📝 Larry Runner.
Frontiers Music puso el pasado 21 de noviembre en circulación este “The Wild Card”, el nuevo álbum de Treat, EL DISCO.
Tras un buen disco, el anterior "The Endgame" (2022), la banda sueca nos trae este nuevo álbum en el que se muestran como la banda perfecta del hard rock melódico. Y es que sinceramente pienso que con “The Wild Card” se la han sacado y han firmado el mejor disco de su historia.
"The Wild Card" me vuelve loco, y si bien en la primera escucha pensé que no me iba a gustar tanto al escuchar los dos primeros cortes del álbum, luego me fuí enganchando a partir del tercer corte y ahora cuando me lo pongo, va de tirón.
Y es que los dos primeros temas, “Out with a bang” y “Rodeo son demasiado festivos, demasiado felizones, y en mi opinión llevan una línea más propia de sus compatriotas que de lo que es Treat en esencia. Son dos muy buenas canciones y que estoy seguro que en vivo han de funcionar, sobre todo “Rodeo”, pero, lo dicho, no son su estilo. Demasiado enérgicas.
Así que a día de hoy, tras darle muchas vueltas al disco, reconozco que para mí comienza con la nostálgica “1985”, porque sí, “the heart is still burning”. Temazo, de esos que no puedo escuchar una sola vez. He sido capaz de hacerme una hora de carretera solo con esta canción, dándole al rewind una y otra vez. Bien es verdad que hay que dejar el disco avanzar, porque detrás viene “Endeavour”, que como todo el álbum suena actual pero sin perder ni una pizca de la esencia Treat de siempre. Y es que si hay un disco puro Treat es este, donde cada canción te llega en lo musical y con la letra. Un disco mágico con temas tan buenos como “Heaven’s Waiting o “Back To The Future”. Si eres del estilo, a la fuerza te han de conmover. Les acompañarás en los coros de continuo. Temas como "Mad Honey", un pequeño homenaje a la música de Jon Lord, son realmente increíbles.
Riffs pegadizos, teclados brillantes, buenos solos, enorme trabajo rítmico y los coros, esos coros que hacen crecer las canciones hasta el infinito y más allá.
Costaría trabajo buscar algo malo en un disco que está producido de forma sobresaliente por Peter Månsson, hombre de confianza del grupo y que suele trabajar con bandas pop-rock, lo cual hace que Treat tenga una carga de comercialidad envidiable. Esta vez era fácil, Treat jamás había logrado reunir un grupo de canciones tan bueno a nivel de composición, sólo había que no joderla, equilibrar todo entre teclas y guitarras y a correr, que la voz de Robert Enrlund no iba a fallar.
No quiero desvelar más secretos y las canciones las podría citar todas. Es un disco perfecto, uno de esos trabajos que salen ya muy de vez en cuando. Trece cortes y ninguno sobra. Un álbum para la posteridad, para siempre, al menos en mi casa. Un trabajo perfecto hasta la portada. Ojalá pudiera verles en esta gira y que me tocaran el disco completo.
Gracias Treat. Gracias Frontiers.
© Diario de un Metalhead 2025.
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