jueves, 8 de septiembre de 2016

FUNERAL MANTRA: Afterglow (2015- Sliptrick Records) Italia.


By Diego Rodríguez Liébanas.

Roma, 2010. Una serie de músicos que comparten amistad y gustos se juntan para pasárselo bien rindiendo tributo a Spiritual Beggars. Poco a poco, la idea de componer música propia comienza a rondarles la cabeza por lo que Vikk y Richard, bajista y guitarrista, deciden apartar a un lado su devoción por Amott and Cía. para buscar su propio camino musical. Finalmente, la entrada de Marco a la batería en 2014 propicia la primera formación estable que se completa con Randy a la guitarra y Simone como vocalista.

No deja de ser sorprendente que una banda italiana sin publicación discográfica alguna logre dar salida a su primera obra a través de un sello estadounidense como es Sliptrick Records. De todas maneras la sorpresa se diluye al comprobar que son más dos decenas las bandas transalpinas que funcionan desde hace tiempo con esa discográfica y que una de ellas es Witches Of Doom, muy amigos de Funeral Mantra, y otra Helligators, con quienes también canta Simone.

En cuanto al funcionamiento de la banda, para ellos es muy importante la idea de comunidad por lo que todos contribuyen tanto en el plano musical como en el lírico. De ahí que tengamos ante nosotros un álbum con múltiples influencias pero no deslavazado ya que después de escucharlo uno se da cuenta de que todos los fragmentos encajan perfectamente en el puzzle Afterglow obteniendo como resultado una obra coherente en el que la pieza fundamental es el Stoner Metal pero en la que también tenemos Doom, Heavy Metal, Sludge, momentos setenteros y detalles psicodélicos.



Los miembros del grupo han tenido que ver en las decisiones tomadas a nivel de estudio y sonido aunque el que ha llevado la voz cantante ha sido el productor Luciano Chessa, responsable de los discos de Helligators. El resultado es un sonido muy particular pero no rebuscado. No suena especialmente retro pero tampoco moderno. Tiene un toque primitivo y sucio siendo en general muy rocoso y agresivo. Llama la atención como la batería adopta un papel relativamente secundario mientras que el bajo está muy presente y no ofrece ese papel habitual de dar grosor y sustento a las canciones sino que tiene acometida y pegada.

La voz de Simone arrasa como una fuerza de la naturaleza en sus momentos más agresivos, incluso guturales, y te recuerda a Phil Anselmo, Matt Pike, Ben Ward o Zakk Wylde según el momento, aunque a lo largo del disco se te puede hacer monótona ya que abusa del mismo tono lo cual no quita para que de vez en cuando nos abra la ventana de sus posibilidades a otros registros más limpios y delicados. No se muestran especialmente interesados en explorar texturas, crear ambientes densos o atmósferas oscuras. Los solos son correctos, gustosos y muy dados a usar el wah-wah pero mantienen generalmente un tono discreto mientras que los riffs son sencillos, efectivos y poco grandilocuentes predominando el interés por dotar de dinamismo a las diferentes partes para que fluyan con agilidad, cosa que consiguen.



Para el inicio nos han planteado dos temas variados y potentes como Dimension Onward y Gravestone Reveries y también tenemos otros que se caracterizan por su crudeza como Brainlost e In This Eyes. Pero tres son los cortes que destacan por encima del resto y están situados en la parte media y final del disco. Funeral Mantra, que sí tiene un punto oscuro y varios cambios de velocidad muy interesantes. Parsec, tema muy enérgico que trasmite inmediatamente las ganas de mover el cuello a través de un riff principal  muy juguetón que pasa a formar parte de ti de manera instantánea. Afterglow, por su parte, tiene un toque más épico y combina de forma acertada parte melódicas con otras más rudas.

Un poco más de diversidad en la interpretación vocal y de temperamento en los solos de guitarra le hubiera dado al trabajo un lustre mayor pero este se eleva debido al trabajo de composición. Los temas están construidos de manera notable dándole consistencia y personalidad a una obra que podemos considerar como una buena primera piedra de toque a partir de la cual la banda pueda crecer.









© Diario de un Metalhead 2016.

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