martes, 11 de junio de 2024

Amor contagioso. AETERNAL QUEEN. Oviedo. 31.05.2024. Crónica.


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📷 Jorge López Novales.

Partimos de que el formato “tributo” ha sido denostado por múltiples bandas, que sin ningún tipo de pudor copian hasta los logos de las originales. Llegan a existir, incluso, con el grupo que imitan en activo (a veces una banda en activo es casi tan inaccesible como una banda desaparecida), y en las que lo único bueno se queda en el juego de palabras que han usado para autodenominarse. Ver famosos con pelucas, haciendo playback en la tele, tampoco es que haya ayudado mucho a tener un buen concepto de este formato.


Curiosamente, estas propuestas, en algunos casos, encuentran mayor respuesta de público que un concierto convencional.

Por el contrario, existen bandas con músicos de calidad que respetan al máximo lo que tocan; incluso hay lugares en que consiguen que el tributo luzca, un fervoroso homenaje, casi religioso, como sería el Unirock asturiano.

Hay grupos versionados más complejos que otros. No es lo mismo un tributo a Ramones o Motörhead que uno de Dire Straits, o el caso que hoy nos ataque, Queen.

Queen es una de las primeras bandas que escuché. Esta fue mi pasarela al metal (no fue Mago de Oz como el caso de otros). Mi interés de hoy radicaba en ver hasta dónde se podía llegar con Richard de la Uz Aeternal Queen. Sabía que no me iba a defraudar.

El caso de Queen es complejo. Su frontman, Freddie Mercury, absorbía protagonismo en el escenario, incluso, a un monstruo de las seis cuerdas como era Brian May. Freddie sólo hay uno, y es imposible que un grupo de versiones llegue a acercarse a esos niveles.

Un grupo tributo de Queen tiene que tener al frente un Freddie creíble. Tiene que parecerse, y moverse, como el original. Aunque una voz se acerque a su tonalidad, sin tener delante alguien, con un mínimo parecido y con sus tics escénicos, hace que desaparezca toda la magia. También pasa si el frontman no tiene una voz adecuada. Por eso, tiene que haber un equilibrio entre imagen y lo que se escucha.

Richard de la Uz el pasado viernes fue Freddie. Físicamente se acerca a su porte, y con un mínimo vestuario, cumple con esa imagen de Mercury que todos tenemos en mente. Sus registros vocales, también, ayudan. Ya hemos dicho que Freddie sólo hay uno, pero por una noche tenemos a un músico que pone mucho cariño en lo que versiona. Un amor que contagia al público.

Freddie nunca estaba sólo, Richard esta noche tampoco. Teníamos en el escenario a “Ángel Miguel & The Travellers”. Para que no conozcáis el panorama asturiano, esta banda esta conformada por músicos de nivel: como son Ángel Miguel a la guitarra (emulando, como no, a Brian May), Sam Rodríguez al teclado (dando profundidad a los temas de Queen), el bajista Antón Ceballos (con su sonido a su enorme altura), Alejandro Blanco a la batería (siempre con un pulso firme). Todos ellos ganadores de un Premio AMAS (premios anuario de la música asturiana a la carrera profesional), y con grandes proyectos en paralelo.

Small Dream en Oviedo ha dado la oportunidad, a muchos músicos, de encontrarse en un escenario. No se quién se divertirá más en estas Jam Session, si los músicos o el público. Aquí se encontraron por primera vez Ángel Miguel y Richard de la Uz, y surgió un ¿y por qué no hacemos…? Tras unos meses de preparación hemos visto el resultado.

Con una Sala Gong a reventar empezó a sonar la intro de “One Vision". Tomando como esqueleto el concierto de Wembley de 1986 (hubo algunas omisiones que ayudaron a hacer un concierto más corto y más dinámico) empezaron a meter un clásico tras otro como no podía ser de otra manera, con el público respondiendo en todo momento.

Vamos con un vistazo al setlist.

Tras “One Vision” llega “Tie Your Mother Down”, “In the lap of the Gods”, “Seven Seas of Rhye” y “Tear it Up”, que fueron interpretando hasta llegar a un primer punto culminante como a “Kind of Magic”.

Rebajan la intensidad con la balada “Who Wants to Life Forever”, y recuperan fácilmente el pulso con “I Want lo Break Free”.

Un solo de guitarra de Ángel Miguel marcó el ecuador, dando paso a “Now I´m Hear”, que preludió un apartado acústico dando exclusividad a la guitarra y la voz.

“Love of My Life”, llegó con un reivindicativo Richard, portando una bandera de Palestina, pidió un no a las guerras “Is This The World We Created”.

Un plato fuerte fue “Bohemian Rhapsody”. Toda la banda echó una mano a los coros en las partes emblemáticas.

Y encaramos una parte final con temas de órdago: “Hammer To Fall”, “Crazy Little Thing Called Love”, “Radio Ga Ga”, “We Will Rock You”, “I Want It All”, “The Show Must Go On”, “Friends Will Be Friends” y cerrar con “We Are The Champions”.

Fue una bonita noche con una propuesta asequible que debería encontrar continuidad en más directos.

© Diario de un Metalhead 2014.


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