Fotos: Jorge López Novales.
Noche gorda de disfrute en Otero con Ravenblood y dos bandas mierenses. Inteligente la acción de los de Barcelona acompañándose de dos bandas locales que movieron gente, algo que no sucede con todas. El resultado, una sala con un notable aspecto y la barra funcionando de maravilla gracias sobre todo a la gran cantidad de metalheads mierenses. Rostros sonrientes y ganas de fiesta. Ya tocaba. Nos lo merecemos de forma sobrada.
Abrieron Actvs Mortis, abanderados actuales del metal underground mierense. Herederos del metal extremo de su tierra, volvieron a demostrar lo buenos que son, aunque en esta ocasión sin contar con la misma suerte en el sonido de la que disfrutamos en su reciente actuación en la Sir Laurens.
Movieron hasta la Gong a un buen número de fieles que ocuparon las primeras filas para acercarse y desde bien temprano ir entrando en calor. No tuvieron tiempo para probar en condiciones, se lo hicieron en cuestión de minutos y con la gente ya entrando en la sala. Probablemente arriba no estuvieran todo lo a gusto que pudieran desear, pero abajo nadie se enteró, y todos disfrutaban. Aparecieron los primeros empujones de forma espontánea, provocados sin duda por el buen hacer de la banda y por el buen frontman que es Txeffy, que sabe cómo hay que hacer las cosas algo que siempre es más sencillo cuando vas respaldado por una banda que responde.
Concierto a concierto irán creciendo. Han tenido unas últimas semanas de actividad, debutando ya fuera de Asturias y se les comienza a ver sueltos y confiados. Su debut “Sempiternvs Terror” tiene unos cuantos buenos temas y si a eso le sumas el cover de la más famosa de S.A., el resultado es que la gente se calienta. Misión cumplida. Prueba superada. Les tocó lidiar con lo más difícil y salieron triunfantes de la prueba. A seguir creciendo y que nosotros lo veamos.
Selfaware convocaron a buena parte de la vieja guardia mierense. Estuvieron rodeados de los suyos y a esa nutrida presencia de cercanos se les sumaron otros veteranos metalheads de la región y bastantes músicos que vinieron a ver a la nueva banda de Luis Miranda.
Buena presencia de público para apoyar el debut en Asturias, ya que no se puede tener realmente en cuenta la pasada desastrosa presentación de la Fnac. No contaron tampoco con el buen sonido que quizás merecieran, en ese sentido, no fue una noche perfecta con ninguno precisamente. Aún así disfrutamos desde la intro de “Chaos Theory”, que sonó atronadora y un poco bola, aunque bien es verdad que con el paso de los minutos todo fue a mejor.
Vimos bastante suelto a Jose Manuel Martínez. A pesar de no haber sido nunca un músico cercano al estilo, el tío salió airoso de la dura prueba, sacando temas tan jodidos como “Triage”, auténtica prueba de fuego rítmica. Cumplió de sobra Jorge Martínez al bajo, como siempre, ahora además luciendo bajo con una cuerda más. Mención aparte para el papel estelar de Simón Rojas a la guitarra y voz. Quizás la mejor noticia de la noche el verle cumpliendo de forma sobrada al micro cumpliendo con su papel a las seis cuerdas. Al que vimos menos cómodo fue a Luis Miranda. Tremendamente perfeccionista, la tensión por querer ofrecer un concierto perfecto se refleja en todo momento en su rostro. Creo que eso no le hace disfrutar del momento. Mejor soltarse y si se cometen fallos, pues que sean, pero en el fondo esto es rock, y ha de ser espontáneo y no técnicamente perfecto. En mi opinión creo que en ese sentido se equivoca y debería disfrutar más del momento.
Y es que en el pit la gente respondía y muchos ya se sabían los temas a pesar del poco tiempo que lleva el disco en la calle. Tenía ganas de ver cómo funcionaban las canciones de “Entropy” en vivo, si eran capaces de encender a la gente, y la respuesta es sí, con momentos de cantar puño en alto como el de la estribillera “Soul in Pain” que sin duda nos lo hicieron pasar bien. Temas como “Dig Two Graves”, con esa introducción tan pura, levantan a cualquiera que ame el Heavy Metal. Si luego te encuentras una parte melódica en la que conectar con la banda levantando cuernos, lo tienes. Es lo que hay.
Tocaron todo el disco entero, como debe ser, y no, no hubo sorpresas. Quedaron fuera miradas al pasado y tampoco tiraron de versiones, confiados en su álbum, defendiendo los temas sin aparentes fallos y cumpliendo de forma sobrada, sin dar la sensación en ningún momento de que fuera tan solo su segundo concierto.¿Aplastantes? Pues sí. Su actitud es esa y cumplen. Al que no le guste, que no mire. Él se lo pierde.
Ravenblood regresaban a Asturias, su segunda casa. Lugar en el que tras haber cumplido siempre con creces en sus visitas anteriores, tienen un buen grupo de fieles que no les fallan. Cerraban la velada y la verdad que con tanto heavy mierense, me temía una desbandada tras la actuación. Suele ocurrir, aunque esta vez no pasó tal. No digo que alguno no se fuera, pero el grueso de la gente permaneció en la sala para alargar la noche de disfrute. Es lo bueno del público maduro y auténtico. Otras veces vemos a teloneros locales triunfantes porque todos sus familiares han ido a verles. Público de mentira que desaparece de la sala cuando “los suyos” han terminado. El de esta noche en la Gong era ese público que toda banda desearía.
Los de barcelona, con un frontman que libró la fecha como pudo reconociendo que no estaba en plenitud ni física ni mental, cumplieron en el concierto que significaba el comienzo de su tour de presentación de su último disco "Resurgent".
Musicalmente hablando presentan ahora mismo la mejor formación de su historia. Eso hace que suenen a las mil maravillas. Una pena que como sucediera a las dos bandas anteriores, no se puedan permitir un técnico propio que les conozca y sepa de sus movimientos para que los solos suenen a todo volumen y no en equilibrio con la rítmica, algo que le sucedió también a las dos bandas anteriores. Al menos todos se dan cuenta del detalle y reconocen que, simplemente, no se lo pueden permitir. Sin un buen sonido y sin unas buenas luces los shows no son lo mismo, y eso ocurrió con unos RAVENBLOOD intachables.
Entre el público estaba Emma responsable de la Metal Battle Spain con la que se dieron a conocer precisamente Ravenblood y de la que fueron ganadores en 2012. Se plantó en Asturias por sorpresa y se sumó a la fiesta así sin avisar. Bien por ella, esas cosas molan.
Daniel al micro cumplió como no podía ser de otra forma, aunque sí que le vimos un tanto tristón y menos comunicativo que en anteriores visitas a una tierra, Asturias, con la que con el paso del tiempo les han unido unos vínculos que no deberían perderse jamás.
Disfrutamos de los temas nuevos y recordamos viejos tiempos con los más clásicos. Personalmente disfruté de lo lindo especialmente con canciones como "Purge" o "Silent and Death". El cinéfilo final nos recordó que aquello se terminaba.
Sin duda alguna, mereció la pena. Disfruté como un niño. Agradecido tengo que estar a las bandas cuyos discos me llegaron llovidos del cielo. Es muy poco lo que estos tres nos piden a cambio de darnos horas y horas de diversión. Sus discos jamás dejarán de sonar en mis reproductores. Gracias Actvs Mortis, Selfaware y Ravenblood simplemente por existir.
© Diario de un Metalhead 2021.
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