Ulver comenzó en la escena del Black Metal noruego, pero desde el principio se distinguieron por su enfoque experimental y su capacidad para mezclar géneros.
Han pasado por todo tipo de momentos desde aquel Black Metal primigenio que los ponía a la altura de Satyricon o Darkthrone. ¿Qué les ha pasado? No lo sé. Entiendo que la gente cambie de gustos y si eres músico lo hagas en tu arte, pero lo de Ulver es pasarse.
No digo que no tengan derecho a ello, pero coño, del Black Metal crudo del principio a esto, hay que tener cojones. Me parece estupendo que cambies, pero en este caso, cambia el nombre, no seas caradura.
Trece discos a sus espaldas llevan ya, pero claro, en realidad cuántos merecen la pena. Pasaron del Black a lo atmoférico, el folk, el progresivo y no se cuantas historias más. Ahora han sacado un disco de pop. De poco sirven los efectos de voces que sueltan en alguna de las composiciones. Me estoy imaginando a un chaval encontrando el disco en uan tienda, pillándolo a ciegas porque le suena el nombre de hace mil años, llegue a casa y se corte las venas con semejante basura.
Encima es un pop tristón, synthwave le llaman algunos a esta movida llena de sintetizadores, quizás sea muy acertado, pero esto no deja de ser pop. Sombrío pero pop. Será que no les da la luz suficiente, pero en vez de buscar las musas en el bosque ellos lo deben hacer en las discotecas.
A veces se ponen en plan banda sonora de película espacial. No sé qué es peor. Quizás valiera algún tema de banda sonora para aquello del Informe Semanal.
¿Experimentación? ¿Eclécticos? Yo digo que insoportables.
© Diario de un Metalhead 2024.
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