By Diego Rodríguez Liébanas.
Lo mío con CROBOT es la historia de cómo, en apenas quince días, pasas del total desconocimiento de un grupo a tener en tu poder su último lanzamiento, una camiseta suya, a llegar a estar tomándote algo con los miembros de la banda después de asistir a uno de sus conciertos y a escribir estas palabras. Todo se inició con un mail de una de esas plataformas de promoción de eventos y venta de entradas. Leo las palabras “Crobot… Rock pesado con onda expansiva al estilo 70s…” y pienso que igual se está cociendo algo que no me gustaría perderme. En poco más de cuarenta minutos ya tenía encargado el cd de este Something Supernatural y pilladas las entradas para su concierto en la Sala Boite de Madrid.
Sí, son 70s. ¿Stoner
Rock? Sin duda. Escuchas los temas y ahí están Sabbath, Grand Funk Railroad o
Mountain además de esa una deriva 90s muy Rage Against The Machine y algo que procede
del grunge sin la carga depresiva tan común en esas bandas. Tampoco es un
sonido muy setentero el que han buscado ya que la producción es agresiva,
moderna y muy potente siendo uno de los puntos fuertes, sin duda, de Something
Supernatural. No es habitual contar en tu primer disco con un auténtico crack
como "Machine" en la producción y mezclas, responsable del sonido de ese
discazo que es el Earth Rocker de Clutch, del último disco de los míticos
King Crimson y también de trabajos de bandas importantes como Lamb Of God,
Pitschifter o (hed) PE.
El disco cuanta con
temas potentísimos como The Legend Of The
Spaceborne Killer que te atrapa desde el primer momento o Nowhere To Hide, canción elegida para
grabar videoclip y en la que se puede paladear qué es lo que nos ofrece Crobot
que tan bien funciona tanto en disco como en directo. Sacan a relucir su lado
más clásico en The Necromancer, con el
cantante Brandon Yeagley utilizando su armónica de forma sencilla pero certera
y prosiguen con esa vertiente en el inicio de La mano de Lucifer en la que me recuerdan mucho a los Grand Funk
Railroad. En Skull Of Geronimo quedan
patentes las mencionadas influencias de RATM. No se puede negar que Mr. Yeagley
lo tiene todo para convertirse en un frontman de referencia. Al igual que sus
compañeros de viaje no para de darlo todo en escena y su tono de voz recuerda a
tótems como Robert Plant o Chris Cornell. Uno de mis cortes preferidos del
disco es Fly On The Wall. Chris
Bishop es una máquina sacando riffs cojonudos de la chistera. Uno, otro, y otro
más… sin parar. Es indudable que todos los efectos que realiza a través de su
pedalera son básicos para que la banda adquiera personalidad propia tanto sobre
las tablas como en el disco.
Otra destacada es Chupacabra en la que me gustaría
destacar el trabajo en la sección rítmica de los hermanos Figueroa, Jacob al
bajo y Paul a la batería. En directo Paul es una auténtica bola de energía que
no para ni un instante de moverse. Sus líneas de bajo, originales y eficientes,
y el sonido conseguido en el disco son pruebas más que suficientes para poder afirmar
que su trabajo a las cuatro cuerdas es sobresaliente. Paul obtiene un sonido
muy orgánico de su batería. Por momentos en Chupacabra me da la impresión de
estar escuchando instrumentos de percusión tipo bongos o djembes en lugar de
una batería al uso. Aporta potencia y agresividad a la par que continuos
detalles a los platos. Gran batería. La penúltima es Wizards, que fue una de las más celebradas en el concierto con su
aire épico y sabbathico y el disco concluye con otro highlight como es Queen Of The Light, que empieza como
balada preciosa, va creciendo poco a poco te lleva arriba con unos Yeagley y
Bishop inmensos concluyendo el disco dejándote un sabor de boca inmejorable.
Les espera un
futuro tan prometedor como sus inicios.
Su primer disco tiene mucha calidad. Han girado durante febrero y marzo
junto a Black Label Society, van a girar por USA acompañando a Anthrax y Volbet
y forman parte del cartel del próximo Download Festival de este 2015. Acaban de
fichar por Nuclear Blast a la antigua usanza, es decir, haciendo alucinar a un
pez gordo como Monte Conner en uno de sus conciertos. El Sr. Conner es ni más
ni menos que la persona que puso en marcha Roadrunner Records allá por 1987 y avatares
del destino le han hecho abandonar su propia creación para pasar a formar parte
de Nuclear Blast y CROBOT es una de sus primeras apuestas en esta nueva
andadura. La asistencia a la Sala La Boite del pasado miércoles 18 de marzo a
la Sala La Boite madrileña fue muy buena y su concierto sobresaliente. No puede
dibujarse un panorama más despejado para una banda que acaba de empezar. Esta
gente va a dar mucho que hablar en los próximos años. Tiempo al tiempo.
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