Un festival de Hard Rock a tan solo una hora de casa. El año pasado, ni siquiera consideré asistir al ver el cartel del festival; además, las primeras ediciones de cualquier evento suelen generarme cierta inquietud, pues tienden a ser bastante caóticas.
Este año, sin embargo, me decidí a visitar mi querida León, una ciudad a la que siempre regreso con nostalgia y donde he vivido momentos inolvidables, además de haber residido casi un año. Cada vez que regreso, me doy cuenta de cuánto me gusta y lo mucho que la extraño. Antes, por cuestiones laborales, la frecuentaba casi semanalmente.
León es una ciudad maravillosa, con uno de los ambientes más acogedores y saludables de España para salir a tomar algo, sea la hora que sea. En términos de gastronomía, pocos lugares pueden igualarla. Si eres de los que disfruta de unas buenas tapas, la experiencia es de otro nivel. Y si decides optar por un restaurante, la oferta es aún más impresionante.
Personalmente, el cartel no me parecía especialmente atractivo, pero sentí que salir de casa me vendría bien, y debo reconocer que fue una decisión acertada. La actuación de Treat era una cuenta pendiente, y la oportunidad de verlos en directo era sencillamente magnífica. Así que todo el fin de semana estuvo dedicado a disfrutar.
Algunos compañeros me sugirieron que solicitara acreditaciones para cubrir el evento, pero preferí no hacerlo; no me parecía ético. Creo que, antes de nada, es importante apoyar al festival de manera adecuada, y aquí no lo habíamos hecho, en parte por dejadez y en parte por desconocimiento. Ahora que conocemos el Lion Rock Fest y nos ha encantado, ya puedo decir que para la tercera edición nos involucraremos en serio e intentaremos aportar en lo que podamos. Por ello, no pretendo hacer una crónica formal. Quiero, más bien, plasmar mis impresiones de esta segunda edición. No fui a León con la intención de tomar notas ni de trabajar, sino de disfrutar del festival. De ahí que, en lugar de una crónica, este texto sea una “contracrónica,” como solemos llamar a este tipo de relatos.
El festival se celebra en el Palacio de Exposiciones y Congresos de León, un emplazamiento ideal, totalmente cubierto y accesible a pie desde cualquier punto de la ciudad. Uno de los grandes atractivos de León es que es fácilmente transitable. El Palacio, además, se encuentra junto a las estaciones de tren y autobús, lo cual facilita enormemente la llegada en transporte público. Nosotros encontramos un buen lugar para hospedarnos a tan solo quince minutos. El recinto es amplio, cálido y acogedor, y tanto el servicio de barra como los baños fueron excepcionales. Me sorprendió la escasez de merchandising, teniendo en cuenta que el cartel incluía siete bandas, aunque esto no es culpa de la organización.
Durante el evento, en la barra fui atendido con rapidez en cada ocasión, y en los baños apenas tuve que esperar. Si me demoré cuando acudí fue porque me cruzaba con amigos y conocidos de toda España, desde Madrid, Cantabria, y Euskadi, hasta Castilla y Alicante. Fue, realmente, un encuentro multitudinario.
El Lion Rock Fest se estructuró en dos escenarios situados en extremos opuestos del recinto, una excelente disposición para evitar pausas y mantener el interés del público.
Esta segunda edición del Lion Rock Fest contó con un cartel de siete bandas. Al estar dedicado al Hard Rock y el A.O.R., era de esperar un público de mayor edad, aunque tampoco faltaron padres acompañados de sus hijos.
En cuanto a la experiencia musical, debo admitir que no estoy acostumbrado a tanto rock melódico. En mi adolescencia, un festival de este estilo me habría fascinado, pero con el paso de los años he adquirido gustos más salvajes, y reconozco que siete bandas seguidas de estilo melódico resultaron un poco excesivas para mí.
Hardline ofreció una gran actuación, aunque abusaron de las baladas, provocando más de un bostezo en la audiencia, visto con estos ojitos, y eso que fue temprano, aún no era la hora de la siesta.
Jaded Heart fue, en mi opinión, la banda con el sonido más deficiente, resultando en una actuación algo decepcionante.
Treat, en cambio, fueron una maravilla. Sonaron increíbles y, aunque omitieron algunas de mis canciones favoritas, disfruté enormemente. Solo por ellos, el viaje a León valió la pena, y lo repetiría sin dudar. Fue una lástima que se perdiera el sonido de la PA justo en el momento más especial de su actuación, durante “World of Promises.”
La banda Hackers, de Las Palmas, fue la mejor de las sorpresas. No los conocía, y debo decir que me encantaron. Si tuvieran un par de hits, destacarían fácilmente. También ellos tuvieron problemas con el sonido, pero, aun así, lograron mantener el entusiasmo del público.
Tyketto cumplió ampliamente con las expectativas, incluso superándolas. Aunque nunca fui su fan, debo admitir que lograron cautivarme.
No nos quedamos al resto de las bandas. El cansancio había hecho ya mella. Dejamos a Perfect Plan para mejor ocasión. En cuanto al fenómeno The Night Flight Orchestra, juro que no lo entiendo. Lo he intentado con ellos, hasta ya les había visto en directo, y siguen sin gustarme ni lo más mínimo. Me llamó la atención la cantidad de chicas (y algún hombre también) que acudieron ataviadas de azafatas como las coristas del grupo. Sin duda alguna un detalle digno de resaltar y que personalmente celebro. Me encantan esas cosas. Nunca digo “de este agua no beberé”, pero a día de hoy no puedo con ellos.
Y esto es todo cuando os puedo contar sobre mi experiencia en el Lion Rock Fest 2024. Que me lo pasé de miedo, que vi a muchos amigos, que volví a casa cargado de abrazos y que si está en mi mano, a pesar de ser un festival demasiado dulzón para alguien como yo, volveré.
Enhorabuena al Lion Rock Fest por haber sacado adelante la edición de forma tan brillante. Volveremos haciendo las cosas bien.
Gracias a todos los que vinisteis a saludarme o darme un abrazo. Lo agradezco de corazón. Soy el tipo más despistado del mundo para las caras y seguro que pasé al lado de más de uno sin decirle ni un triste hola. Que no me lo tenga en cuenta y que me perdone.
Gracias a Sergio Blanco por la foto. Le pedí una de Treat y ahí está. Gracies, duru.
© Diario de un Metalhead 2024.
1 comentario:
Respecto a las bandas casi todo lo que dices estoy de acuerdo, cierto que siete son demasiadas, creo que con 4 pero una de ellas top (a ser posible americana o inglesa) sería mejor. Acerca de los problemas de sonido de Hackers, ellos no tuvieron culpa y fue la mancha del festival, nos quedamos estupefactos al ver que se apagaron las luces y el sonido en medio de un tema haciendo que no pudiesen acabar su set. Yo si vi a Perfect Plan, estuvieron perfectos e incluso la versión de "Didn't Know It Was Love" de Survivor fue estupenda aunque se notó demasiado que no están rodados en directo. TNFO me decepcionó bastante comprado con otras dos veces que les he visto, comenzaron con mal sonido, en la tercera canción ya todo estaba Ok pero realmente creo que demasiadas parrafadas entre cada canción junto a demasiados parones hicieron que no conectaran con el público, menos aún a esas horas tras el palizón desde las 18 horas que ya estamos allí muchos. En fin esperemos que el año que viene se alcance la perfección cosa difícil por que al final siempre se critica algo.
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