Por Jorge López Novales.
Avanza 2023 con rapidez. Abril ha transcurrido en un abrir y cerrar de ojos. Los festivales asturianos ya ultiman sus carteles y algunas fechas de salas empiezan a tener un lejano horizonte después del verano.
Diario de un Metalhead está en pleno fragor de la W:O:A Metal Battle, y esta noche tenía presencia, junto con Kivents, de una nueva cita internacional. La Sala Gong recibiría la visita de Liv Sin, la banda de Liv Jagrell.
La banda sueca lleva tres discos lleva a sus espaldas "Follow me" (2017), "Burning Sermons" (2019) y "KaliYuga" (2023). Este último sería el trabajo que nos iban a presentar esta noche y del que se interpretaría el grueso de sus canciones.
Vinieron acompañados de la banda catalana Raxar. Su estilo se mueve entre el metal sinfónico con un toque “moderno” y el power, y venía a presentar su primer trabajo Oniria.
La noche arrancó puntual. No voy a andar con paños calientes. Raxar no dio muestras de ser una banda rodada y tiene mucho que mejorar. Entre el elevado volumen de su sonido, lo desacertado de la batería y una voz irregular, no permitió apreciar mucho de su música.
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| Raxar |
Tienen una imagen en el escenario. Le echan muchas ganas, no lo niego. En su repertorio figuran temas con gancho, pero no las veo muy trabajadas para un directo. No puedes ir de gira con una banda internacional de gran nivel en estas condiciones. El contraste entre las dos bandas fue demasiado brutal.
El público quedó frío. Y aunque lo intentaron, con una divertida versión de “A-ha” (Take on me), la cosa no cuajó. “One” o “Reaper” fueron sus mejores temas.
Espero volver a verlos y escribir cosas mucho mejores.
La presencia del público no fue la que merecía una banda como Liv Sin. No sabéis lo que os habéis perdido los que no pudieron/quisieron venir.
Me lo dijeron: “vas a flipar” y ya tenía antecedentes con la review de Larry. Nunca había visto a los suecos en directo. Ya desde el primer segundo vi una banda compacta. No sólo era que Liv fuera una bestia en el escenario (no paró en ningún momento, y en ningún momento rebajó la intensidad vocal), es que se ha rodeado de músicos del mismo nivel. Aquello sonaba increíble. Y todavía lo pude apreciar más, cuando me retiré a la parte final de la sala.
Quizá no comulgue con el enfoque “moderno” de sus temas, pero en directo eso no importa, con toda la intensidad que se transmite. Liv reparte protagonismo entre sus músicos, una maquinaria muy bien engrasada. Incluso los dos guitarristas se repartían sus solos… Fue un combo matador el de Krille Kellerman y Jay Matharu.
Daniel Skoglund (bajista), y la propia Liv (e incluso Per Bjevoluk desde la batería), se permitieron interaccionar con el público casi desde un primer momento. El idioma no supuso ninguna barrera.
Con “Antihero” y “Forget my name” arrancaron y nos recordaron que vienen aquí a presentar nuevo material.
Nos desconcertaron pidiendo una foto finish con unos cuantos temas todavía por delante.
No faltó su clásico “Let me Out” para finalizar con “Chapter of the witch”.
Y después tuvieron un tiempo para su público.
© Diario de un Metalhead 2023.
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