lunes, 9 de diciembre de 2024

Honestidad y calidad. FORTUNE CHILD + SOMOSFAKE. Oviedo, 30.11.2024. Crónica y fotos.

📝 Larry Runner.
📷 Jorge López Novales.

Christian Powers (voz solista y batería), Buddy Crump (guitarrista) y Jon Ward (bajo y coros) se presentaron en la Sala Gong de Oviedo el pasado día 30, ofreciendo un concierto tan glorioso como honesto.


Glorioso, porque la calidad musical del trío seguramente situó su actuación entre el Top 5 en la historia de la Sala Gong. Honesto, porque, a pesar de que el público rockero asturiano les dio la espalda, ellos desplegaron su repertorio completo: hora y media de espectáculo.


Somosfake

Antes de Fortune Child actuó Somosfake, que llegó sin hacer mucho ruido y se marchó de forma sigilosa, aunque no sin mostrar su arte. A pesar de ser tan solo dos componentes, no lo hacen nada mal. Estoy seguro de que si cantaran en inglés llamarían más la atención, pero está claro que este power dúo, nacido de la idea de su batería Sergio Martínez hace lo que le apetece: un rock que bebe de mil y una fuentes, con un sonido crudo y directo, sin pistas grabadas de bajo. Son solo ellos dos.

Llegaron desde Segovia y ofrecieron un repertorio con canciones de sus tres discos, liderados por la ESP de David Centeno, quien, con su doble micrófono, juega continuamente con las voces. En sus canciones dejan fluir múltiples estilos, que tan pronto pueden recordar a bandas como Green Day como al más absoluto heavy metal. Fueron honestos, como sus compañeros de cartel y a pesar del escaso público lo dieron todo.


Fortune Child

El insultantemente joven trío de Jacksonville, Florida, no se dejó intimidar por la escasa veintena de asistentes al concierto. Salieron a darlo todo sin complejos, ofreciendo sus fantásticas canciones, que en vivo adquieren una energía renovada gracias a las improvisaciones. Fortune Child ofrece un espectáculo en vivo con aires de auténtica jam session, como los grandes del estilo, ese que muchos presumen de amar pero que ignoran si no proviene de una fuente conocida.

Sea como fuere, quienes asistimos disfrutamos del conciertazo que ofrecieron los jovencísimos norteamericanos. Christian Powers, a la voz y la batería, ocupó el centro del escenario, que contó únicamente con un par de amplificadores clásicos como decoración, fieles al sonido que los caracteriza.

A la izquierda, Buddy Crump, con apenas 23 años, se mostró como un digno sucesor de los grandes guitarristas. El espíritu de Hendrix o Gallagher parece correr por sus venas. Sin duda, será un músico que logre vivir de su arte en el futuro. Canciones como "Feet Down Low" o "Saints & Sin" —con la que abrieron— nos hipnotizaron con su mezcla de nostalgia rockera y energía contemporánea. El hit "Save the One" nos puso a bailar y el momento romántico llegó con el blues de "Waiting on You". No faltaron un par de covers.

Trajeron consigo un técnico de sonido -al que dedicaron hermosas palabras- que supo realzar su espectáculo, logrando que cada nota resonara con gloria. Han trabajado con Kevin Elson (Journey, Lynyrd Skynyrd...) y reviven como pocos la esencia del rock clásico. A pesar de llevar solo dos años de trayectoria, ya han llamado la atención de bandas como The Black Crowes, para quienes han abierto.

Christian Powers impacta al cantar mientras toca la batería con una calidad sorprendente. En ningún momento su sonido se sintió incompleto cuando Buddy ejecutaba sus solos, ya que sus compañeros creaban un muro sonoro lo suficientemente sólido como para no echar de menos más instrumentos. Todo es orgánico y real, sin samplers ni artificios: pura honestidad y entrega.

Cerraron con "Anyway", un fantástico temón que estos días no me canso de escuchar.

Fortune Child tiene un gran futuro por delante. Aunque dudo que vuelvan por aquí, ya que no fueron bien recibidos en esta ocasión. Quienes los vimos fuimos muy afortunados. Muchos se arrepentirán de no haber estado.

© Diario de un Metalhead 2024.


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