Por Larry Runner.
Vaya por delante que soy poco amigo del formato acústico. Siempre me han gustado el heavy metal y el hard rock por su energía y desenchufarlos y quitarles la intensidad nunca ha sido muy de mi agrado. Pero esta vez la ocasión era especial pues el protagonista de la noche era lo suficientemente importante como para no perdérselo. Así que salimos del trabajo y como suele ser norma con los conciertos en día laborable, llegamos con la lengua fuera a Gijón.
Acudí a la Memphis pensando que quizás me acabase aburriendo. Dependiendo del repertorio y de la seriedad del personaje el concierto podría ser un auténtico coñazo. Nada más lejos de la realidad. El set-list fue realmente genial y Eric Martin un tipo tan divertido como para sacarnos no ya la sonrisa si no incluso la carcajada varias veces. Conclusión: bolazo.
La sala, de la mano de Ace Tours (gracias de corazón por la gran noche) se llenó. Eric Martin vino acompañado de un guitarrista distinto del anunciado en principio. El compinche en este tour fue David Cotterill, seis cuerdas de los británicos Demon (leyenda de la NWOBHM de la que tengo los dos primeros discos) en la última época.
“Electrified” sirvió de arranque con los dos músicos tirando de acústica, algo que sucedió durante todo el concierto, pues en ningún momento Eric Martin se deshizo de ella. El vocalista ya nos arrancó la primera sonrisa en el speech de presentación, cuando anunció que el show iba a consistir en temas de Mr. Big, algunos covers y el “Dark Side of the Moon” entero. Las bromas se sucedieron durante todo el concierto.
El show fue tal como nos comentó en la presentación, y disfrutamos de un repertorio entretenido donde no faltaron los grandes clásicos de la banda como las esperadas “Wild World” o “To Be With You”. Mas sorpresivo quizás fue disfrutar de “Daddy, Brother, Lover, Little Boy” por lo cañero del tema. Mención especial para “Take Cover” que en disco es introducida por Pat Torpey al que el vocalista dijo escuchar siempre en su cabeza cuando la tocaba. El malogrado batería -fallecido el pasado mes de febrero- fue recordado en más de una ocasión a lo largo de la noche. “Fragile”, una de las favoritas del cantante según nos contó, fue también más que especial.
El dúo se acopló de forma perfecta a lo largo de toda la velada con un Martin muy lejos de la imagen de “estrellona” que cabría esperar de alguien con su trayectoria y su compañero haciendo unos fantásticos coros además de aplicarse a fondo con la guitarra solista.
En definitiva, una velada distinta, tranquila y que mereció muchísimo la pena con un Eric Martin que no olvidó a ninguno de sus compañeros de banda, incluido Ritchie Kotzen.
Una noche de lujo.
© Diario de un Metalhead 2018.