miércoles, 13 de noviembre de 2024

DIRTY SOUND MAGNET. Oviedo, 07.11.2024. Crónica.


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📷 Jorge López Novales.

El jueves 7 de noviembre tuvimos una visita: el trio suizo Dirty Sound Magnet. ¿Qué decir de ellos? Como muchas bandas se vieron afectados por la pandemia. Lejos de amedrentarse se encerraron en su local ensayo para trabajar. ¿Resultado? La publicación de “Live Alert”.


Este trabajo supuso un punto de inflexión, en el que una banda en estado de gracia, exhibía una de sus fortalezas, el directo, dando un repaso a ocho temas que habían editado anteriormente.

A raíz de esto, la gente comenzó a interesarse por los DSM. Recurrirían, nuevamente, a la fórmula de grabar en directo para su “DSM-III”. Aunque los que nos trae esta noche a la Sala Estilo en Oviedo es la gira de su “Dreaming in Dystopia” (2023). Una fecha que forma parte en una amplia gira estatal que ha incluido ciudades como Santander, Pontevedra, Navalmoral de la Mata, Sevilla, Jerez de la Frontera, Estepona, Madrid, Castelló de la Plana y Barcelona.

El terreno de DSM es el rock psicodélico, el progresivo con sus excesos, y un blues que ahonda en las raíces de la música con su sencillez. Sería una noche de temas largos en los que podías observar embelesado la pericia de una gente que tiene mucha carretera y muchos ensayos. DSM está muy cohesionada y parece que no quieren vivir en otro sitio que no sea un escenario.

Se usa demasiado a la ligera el “banda de culto”. Devalúa lo que debería ser. Creo que esta noche se habría aplicado el término sin paliativos.

Como apunte Gus Bocanegra no estaba en la mesa de sonido esta noche, como estaba anunciado. Como se encontraba mal tuvo que recurrir a Dani G. A efectos, es como si Messi tuviera en el banquillo, de reserva, a Messi. El sonido fue genial.

La Sala no tuvo una exagerada asistencia. Al ser una recinto grande es difícil calcularlo.

A las 21:00 suena la intro. Es “Farewell to Cheyenne” de Morricone. Y arranca con un tema “Pandora´s Dream” de su penúltimo trabajo “Dreaming in Dystopia”. Sorprenden con la complejidad y los cambios de ritmo en los pasajes, la guitarra incluso sigue la línea vocal muy de cerca. Jugar con la distorsión, los efectos, añade más matices. Esa es la marca de la casa de la banda.

A continuación, dieron salida a “Flowers, Angels and Chaos” que recientemente han dado salida en forma de videoclip.

Stavros Dzodzos nos guía en este viaje. A sus pies, un enorme conjunto de pedaleras, va a dar voz a infinitud de matices con su guitarra. En algunos momentos consigue distanciarse de su pedalera dando forma a extrañas coreografías. Se recrea en sus solos. Es cierto que puede hacer lo que quiere, pero sólo porque cuenta con una base rítmica muy potente sin fallo. Diablos, ¡sinceramente, esperaba algo más edulcorado y no tan técnico!

Si ya hemos dicho que la guitarra de Stavros -y encima canta- se complica la vida, podemos decir que Maxime Cosandey hace otro tanto con la batería. No recordaba que se pudiera golpear una batería con tantos matices. Y luego está, Marco Mottolini, con su bajo, que da la réplica al protagonismo de la guitarra haciendo sentir su vigorosa presencia. Los tres músicos apoyan a Stavros en los coros. El conjunto de su sonido no es muy diferente a lo que escuchas en uno de sus discos de estudio.

Hay momento en los que Marcos ironiza con el tema de la omnipresente presencia de la guitarra, sentándose en el suelo, esperando a que llegue su momento.

¿Puntos fuertes de esta noche? “Utopia”. Un tema interesante de su último trabajo que te retrae de lleno a los sesenta. Fueron acompañados a las voces y a la pandereta por Mademoiselle Kathrin. 

Mientras hago esta crónica los suizos están de banda sonora. No me había dado cuenta de lo que me habían calado los temas en una primera escucha, porque los estoy reviviendo vívidamente. Sin setlist a mano he recuperado algunos de sus temas. De lo que me arrepiento es de no haber podido dar una buena escucha a estos temas, pero me habría arrepentido más de no haber visto esta noche a DSM.

Un viaje de dos horas en la que unos músicos agradecidos se despidieron con una buena ración de bises. Supongo que el “otres tres” los pilló un poco a contrapié.

Gracias Fon.

Gracias Lestrato Rock Conciertos por traernos esta maravilla a Asturias.

© Diario de un Metalhead 2024.

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