lunes, 5 de diciembre de 2022

Plan familiar. SKULD, El Entrego (Asturias), 26.11.2022. Crónica y fotos.


Por Jorge López Novales.

El pasado 26 de noviembre fue uno de esos fines de semana “complicados”. Son fines de semana a los que nos empezamos a acostumbrar. ¿Complicados? Tanta oferta musical debería ser buena… Sí, hasta cierto punto.


Teníamos el Valliniello Sound Fest, un festival con ocho bandas cerca de Avilés, en Gijón (Acapulco) a Tierra Santa. En la misma ciudad, en la Sala Ángeles y Demonios a Caballo Moldavo, Beast Inside y Grapeshot. Por supuesto hubo más conciertos en Asturias, pero ya más alejados de la vertiente “metal”.

Cuando Larry me preguntó qué iba a hacer este fin de semana, propuse la opción SKÜLD. La banda tenía un concierto en el Urriellu (El Entrego). Este era un plan familiar para compartir con mi hija pequeña y que se ajustaba más al horario infantil. ¡Qué demonios! También tenía ganas de ver a la banda.

En el Entrego tenía lugar en estos días las fiestas de Les Cebolles Rellenes y había un buen ambiente festivo en la localidad.

Para lo que no sepan quién es SKÜLD… Decir que SKÜLD es una banda de Puerto de Vega que entre sus especialidades está el retorcer temas hasta convertirlos en perversiones. Tienes temas propios muy interesantes, además de arrastrar a un público fiel. Tienen en su ADN el rock y el metal que impregna el occidente asturiano y en directo son pura entrega.

Este iba a ser el segundo concierto de la banda tras un parón. Tenía miedo que esta noche las cosas no salieran bien. No fue así. SKÜLD se permitió un setlist de veinte temas, de dos horas y media a buen nivel. Salieron airosos del envite con unos parroquianos que arroparon a los músicos en todo momento.

El Urriellu es una cafetería de El Entrego que programa de vez en cuando conciertos. Tiene un pequeño espacio reservado para ello. Este sábado íbamos a estar apretados. Pero, ¿cuántas veces este año he echado de menos esa sensación en una sala?

Arrancaron con “Lagrimas de Freya”.

Por contra, yo mismo.  Tuve que moverme, estorbar, y tirar de flash. Habría tenido delito no captar lo de esta noche.

¿Y qué tal la banda? Lorena, a la voz, no dejó de sonreír y se echó a la espalda temas muy exigentes. Chinky se mostró muy perfeccionista con su guitarra, poseído por un éxtasis místico. Eché un poco de menos un poco más de volumen en la guitarra de Robert a la hora de hacer los solos (bueno, nunca hay suficiente volumen para un solo). Roberto se mostró implacable a la batería, mientras que José Carlos, al bajo, parecía imbuido por una energía infinita… Todo ellos acabarían tan felices como agotados.

Tuvieron tiempo de desplegar muchos temas habituales de su setlist habitual y algunas novedades. Presentaron temas nuevos. Siguen el camino, ya hollado, por potentes estribillos de temas como “Odín” o “Lágrimas de Freya”.

En el escenario aparecieron improvisados invitados en algún tema. Fueron pequeñas incursiones al micrófono, que dieron más vistosidad a lo que estábamos viendo.

Como curiosidad. El señor David Ruidiaz  (Axel)  saltó al escenario en mitad de una canción para ayudar a Roberto a colocar una pieza de su batería. Además contribuyó al caos final de “Aces of Spades”.

José Carlos tuvo tiempo de tomarse un chupito de Jagger, detrás de la barra, y sin dejar de tocar el bajo, para rematar la faena. Lorena y Chinky se perdieron entre los asistentes.

A pesar de varios incidentes, que quedaron en divertidas anécdotas, la banda consiguió un buen sonido.

Me alegra ver a una banda recuperada, quizá no al cien por cien… Tiempo al tiempo. SKÜLD aspira a todo.




@ Diario de un Metalhead 2022.


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