Por Jorge López Novales.
La primera semana de diciembre viene bien cargada de conciertos en Asturias. Hace un año estaban a punto de cerrarnos otra vez las salas… Parece que fue hace mil años.
El lunes 5 de diciembre tuvo lugar un festival de cuatro bandas llamado Hellfire Tour, organizado por Hellfire Agency. La cita fue en la Sala Gong de Oviedo.
El pasado dos de diciembre había arrancado la gira Autumn Alive Fest. En el cartel teníamos bandas como Rise to Fall, Eternal Psycho, Death Legacy y Killus. Para la fecha de Oviedo, y siguientes, Killus daría el paso A Dark Reborn y la gira se llamaría Hellfire Tour.
Esta noche Diario de un Metalhead tenía obligaciones con The Quireboys en Gijón (Sala Acapulco), así que tuvimos que dividirnos.
Sinceramente, lo primero que pensé sobre el formato de este festival es que era una locura. He visto en Gong conciertos de dos o tres bandas que han arrastrado mucho retraso. Así que cuando vi el horario del festival, crucé los dedos. Por suerte el aspecto logístico esta noche fue impecable. Incluso resaltar que cuando a A Dark Reborn le fue imposible abrir la noche, se alteró el orden de las bandas y tocaron los últimos sin ninguna incidencia. Vi bandas y organización muy profesionales.
Lo triste es que el nivel de asistencia de público no se correspondiera con lo que tuvimos encima del escenario. Desgraciadamente, he usado demasiado esta frase en crónicas de este año. Esta vez me pareció excesivamente injusto.
Arrancamos sobre las 20:30 con la banda zamorana Death&Legacy. Ya tenía alguna referencia de ellos por alguna escucha que di a su último trabajo, “Inf3rno” (Duque Producciones, 2020). ¿Qué tuvimos esta noche? Algunas variantes en su alineación. Sin bajista, Jesús Cámara, tuvo que ocuparse de las cuatro cuerdas con lo que perdieron a uno de sus guitarras. Death&Legacy consiguió paliar la necesaria presencia de dos guitarras en su sonido.
Hynphernia tiene una voz espectacular. Eso ya lo sabía. En directo lo refrendó. Fueron ocho temas en un visto y no visto.
El penúltimo, “Dammed” invita a las colaboraciones. Beka Bioskes se unió a Hynphernia en un dueto muy agresivo.
Fue apropiado que acabaran con “Hellfire” y hubo tiempo para los agradecimientos.
Salí fuera de la sala (cosa que normalmente no hago) y estaba tranquilo porque sabía cuántos minutos faltaban exactamente para la siguiente banda.
Eternal Psycho es una banda a la que profeso un especial afecto. Me ganaron en la fiesta novena aniversario de Diario de un Metalhead. Esa fue la primera vez que vinieron a Asturias. También hay que destacar que fueron finalistas de la Metal Battle de 2019.
Etenal Psycho ha sufrido un cambio en sus cimientos, Jorge Pesado ha abandonado la banda. Tocaba seguir adelante. Su sonido más industrial es a “priori” el más alejado de los otros tres grupos del festival. Sobre el escenario no existe esa distancia.
Beka, como siempre, al igual que el resto de la banda, no se deja nada.
Tocaron nueve temas de lo que cinco, se correspondieron con su último trabajo “Trail of Agony”. No faltó su clásico “Demons” (todos los guardamos en nuestro interior). Se despiden con “Empty of promises”.
Se acaba y comienza un cambio rápido.
Rise to Fall me recuerda que Diario de un Metalhead vivió muchas cosas grandes y que yo llegué aquí con mucho trabajo hecho.
La banda fue finalista de la Metal Battle de 2009. Una final en la que estaban unos llamados Crisys. Algunos de los músicos (casi todos más bien) de Rise to Fall saben lo que es pisar la holy land alemana. Fue con el proyecto The Flying Scarecrow.
Los bilbaínos encabezaban el festival de esta noche. Algunos de los presentes recordaban alguno de sus conciertos de hace unos diez años. Yo no había tenido la oportunidad de verlos nunca en directo.
Arrancan con “The Descendant” y todo se convierte en un viaje que va en crescendo.
Fueron doce temas en los que tiraron de “clásicos”, hits, singles, de su potente discografía”. La dupla Dann Hoyos y Hugo Makaida es muy sólida. Su death melódico, muy técnico, suena más contundente que en estudio. A su etiqueta añaden un “moderno”. No tiene miedo de meter solos muy heavys, de meter alguna puntual orquestación moderna o tirar de metalcore.
Están grabando cosas y quieren volver.
A Dark Reborn les toca cerrar. Vinieron un poco justos de tiempo desde Girona.
Me pillaron totalmente de sorpresa, mejor así. Esos arpegios, esos ritmos… convierten su sonido en una experiencia introspectiva, atmosférica. Dosifican muy bien su potencia sin tener un tope bajo de intensidad. Experimentan a la vez que arriesgan.
Nos regalan un estreno en directo “The Flight”. De las cuatro bandas, A Dark Reborn, es la que tiene menos recorrido, pero oí a mi lado: “Algún día diremos que éramos unos pocos cuando vimos a esta banda”.
Estoy tan absorto con lo que estoy viendo que no me doy cuenta de que tengo a Larry al lado. El bolo de Gijón había acabado y venía a saludar a unos amigos músicos. Me doy cuenta de lo mucho que habría disfrutado Larry esta noche aquí.
Pocas veces he salido tan satisfecho de un festival, aunque estaba un poco triste porque tendría que conformarme con intentar contagiaros mi entusiasmo por estas cuatro bandas y que en el futuro no dejéis pasar la oportunidad de verlas.
Las bandas acabaron de recoger y retomaron la carretera, ¿Fiestas? ¿Puente? No creo que para los músicos signifique lo mismo. Mañana será otro día.
Gracias Jesús Cámara. Gracias Iván. Gracias Hugo Markaida.
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