miércoles, 7 de diciembre de 2022

El retorno del rey. IN FLAMES + AT THE GATES + IMMINENCE + ORBIT CULTUR. Bilbao, 25.11.2022. Crónica y fotos.


Texto: Alejandro "Rochu" García.
Fotos: Iñigo Malvido.

Partimos desde Asturias a toda mecha nada más terminar en nuestra jornada de trabajo habitual, para intentar llegar lo antes posible al evento del día en cuanto a metal se refiere. Por una parte estaba el atractivo de volver a la sala Santana 27 después de la pandemia, pues siempre hay un toque mágico cada vez que se vuelve a entrar en ese lugar, un gran sonido, un gran ambiente y muchos, muchísimos recuerdos.

Por otro lado la segunda gran motivación del día era la de ver de nuevo juntos en sala a los padres del death metal melódico, o sonido Gotemburgo, como les gusta decir a otros. Siempre se respira un aire de competición cada vez que se habla de estas dos pedazo de bandas, At the Gates e In Flames, bandas coetáneas que crearon un estilo y que con el tiempo tomaron caminos diferentes. Nacieron bajo un mismo prisma, y con el tiempo unos aman más a At the Gates por permanecer en el estilo, y que suelen quedarse con los In flames de los inicios, entre los que me incluyo, o los que fueron adaptándose a los nuevos tiempos mientras evolucionaba el sonido de In Flames. Sea como fuere, en noches como estas se demuestra que ambas son bandas auténticas, bien trabajadas y que se merecen cada seguidor que tienen.

El concierto lo abría Orbit Culture, a los que no llegamos a ver pues era muy complicado que desde Asturias nos diera tiempo. Cuando entramos en la sala estaban sonando los últimos temas de los segundos participantes de la tarde-noche, Imminence, banda sueca de metalcore, y que a los que presté atención más por curiosidad que otra cosa. Ejecutan el típico metalcore moderno, con el cual no comulgo en absoluto.

Melodías y estribillos facilones y edulcorados hasta la saciedad. Cabe decir que añaden un violín en sus composiciones, lo que no estaría nada mal, si sirviera para acompañar un estilo más crudo, porque al final con tanta cantidad de glucosa en el ambiente el violín solo hacía que provocar una ola de diabetes en la sala. El sonido fue bastante compacto, limpio y potente, aun estando capados como seguro que así era.

Llegaba la primera descarga seria del día, la sala ya estaba a reventar, pues hubo Sold out con más de 1000 personas en el recinto. Cabe destacar que en esta ocasión por motivos ajenos a los organizadores, se decidió no abrir los altillos que tiene a cada lado la sala, lo que provocó que el público estuviera completamente enlatado desde la mesa de sonido hasta el escenario. Deberían tener cuidado con estos detalles, si algo nos gusta de Santana es su comodidad y configuración. Si solo abren abajo deberían valorar reducir el aforo ligeramente. Hay gente que se tuvo que quedar por detrás de la mesa, debajo del techo bajo, y escuchar el sonido por el delay de sonido posterior, lo cual tampoco es justo, suena bien pero no es la presión sonora de la que disfrutan los afortunados que están delante de la mesa.

Con este panorama salieron At the Gates, listos a reventar la sala, como siempre suelen hacer. Abrieron con "Spectre to Extinction", único tema que sonó de su último disco. El sonido fue muy deficiente, algunos hablaban de que “estarían capados”, algún otro que parecía que a veces “iban algo cruzados y que quizás no oían bien en monitores”, no sé, yo creo que puede ser que afectaran esas cosas, pero creo más bien que el técnico no dio con la tecla por desgracia ese día. Durante toda la actuación el sonido estuvo muy empastado, con la típica bola de ruido, donde se sufría para distinguir las melodías, tan necesarias en este estilo musical, y donde se sufría con los niveles de la batería y voz. Fue puliéndose durante la actuación, pero puedo decir que es la primera vez que At the Gates no acaban sonando como un cañón cuando llega "Blinded by Fear", con la que suelen acabar siempre o casi siempre.

El resto del show fue una mezcla del "Slaughter of the soul" y del "At War with Reality". Del “Slughter” sonó el tema homónimo del disco, "Cold", "Under a Serpent Sun" y "Blinded by Fear", que fueron las más aclamadas sin duda del concierto. Del “At War” sonaron también el tema que da nombre al disco, además de "Heroes and Tombs", "Death and the Labyrinth" y "The Night Eternal". Solo hubo hueco para un tema de otro LP, "To drink from the night itself" del mismo disco que fue la canción que completó el setlist.

Hay que destacar que la banda a pesar del sonido se ve en forma, Lindberg aguantó bastante bien de voz, y por otra parte siempre es una buena noticia ver de nuevo en la guitarra a Anders Björler. A pesar del sonido, siempre se agradece una ráfaga de caña sincera y genuina de los suecos. Con esto nos fuimos a refrescar el gaznate y tomar espacio, pues no estaba siendo fácil estar delante de la mesa de sonido.

Comenzaba el plato fuerte del día, los In Flames, y he de decir que iba con cierto recelo, pues las últimas veces que los ví en festivales me habían dejado indiferente, con un Anders Friden bastante mediocre, un sonido que no maravillaba y unos setlists que prestaban poca atención a la época pre "Clayman". Reconozco que no me gusta la deriva de sonido de In Flames, no me interesan sus discos a partir del "Reroute to remain", la respeto pero no me gusta. Creo que son dos estilos muy distintos antes y después de ese disco, pero se reconocer cuando una banda suena bien y está en forma, hagan lo que hagan.

Pues bien, In Flames están en forma, y mucho. Arrancaron con un tema del nuevo disco "The Great Deceiver", un tema que suena de la leche en directo y que parece que quiere hacer un pequeño retroceso en el tiempo en el estilo de la banda. Desde el minuto uno el sonido fue demoledor, limpio, con una puesta en escena impecable, y una iluminación que fue ofreciendo distintos esquemas en las distintas fases del concierto. No hubo nada que no estuviera medido y calculado.

Siguió "Pinball Map" del “Clayman”, muy coreada y "Cloud Connected" del “Reroute”, y la máquina cada vez más engrasada. De ahí, Anders Fridén nos avisa de que vienen curvas y comienza la parte, para mí, mas emotiva del concierto. "Behind Space" de su “Lunar Strain”,  "Graveland" de “The Jester Race”, "The Hive" del bendito “Whoracle”, una tremenda "Scorn" del “Colony” y finalmente "Only for the Weak" del “Clayman”, hicieron que la sala se volviera loca cantando cada canción y moviéndose todo lo que permitía el poco espacio disponible. Aquí quiero añadir que es una pasada ver que la banda parece retomar su pasado, y dejar de lado orgullos y otras historias. Puede que sea eso, o que sea el “efecto” provocado por el “Halo”, no lo sé, solo sé que parece que en este divorcio ganamos dos bandas, por un lado unos renacidos In Flames y por otro lado la nueva banda de Jesper Strömblad, que es un auténtico pepinazo.

De ahí al final, sonarían otros ocho temas más, en los que destaco los otros dos del nuevo álbum, "Foregone Pt.1" y que da nombre al disco y "State of Slow Decay". Dos trallazos en forma de tema y que parece, y espero que sea así, reconducen a la banda a sonidos mas de otra época, aunque supongo que el disco tendrá mezcla de esos himnos que tanto les gustan de los últimos años, mucho más modernos, por decirlo de una manera sutil y sin herir sensibilidades.

El setlist lo completó "Lechees" y "Take this Life del “Come clarity” con la que cerraron el tremendo show, "Wallflower" del “Battles”, "Alias" y "The Mirror’s Truth" del “A Sense of Purpose” y "I am Above" del “The mask”. Como podéis ver un setlist para todos los gustos pero que quiso hacer un guiño a los años donde la banda se posicionó en el panorama mundial junto con sus colegas de Gotemburgo At the Gates.

En resumen tenemos a In Flames de nuevo en la cresta de la ola, con Björn Gelotte en plena forma, con un majestuoso Tanner Wayne a la batería y por si fuera poco ahora con el gran Chris Broderick en la otra guitarra, casi nada al aparato. Tenía ganas de este concierto, y reconozco que At the Gates me tiraba más, pero una vez pasado el concierto he de decir que me siento completamente reconciliado con In Flames, a los que les había perdido un poco el respeto en los últimos años. Ya estoy deseando escuchar el disco entero, y sobre todo espero que la deriva de la banda siga en la línea del concierto vivido en Bilbao.

El rey del death metal melódico ha vuelto, larga vida al rey.

© Diario de un Metalhead 2022.

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