De manera
inexplicable estoy escuchando este disco más de medio año después de su
publicación porque no me enteré cuando salió a la luz. ¿Tiene eso disculpa en
plena era de la información? ¿En qué tipo de fan me convierte eso? Porque sí,
soy fan a muerte de RAM, no lo voy a negar. Estas palabras están escritas por
alguien que intentará mantener una cierta objetividad pero vaya por delante que
esta banda sueca me la pone dura desde el primer momento que la escuché.
Este amor a
primera escucha comenzó en 2009 con su segundo LP, Lightbringer, uno de las
obras más enormes de Heavy Metal de la primera década de siglo sino el más
grande. De aquel pasé a Forced Entry, su debut en 2005, un muy buen trabajo,
pero inferior a mi modo de ver, aunque mucha gente no piensa igual. Hace cuatro
años vio la luz Death, un disco con trallazos incontestables, pero irregular.
Creo que muchos quedamos un poco chafados porque esperábamos más.
Su evolución
musical parte del Heavy Metal fogoso, trepidante y algo sucio de Forced Entry
que, con una base Mercyful Fate y Judas Priest, penetra por momentos en terreno
U.S. Power Metal. Posteriormente, en Lightbringer, el abanico de posibilidades
se amplió dando cabida a canciones largas, oscuras y atmosféricas que
decepcionaron a unos y enamoraron a otros. En Death la banda prefirió mostrar
una versión más ecléctica introduciendo en el mismo plástico sonidos que van
desde Pantera hasta Thin Lizzy sin dejar de lado las influencias antes
mencionadas.
En Subversvm se
dan cita una serie de temas que constituyen una entidad sonora que ya quisieran
muchas obras conceptuales. La inteligente manera de situar los diferentes
cortes ha contribuido determinantemente a que las canciones fluyan con
naturalidad una detrás de otra y vayan subiendo y subiendo de nivel una tras
otra. Vaya por delante que mis preferidas son las tres últimas: Forbidden Zone, Temples Of Void y Subversvm,
y en ellas me quiero recrear. Forbidden
Zone, la más larga, sin ser excesivamente rápida, está construida alrededor
de unos riffs que son puro nervio en un trabajo excelso de guitarra rítmica por
parte de Harry Granroth y Martin Jonsson. La interpretación vocal de Óscar
Carlquist se eleva por encima con unas melodías vocales sencillas pero variadas
y muy efectivas. Para enmarcar los diferentes cambios a mitad de tema cuando
nos introducen en terreno épico pasando a continuación a zona
melódico-setentera con un solo de Mr. Granroth que rezuma calidad y
sensibilidad.
obra de referencia dentro del
Heavy Metal clásico de esta década
Temples Of Void no es el instrumental
habitual en el que la intención sea colarnos un corte inacabado o mostrar las
virtudes técnicas de los instrumentistas. Aunque no hay intervenciones vocales
al uso, si aparecen continuamente diferentes voces, susurrando, gritando o
recitando, que dejan paso a coros épicos y grandilocuentes creando unas
atmósferas épicas muy evocadoras. Tobias Petterson al bajo realiza un gran
trabajo en toda la obra pero en esta canción su labor es protagonista y
destacada. Terminan con Subversvm, rápida
y agresiva, y un Óscar Carlquist pletórico poniéndose al nivel del maestro King
Diamond. Lo que parece un buen tema estándar de darle al cuello sube de nivel a
partir de la mitad con diferentes pasajes más melódicos e intrigantes
terminando en un arrebato efusivo e intenso que demuestra que este disco mata
hasta el final.
Es muy
sintomático que se dejen para el final lo más gordo ya que eso quiere decir que
también tienen munición para el principio. Y así es, ya que el resto de temas
no le van a la zaga a la terna descrita anteriormente. El disco comienza con The Return Of The Iron Tyrant, título
con el que parecen insinuar que vuelven por los viejos fueros. Diferentes
partes lentas y rápidas se van sucediendo compartiendo nervio e
intensidad. The Usurper y Holy Death
llevan una cadencia más lenta y pesada pero no adolecen del gancho necesario
para que el disfrute siga adelante. La vertiente más Accept de la banda sale a
relucir con el riff de Holy Death que
combina machaconeo con melodías en la parte vocal para caerse la baba derivando
luego en ambientes oscuros y cambiantes a lo Rey Diamante. Temazo antológico.
Enslaver y Eyes Of The Night son dos auténticos trallazos agresivos y veloces
marca de la casa. No sé cómo lo hacen pero ya tienen en su discografía casi una
decena de ese estilo y aun así siguen consiguiendo que cada uno suene original,
fresco y único. Terminus, instrumental
que me recuerda mucho al inicio del Out
In The Cold de los Judas, funciona muy bien a modo de intro de The Omega Device, un tema sencillo de
puro Heavy Metal tradicional con aires setenteros y un riff principal muy
potente, sencillo y pegadizo.
Siendo
optimista, podría pensar que RAM serían capaces de sacar un buen trabajo pero
no puedo negar que no esperaba un LP de este nivel. No sobra ni una nota.
Sonido perfecto para mi gusto. Composición e interpretaciones sobresalientes…
Pero lo más asombroso para mí es que recuperen la magia de un disco tan sublime
como Lightbringer llegando, incluso,
a superarlo. Subversvm: Obra de referencia dentro del Heavy Metal clásico de
esta década.
© Diario de un Metalhead 2016.
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