By Iñaki Albuerne.
¡Como pasan los años! Parece que fue el otro día cuando conocía a MELECHESH, banda originaria de Israel y hace muchos años ya afincada en tierras Holandesas, comprándome su primer disco As Jerusalem Burns… allá por el año 2001. Entre su procedencia y el estilo que hacía, y hacen, un Black Metal fuertemente influenciado por el folclore y melodías de oriente, pensaba tener entre mis manos algo realmente raro, pero no, poco a poco se fue demostrando que su propuesta le convencía a la gente, sobre todo a los que nos gustaba el Black Metal y toda esa cultura bañada bajo las arenas milenarias del desierto, su mitología y su música ancestral.
Con los años sacaron otras obras como Djinn y Sphynx que seguían los pasos de su primer trabajo, pero con menos momentos de salvaje y crudo Black Metal y apostando más por la recreación de las melodías del medio oriente, con un Black/Death bastante más controlado y cómodo para los oídos de las masas.
Así es que con Emissaries y The Epigenesis ya pegaron el salto definitivo hacia toda la escena del Metal Extremo, convirtiéndose en una de las bandas de referencia de un estilo que podríamos decir creado por ellos y que llamaban y llaman Mesopotamian Black Metal o Sumerian Black Thrashing Metal, ¿más etiquetas? Si, puede, pero con todo el sentido del mundo.
Cinco añazos han pasado ya desde su último álbum, y ya nos brindan Enki a todos los fanáticos de una cultura milenaria, de su propuesta y con ganas de temas nuevos de MELECHESH, y yo como seguidor de ellos casi desde sus comienzos hace justo veinte años, cada tema aquí incluido me ha parecido un delicioso manjar propio de antiguos Dioses sumerios, en el que no cojean por ningún sitio por mucho que me escuche este álbum de arriba abajo.
folclore y black metal unidos de manera sublime
La producción es exquisita para su estilo, y las partes tralleras están unidas impecablemente a todo el conjunto de melodías y folk de su tierra madre Israel. Algo que en algunos álbumes anteriores no conseguían siempre, unir ambas facetas en una sola, o al menos no de una manera tan sublime como la que nos ofrecen en Enki , en el cual todo está donde tiene que estar y sonando en todo momento a su amado y único Mesopotamian Metal, por el cual espero que sigan apostando muchos años.
Tenemos para elegir desde los temas más cañeros como Metatron and Man o Tempest Temper Enlil Enraged que no por ello están exentos de toda la esencia del oriente medio en cada nota febril que emana su música, a temas más pausados y aunando más aun en las melodías sumerias, mesopotámicas o en definitiva del mundo árabe, como The Outsiders o Enki - Divine Nature Awoken dos de las joyas para nuestros sentidos y para nuestra alma eterna.
Citar también, para la gente más seguidora del Metal mas mainstream, que el famoso Max Cavalera colabora en el tema Lost Tribes aunque por suerte para nosotros la música sigue siendo MELECHESH en estado puro, sin comercializarse, pero se escucha al brasileño dar unas cuantas voces durante la canción, y dando un toque diferenciador al resto del álbum con algunos ritmos al principio mas propios de los grupos de Cavalera, pero bajo el estilo único del Black Death Mesopotámico.
Un tema como Doorways to Irkala sirve como calma dentro de la tormenta de arena, donde en sus ocho minutos de duración el metal es inexistente, y la música tribal tradicional de su cultura se apodera de nosotros para inducirnos a un dulce y místico coma, que hace este álbum más completo y perfecto aún si cabe.
No puedo decir nada negativo de Enki por mucho que quiera buscarlo, es cautivador de principio a fin y tengo claro que en mi colección personal de música no puede faltar este tesoro sacado de la cueva de las mil y una noches, y bañado con las historias de los primeros hombres del desierto. Es una joya mística y otro álbum para mi Top Ten del 2015.
