daryl Hernández a las guitarras y Sean Spindler en la percusión.

Con dos LPs, un single y un Split en el mercado, producidos siempre al amparo del colectivo artístico Midnite Collective, el número de canciones que tienen publicadas es de exactamente nueve. Tanto su primer disco, Destroyer, como este All That Is Beautiful están formados por temas largos no bajando ninguno de ellos de los once minutos de duración.

Estableceremos unas coordenadas que sirvan al lector para situar la propuesta musical de la banda utilizando tres etiquetas que nos sirvan como punto de partida: Post Metal, Doom y Sludge. Post Metal, ya que nos encontramos numerosos pasajes a lo largo del disco en los que predominan las atmósferas opresivas y la evolución desde la limpieza y ligereza de ciertos momentos hasta llegar a un muro de sonido distorsionado al máximo donde los acordes se mantienen en el tiempo elevando la intensidad  de forma progresiva hasta llegar a culminar para desvanecerse por unos instantes y optar por un nuevo camino. Doom Metal porque a todo lo anterior se le suman largas progresiones de riffs oscuros, crudos y secos que ayudan a radicalizar la propuesta. En ocasiones estas partes Doom pierden pesadez y densidad paulatinamente adquiriendo un tono sucio pero más melódico y derivando en lo que conocemos como Sludge Metal.



Los miembros de la banda no dudan en mostrar su amplitud de miras al afirmar que no son más que "un ruidoso grupo de Rock" en el que tienen cabida los numerosos géneros que escuchan cada uno aunque afinan más la respuesta nombrando a Neurosis, Killing Joke, Voivod, Sepultura, Motörhead, Pink Floyd, Darkthrone, Cocteau Twins o Sigur Ros. Me gustaría añadir que su sonido me recuerda en diferentes momentos a los también californianos Isis y a los ingleses Paradise Lost.

En lo que respecta a la interpretación y producción de Sol Invictus, The Storm, The Road To Awe y Dakhma es muy importante destacar, en lo relativo a la percusión, la combinación de sonido amplio y grande de los platos con la profundidad de los tambores y el bombo y la opacidad del sonido hueco de la caja. La interpretación de Sean Spindler, básica y primitiva en unos momentos y contundente aunque contenida en otros, supone uno de los elementos esenciales de este All That Is Beautiful. La voz de Nicolas Rocha se adapta a lo que requiere cada parte mostrando tres tipos de registro, limpio, rasgado y, sobre todo, gutural, dando cuerpo al desamparo y al sufrimiento que quieren trasmitir llegando ese dolor a traspasar la barrera de lo emocional para situarse, por momentos, en lo puramente físico.



Las guitarras acometen riffs demoledores a lo largo de los temas adquiriendo diferentes texturas pasando de ser absolutas protagonistas a través de una distorsión máxima a sonar unplugged en otros momentos. Los diferentes cambios de estado guitarreros surten de tensión y emotividad a cada uno de los pasajes. El bajo aparece y desaparece según la intensidad y distorsión que las guitarras pongan en liza adquiriendo incluso momentos protagonistas y cambiando de grosor según las exigencias.


Con All That Is Beautiful puedes abandonarte a tu suerte y dejarte en manos de las canciones para sentir como afloran los diversos sentimientos negativos que llevas dentro de ti. Miedo, frustración, dolor… Cierras los ojos y te relajas pudiendo incluso mimetizarte con la música para que ella grite y se exprese por ti acercándote a los recovecos más escondidos de tu ser. Puede llegar a convertirse en un verdadero placer sentir como la música te lleva de un estado a otro exponiendo cuerpo y mente a una experiencia sónica espectacular.





© Diario de un Metalhead 2016.

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