martes, 21 de enero de 2020

ARS AMANDI: En Tierra de Castillos (Rock Estatal Records, 2019)


Por Jorge López Novales.

El 25 de Octubre salió al mercado el nuevo disco “En tierra de castillos”. Lo cierto es que en esta década Ars Amandi no han sido muy prolíficos. Han pasado por un parón que se ha extendido desde 2010, hasta dar algún viso de actividad en 2015 con un EP, “El arte de amar”, más orientado al hard rock, hasta que en 2018 sacaron su disco grabado en directo “Directo al corazón”, que ha supuesto la antesala de este nuevo trabajo.

En este disco quieren plasmar el sonido actualizado de la banda que podemos encontrar en sus directos.

¿Qué os voy a contar de Ars Amandi a estas alturas? Hacen ese heavy, ese rock, impregnado de instrumentación tradicional, que lleva tantos años dando guerra, con instrumentos como la dulzaina o el pito castellano, que denominamos folk y que ellos se denominan rock castellano.

En este trabajo vais a encontrar rock, sí, pero al mismo tiempo han tomado un camino más “heavy”, una base más fuerte sin perder lo que define a Ars Amandi, recuperando la intensidad de los primeros trabajos.


Os puedo decir sinceramente, que la banda abulense Ars Amandi nunca había llamado mi atención. En su momento me parecieron muy suaves, y yo en algunas épocas he sido muy “true”. Las personas cambian y la evolución de las propias bandas a veces hace que vuelvas a mirarlas con otros ojos. “En tierra de castillos” hace que tenga que replantearme muchas cosas. Aquí estamos para aprender, expandir horizontes, y no con cualquier cosa, y lo he hecho sólo con profundizar un poco en sus once temas y en su música.

Estamos ante uno de esos discos en que la letra está muy por encima de lo que ofrece la música, en los que el conjunto de los temas supera la escucha individual de los mismos.  A esto hay que sumar algo que me ha gustado y que ya he adelantado: Ars Amandi suenan con más fuerza y me gusta el sonido que han conseguido en el estudio.

La portada es obra de Fernando Nanderas, al que la banda, nos cuentan, envió algunas ideas. Éste haría la ilustración basándose en el propio título del álbum y las letras de los temas, que narran hechos e historias te tuvieron lugar en Castilla y León. Con estas premisas esperamos encontrar, y encontramos, castillos, murallas (en concreto imagen de la muralla de Ávila, el acueducto de Segovia)… en primer término el nombre de la banda, y entorno a este, como queriendo formar un escudo o emblema se sitúan estos elementos. Las letras, en gráfica de estética medieval, por así decirlo, se rodean de las imágenes arquitectónicas citadas. En el castillo superior se sitúan armaduras y lanzas en los extremos, una cabeza de León (como en el escudo de la comunidad) enmarcado entre adornos vegetales y la corona, posiblemente aludiendo al Reino. Pero tal vez deba de ser la propia banda la que confirme estas apreciaciones.

El disco arranca con “Defensoras de Pallantia”, el videoclip con el que tomamos un primer contacto con el nuevo trabajo, nos lleva hasta la Palencia del s.XIV. Las fuerzas del duque de Lancaster vienen a saquear la ciudad y las mujeres son quienes han de encargarse de la salvaguarda de la ciudad, evitando que sea sometida mientras los hombres están en el frente. Las tropas inglesas acaban por retirarse, vencidas por un “ejército” de campesinas. Desde entonces, las palentinas ostentan el título de “caballeros de honor”. La instrumentación tradicional toma protagonismo en el tema. De repente, la música se electrifica, y da comienzo el relato de Dani. Se van sucediendo pasajes melódicos con una guitarra y una batería con una base heavy. La voz está muy cuidada y uno se da cuenta cuando advierte los coros y oye un estribillo sumamente pegadizo. Otro de los detalles está en el solo; es un pasaje muy trabajado, algo que será la tónica a lo largo de disco.

Damos paso a un segundo corte, “El poder de Caelia”. Puro folk guiado por una batería (instrumentos). Flauta y violines se combinan para dar un paso a un contundente medio tiempo. La voz de Dani Aller se llena de fuerza para relatarnos una historia relacionada con la Caelia, una bebida, una especie de cerveza que daba fuerza a los guerreros. Relata cómo en la Guerra de Numancia, la noche anterior a entrar en batalla los vikingos se “pasaron” con esta bebida y perdieron la guerra. No puedo evitar asociar el estribillo a Mago de Oz, con ese violín guiando la composición. Por suerte es una asociación que desaparece rápido, al escuchar este tema varias veces.

“A sus gentes” supone un pequeño paréntesis. Bajamos las revoluciones, hacia un aire hard rock, aunque la guitarra va marcando el camino para que no rebajar la intensidad demasiado. En una primera escucha parece que estamos ante la típica historia de amor. Pero es algo más, es un tema dedicado a su público castellano, el que hace que una banda siga adelante todos estos años: “eres mi droga, mi pasión”.

No nos desviamos mucho más del camino. Mucho se ha hablado de la revuelta de los comuneros y la profunda huella que dejó en la historia. “Sus últimas horas” comienza con un pasaje de guitarra amparado por la batería. Un tema muy heavy, que va recobrando el aire folk, aunque sin tanto peso como en otros temas. Incluso vemos cómo la guitarra cobra protagonismo en algunos pasajes, presentando incluso lo que considero dos solos. Este tema nos lleva a las figuras de los Comuneros, haciendo referencia a los tres más conocidos, Padilla, Bravo y Maldonado, que participarían como otros en la revuelta de las Comunidades de Castilla (de ahí el término) entre 1520 y 1521. En la canción, Ars Amandi nos relatan en concreto el pasaje de su decapitación un 23 de abril, en Villalar (desde entonces Villalar de los Comuneros), ya que tras la derrota de los comuneros el rey habría decidido castigar con la máxima dureza a sus representantes.

“Cada noche (la leyenda de Manqueospese)” balada. Seguimos dentro de la temática de este disco y la situación espacial de los acontecimientos narrados. En este corte nos trasladamos a Ávila para tomar como fuente de inspiración la leyenda de Albar y Guiomar, cuando el primero, enamorado de esta dama se instaló en el Castillo de Manqueospese para estar cerca de su amada, con la que el padre de ella no le dejaba casar.

Con “Viriato” encontramos un estribillo de gran fuerza. Es uno de los temas que más me gusta. La batería, la guitarra acústica que da paso a la eléctrica, los coros que continúan siendo muy trabajados, el relato, todo en este corte merece mucho la pena. No me puedo quitar el estribillo de la cabeza, con ese violín transmite su amor por la ciudad de Zamora. El sólo es muy técnico, aunque no se recrea.

En “Tierra de aguas” un pasaje maidenesco que da paso a la dulzaina, un instrumento complicado que mal tocado o mal empleado resulta terrible para una jaqueca. Aquí tiene su razón de ser y el protagonismo justo, sin que resalte por encima del resto de instrumentos. Se complementa perfectamente con el violín, que dulcifica su timbre. Damos paso a un ritmo casi power, con un estribillo coreable y alternancia de melodías en las que los distintos instrumentos tienes su momento protagonista.

“El engaño” es un medio tiempo lleno de hard rock que arremete contra la iglesia.

En “La ruta de los castillos” nos vamos a Segovia. Hay allí una ruta que recorre varias fortalezas medievales. Empezando en el Alcázar de Segovia, se recorren los castillos de Turégano, Pedraza, Castilnovo, Cuéllar y Coca. En este tema nos relatan cómo los castillos que se construyeron para defender, ahora que no hay guerras han dejado de servir a nobles y reyes, albergando tan sólo paz y belleza.

“Los bandos” narra el enfrentamiento que dividió a ciudad de Salamanca en dos bandos durante el s.XV, que se desencadenó a raíz de la disputa entre dos familias pudientes por un juego de pelota. Partidarios del bando de Santo Tomé, encabezado por María la Brava y del bando de San Benito, protagonizaron una guerra de venganzas y duelos por la ciudad que se prolongaron más de una década.

Con “Las 12 puertas” nos despedimos a ritmo de Power desde la ciudad de Burgos. En este corte se pueden incluso apreciar detalles a lo Helloween en algunos pasajes. Han sabido dosificarse para llegar hasta aquí. El texto alude a las doce puertas de la muralla de la ciudad, paso de multitud de personajes de diversas culturas, y a sus Cubos (almenas).


“En tierra  de castillos” es un disco conceptual, un disco lleno de amor. Un amor por la tierra, Castilla, algunas de sus ciudades, sin estridencias, basándose en las historias que están en sus cimientos, en sus gentes. Ars Amandi siempre ha dedicado algún espacio a esta temática, pero en este disco hacen de esta temática su razón de ser. Incluso para alguien no “castellano” que no se vea identificado de antemano por los temas, se puede ver contagiado por lo que transmiten.

En cualquier otra circunstancia me habría perdido este disco, no habría tenido paciencia para disfrutarlo. Es lo mejor de lo que he escuchado de la banda, y este año he dicho esto varias veces en varias reseñas. Eso quiere decir que las bandas siguen creciendo.

Defensoras de Pallantia 
El poder de Caelia
A sus gentes
Sus últimas horas
Cada noche (La leyenda de Manque os Pese)
Viriato
Tierra de aguas
El engaño
La ruta de los castillos
Los bandos
Las 12 puertas








© Diario de un Metalhead 2020. 

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