Fotos: Jorge López Novales
Cuatro años más tarde, y tras aplazamientos varios, IRON SAVIOR regresaba a Oviedo.
La vez anterior nos pasamos el día junto a ellos y les pudimos conocer un poco más de cerca. Si hay una banda que me haya ganado para siempre, son ellos. Llegamos al viernes bastante flojitos, un viernes frío y lluvioso. Lo que menos apetecía era echarse a la carretera y hacerse setenta kilómetros, pero si uno falla a conciertos como este, apaga y vámonos, que diría Pablo Sacht.
Así que llenamos el coche hasta los topes de amigos y nos plantamos en la Gong. Saludos a todos los cercanos en la puerta y a ver a AIRBORN.
Flojos, muy flojos, los italianos. Con un cantante que canta realmente mal. Su estilo va entre el Heavy Metal y el Power Metal, sin hacer bien ninguno de los dos, porque, como sigo, su cantante, el pobre no lo da. Se agradecen sus esfuerzos en el comienzo del bolo dirigiéndose al público en castellano, algo que abandonaron a la mitad del show de forma incomprensible y que creo fue un error más.
No fueron capaces de conectar con el público, y es que, sinceramente, faltaban canciones y faltaba calidad. Acabaron con una versión libre del "Metal Gods".
Llevan desde 2003 y seguro que lo seguirán intentando, aunque son otros los que ganan la pasta a costa de sus discos.
Por fin llegó la hora de IRON SAVIOR. Alguno volvió del bar de al lado, porque de repente la sala presentó un mejor aspecto de público.
Ver a los de Hamburgo es obligado, si van a tu ciudad no te los puedes perder.
Atrás quedan los malos momentos vividos. Ver a Jan Soeren Eckert al bajo derrochando simpatía tras superar el cáncer es una enorme noticia para la comunidad heavy.
Como digo, son gente cercana. Jamás olvidaré mi primera visita a su ciudad en 2005 y cruzarme con Joachim a la puerta del Ballroom. Una pena que un grupo así no llene. Pero a estas alturas hay gente que se dice "heavy" y no sabe quién es Piet Sielck. Eso sí, muy dignos todos para etiquetar de ignorantes a los que no conocemos a todos aquellos que emiten gruñidos.
Lejos y borrosos quedan ya sus comienzos cuando Kai Hansen estaba en la formación. Ahora llegaban presentando su "Skycrest", un discazo en toda regla por el que al final apostaron poco. Apenas sonaron dos de las canciones del disco, "Souleater’ y "Skycrest", quizás demasiado poco para los que se sabían el álbum de memoria. Y es que los aplazamientos de la gira dieron tiempo a ello y es tan bueno que te atrapa, con lo cual, fácil engancharse y sabérselas todas.
Al final el show fue un poco el que cabría esperar, sin demasiados cambios con respecto a otras visitas, y con canciones coreables por medio para conectar con el público.
Entre bromas y temazos fue pasando la noche y los catorce temas, quince con la versión de Judas final, que se nos hicieron hasta cortos. Disfrutamos de lo lindo cantando puño en alto y la sala se entregó con el "Heavy Metal Never Dies".
¿Bolazo? IRON SAVIOR nunca falla, por eso nosotros no deberíamos hacerlo jamás con ellos. Si hay un grupo que se merezca cada pizca de apoyo son ellos. Unos auténticos guerreros del Heavy Metal, que por cierto, también acabaron tirando de cover de los Judas.
Honestidad pura.
© Diario de un Metalhead 2022.
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