martes, 9 de junio de 2015

ASHA: Emotional Intelligence (2014- Autoproducido) Andalucía.

By Larry Runner.

Clavo el cd en el reproductor y en menos de cinco minutos me pregunto cual es la razón por la cual nunca había oído hablar de un tío como Kike G. Caamaño. Cómo es posible que alguien con tantísimo talento siga en el underground de este país. Cómo se puede razonar que un músico de tanto talento, con tanta creatividad y con casi 30 años de carrera a sus espaldas sea casi un auténtico desconocido. Y no encuentro respuesta razonable. O sí, claro. Quizás sea porque vivimos en el país de las oportunidades … para lo rancio y el mal gusto, algo que cada día se honra más. A los talentosos se les margina, se les tacha de listillos, de empollones o de frikis. Si te coronas por bueno, estás jodido y es probable que te marginen. Y si no lo hacen de principio, lo harán más adelante, pero lo harán. Pobre de ti si te sales de la línea que sigue la mayoría, y que en el caso de España desgraciadamente es una línea fijada a la altura de la mediocridad y lo rancio. Ese puede ser el único argumento razonable para que un disco como Emotional Intelligence no haya convertido a su creador en uno de los músicos más célebres del país.



Y es que cuando Emotional Intelligence comienza a sonar, te acojona, y te preguntas si estarás preparado para poder describir todas las sensaciones, toda la musicalidad y todo el talento que atesora. La respuesta es no, y es más, el reto asusta. Pero alguien lo tiene que hacer y no creo que haya mucha gente preparada en este país para enfrentarse a una obra de este calibre. Así que no hay más que coger el torno por los cuernos y enfrentarse a Emotional Intelligence, aunque ya sepas de antemano que no vas a quedar conforme con el resultado final que vas a reproducir.

¿Prog? Sí, podrías llamarlo así por la cantidad de cambios de ritmo y de aventuras por las que trascurre la música de Emotional Intelligence, pero será una forma de quitarse el muerto de encima y por supuesto, lo estarás haciendo mal, porque aquí hay mucho más. 

El virtuosismo se desborda en la música que escupe el reproductor desde la inicial, la rápida y desquiciada Dogwalker. Velocidad y enormes cambios de ritmo para abrir un disco en el que el propio Caamaño se encarga de todas los instrumentos. En unas partes me recuerda a Mattias IA Eklundh y en otras a Steve Vai. No soy muy dado a escuchar discos de guitar-hero's. Lo era de más joven, y tengo disfrutado como un piojo con discos de Marty Friedman, de Jason Becker, de Joey Tafolla, de Greg Howe y por supuesto de Satriani. Pero, la verdad, aquello me queda lejos y con el paso de los años he ido dejándolos de lado, así que no puedo ofrecer muchas comparaciones más, aunque con las citadas referencias, quizás os podáis hacer una idea de por donde tiran los tiros en Emotional Intelligence.

desborda virtuosismo

De lo único que no se encarga el crack malagueño en este álbum es de la voz. Pero está claro que el multi-instrumentista andaluz no tiene un pelo de tonto. Se ha buscado a un compañero ideal para este viaje. Jacob A. Poulsen se llama la perla a descubrir en este discazo. El danés se nos descubre como un fantástico vocalista cuyo tono encaja de forma perfecta en las composiciones, con unas líneas vocales a la altura de las circunstancias. Enorme descubrimiento también para un cantante que podría encajar en la banda que le diera la gana, pues atesora una enorme calidad, a la altura de lo exigido para un disco como éste.

A diferencia de otros discos de super-guitarristas, en Emotional Intelligence no hay margen para el respiro vocal. Sólo una instrumental entre los 12 temas, la preciosa, tranquila, acústica y corta Tale of The Tales. Un respiro entre tanta energía guitarrera.


Kike ya se luce lo suficiente durante las canciones, que son eso, canciones, a pesar de la complejidad rítmica que exhiben en todo momento y de los numerosos cambios. Los textos se han cuidado y son largos, muy extensos, tan enrevesados como la música, cuando lo normal es en estos casos simplificar el apartado letras para dar protagonismo realmente a la música y la letra pasa a un segundo plano. La violencia de género, la guerra … temas que nos preocupan, están presentes. Pero también lo está el canto a la esperanza, a la mejora. 

Kike G. Caamaño ha cuidado todos y cada uno de los detalles del trabajo, desde la música a la hoja de prensa ofrecida pasando por la estupenda portada que bien muestra lo que espera adentro.

Musicalidad, virtuosismo y clase, mucha clase, no sé si estamos preparados para tanto. Si no lo estamos, que Emotional Intelligence nos ayude a estar más en esa onda. ASHA tiene que ser una referencia famosa. Pero ya! No me extraña que muchos lo incluyesen entre los mejores discos del año pasado. Si yo lo hubiese escuchado seguro que lo hubiese incluido también.





© Diario de un Metalhead 2015.


    Así valoramos nuestros discos. Gracias Ian Álvarez siempre.