📝 Jorge López Novales (Putrid Torso y Obstetra).
📷 Jorge López Novales.
Kivents sigue confiando en Diario de un Metalhead, y nosotros procuramos no decepcionar. Así que, en una de las semanas más duras de nuestra vida en lo personal, no quisimos fallar y nos enfrentamos a la difícil tarea de torear con cuatro bandas en una sala.
Cuatro formaciones con mucha diversidad entre ellas, tanto en número de integrantes como en estilo musical, con el metal extremo como nexo de unión, aunque cada una ofreciendo su espectáculo de forma muy distinta. La buena asistencia premió nuestra labor.
A las nueve arrancó el evento.
Obstetra
Era la primera vez que veía una “one-man band” (la fantasía sexual de cualquier técnico de sonido), y la expectativa de ver a alguien con un ordenador sobre el escenario y una guitarra (sin ser el contexto de un "clinic") haciendo metal extremo, no me agradaba mucho. Fue empezar el show, y olvidarme de ello.
El músico bilbaíno ofreció un espectáculo variado y muy entretenido. Vale que toque grindcore y que introduzca alguna pincelada de Black, pero es que la media hora pasó volando.
Obstetra lleva trabajando incansablemente en sus composiciones desde 2019, y lo que toca, lo hace bien. Y lo más importante, dejó un buen sabor de boca en el público. Nos ganó con sencillez y una sobria puesta en escena. A veces, menos puede ser mucho más.
Putrid Torso
Putrid Torso nos metió de lleno en el Grindcore. Este era su cuarto concierto. No tienen batería, la que tenían estaba programada. Mi única pega es que sonaba a una velocidad endiablada; no sé si habrá humano que lo pueda tocar. Espero que encuentren un baterista a la altura.
Sobre el concierto... estaban cómodos, a pesar de abordar pasajes “técnicos” a toda mecha. Se distinguían bien los instrumentos. Me gustaron y sonaron muy bien, a pesar de que el Grindcore no es un estilo al que preste mucha atención.
Otro de sus puntos fuertes es el vocalista, Igor Sánchez, que da identidad a la banda.
Funcionaron sin setlist y no dieron muchas pistas de lo que estaban tocando. Tenían cuarenta minutos y lo cumplieron a rajatabla.
Cuando tengan un baterista, esta gente dará mucho de qué hablar.
Me tocó hablar de dos grupos sin batería. Pero luego iba a resarcirme con Giacomo Torti; tendría todo lo que no había podido disfrutar en directo hasta ese momento.
Satarial
Si algo define a Satarial es su singularidad y originalidad. Musicalmente, pueden gustar más o menos, pero a mí no me disgustaron; más bien me desconcertaron. Pronto tendré la oportunidad de conversar con Angelika, líder de la banda, baterista y voz principal, para entender mejor su particular forma de concebir su música y el Black Metal.
Su puesta en escena nos desafió (ya que Diario de un Metalhead estuvo a cargo de la producción). Fue un reto ubicar tantos elementos en un escenario pequeño, considerando además la presencia de otras tres bandas que también debían actuar y merecían un trato equitativo respecto al trío ruso.
Lo suyo, más que un concierto, fue un auténtico ritual de aspecto infernal, donde una de sus integrantes, Lolita, se dedicó casi por completo a una "performance" que complementaba el espectáculo. Ella captó la atención de público y fotógrafos con sus movimientos sensuales y sus continuas incursiones entre la audiencia, que interactuó animadamente con la pelirroja.
La fusión de metal y cantos guturales se entrelazó con elementos de folk, instrumentos medievales y las ceremoniales invocaciones al maligno realizadas por Lolita. Situada a nuestra derecha, preparaba sus hechizos y tocaba distintos instrumentos. Abrió la escena girando la manivela de su "hurdy-gurdy" (zanfona) y, conforme avanzaba el show, tomó un instrumento tradicional japonés, a medio camino entre un clavicordio y un arpa escandinava, cuyo nombre aún no he podido descifrar. También hizo sonar un enorme cuerno noruego, que llevaba colgado de un gran mástil.
Angelika ocupaba el centro del escenario, ataviada con una falda colegial y un chaleco sin nada debajo. Mientras tocaba tambores y platillos, utilizaba el micrófono para emitir tanto voces líricas como algunas palabras totalmente ininteligibles para el público.
A la izquierda, Lord Seth manejaba una guitarra de siete cuerdas y se encargaba de las programaciones y de los guturales.
Lolita acaparó la atención durante todo el show con su mística "performance". Preparó varios brebajes que luego compartió entre el público, que se sumó a todas sus propuestas hasta el final. En el último tema, animó a quienes estaban en el pit a formar un corro y bailar. Brujería, chamanismo, vudú… todos estos elementos parecían ser solo el comienzo de lo que requería la demoníaca música y el original Black Étnico que este trío ofreció.
Hour of Penance
Trabajar con músicos como Hour of Penance es un placer. Todo fue "por favor" y "gracias", sin exigencias absurdas ni pretensiones de estrella. El único "capricho" de la banda italiana fueron unas latas de Monster. En el escenario de la Gong, tan imponentes como sencillos en el trato personal.
Su brutal death de oscuros matices sonó con total nitidez, gracias también al impecable trabajo de Isma en la mesa de sonido de la Gong.
Abrieron como corresponde a una banda que presenta un nuevo disco: con el primer tema del álbum. Así, "Devotion for Tyranny" de su último trabajo, "Devotion", fue el primero en sonar. Aunque, sinceramente, esperaba que interpretaran más temas de este nuevo álbum, del que solo tocaron tres. Quizás, al tratarse de su primera visita, decidieron hacer un repaso de su ya extensa discografía.
No se anduvieron con rodeos y el concierto no dio margen para el respiro. Los temas se sucedían uno tras otro, con presentaciones cuidadas, como debe ser. Para "Cast the First Stone", la tercera, algunos ya estaban en el pit dándose empujones.
Si tuviera que destacar mi momento preferido del show, sería "Paradogma". Logró impactarme profundamente, con esa mezcla de melodía e intensidad pura y atronadora. Incluso acabé comprándome un parche del disco que lleva el mismo nombre, que pronto adornará uno de mis chalecos.
Paolo Pieri lideraba al cuarteto al micrófono con seriedad y maestría, mientras al fondo Giacomo Torti nos hipnotizaba en la batería. ¡Qué manera de tocar, qué talento!
Algunas canciones incluyeron intros grabadas, y temas como "Flames of Merciless Gods" se vivieron intensamente en la pista, con un público mucho más entregado de lo esperado. Al final, quizás Hour of Penance era más conocida en Asturias de lo que imaginaba o, tal vez, algunos hicieron los deberes en casa antes de presentarse en la Gong para disfrutar de la descarga de esta banda italiana, que nos dejó una fantástica impresión en su primera visita a Asturias. Excelentes.
Devotion for Tyranny
Birthright Abolished
Cast the First Stone
Paradogma
Incestuous Dynasty of Worms
Flames of Merciless Gods
Blight and Conquer
Retaliate
Reforging the Crowns
Sedition Through Scorn
Ascension
Misconception
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